Adam Silver, comisionado de la NBA, tiene en su cabeza la idea de expandir la NBA hacia el territorio europeo, algo que podría desplazar a la Euroliga a un plano totalmente secundario.
Hace escasos meses, la NBA suscribió el nuevo contrato televisivo que aportaría a la competición una cantidad cercana a los 76.000 millones de dólares durante los próximos once años.
En conversaciones con Associated Press, Adam Silver afirmó que aún no se ha tomado «una decisión definitiva», puesto que «queremos asegurarnos de que tenemos el entendimiento suficiente sobre esta oportunidad», sin dañar en ningún momento «la columna vertebral de la infraestructura baloncestística que está asentada».
Adam Silver afirmó que tienen «una gran iniciativa en China y en África», remarcando que «dada la calidad del baloncesto aquí en Europa, tendría sentido que también hagamos algo aquí».
La NBA siempre se ha mostrado proclive a colaborar con FIBA en busca de un futuro común fructífero para el baloncesto.
Todo parece apuntar a que, en caso de que la NBA desembarque, finalmente, en territorio europeo, lo haría en colaboración con FIBA.
Esta colaboración ya ha visto resultados en África y Asia, donde se han implementado competiciones monitorizadas por ambas entidades.
La relación entre FIBA y NBA es realmente buena. Esto, unido a la intención de la NBA de expandir su concepto de competición baloncestística hacia el viejo continente, resulta fundamental para que las conversaciones sigan progresando en busca de un acuerdo beneficioso para el baloncesto mundial.
Por todos es conocida la situación que atraviesa el baloncesto europeo desde la creación de la Euroliga: calendarios sobrecargados, imposibilidad de disputar partidos con las selecciones nacionales, y un sinfín de problemas derivados del ‘conflicto’ existente entre FIBA y Euroliga.
A pesar de que nos encontramos en un escenario donde parece que ambas entidades acercan sus posturas en beneficio del baloncesto europeo, todo parece apuntar a la insostenibilidad del modelo implementado en la actualidad.
Mientras la Euroliga refuerza sus relaciones con Dubái, la hoja de ruta de la NBA apunta hacia una estrecha colaboración con la FIBA.
En caso de materializarse el acuerdo entre FIBA y NBA, la Euroliga podría verse relegada a un segundo plano e, incluso, algunos clubes podrían tomar la decisión de abandonar la competición.
Fuentes cercanas a la Euroliga habrían apuntado hacia el temor existente en torno a este movimiento: «el miedo siempre ha sido que, si la NBA entra, va a ser todo como en Estados Unidos: negocio, entretenimiento y, ya después, el deporte».
«Nadie estaba esperando que la NBA llegara con todo en este momento, pero hay una cierta necesidad de estructurar los mercados y los torneos», apuntan fuentes cercanas a la Euroliga.