El alero no ejercerá la opción para seguir que tenía en su contrato y todo apunta a que renegociará a la baja para que el equipo pueda hacerse con alguna estrella.
LeBron James ha decidido no ejercer la opción que tenía para continuar en los Lakers la próxima temporada a razón de 51,4 millones de dólares. Eso no significa que no vaya a seguir en la franquicia angelina, sino que renegociará un nuevo contrato y todo apunta a que será a la baja para que el equipo pueda hacerse con otra estrella que ayude la ambición de conquistar el anillo.
Fue su representante, Rich Paul, quien desveló las intenciones del alero de renunciar a un acuerdo de tres años por 162 millones de dólares para liberar 12,9 millones que permitan fichar algún gran refuerzo. Sin embargo, el agente de la leyenda dejó claro que si los Lakers no consiguen hacerse con un nombre importante, LeBron pediría el contrato más alto posible.
Entre las estrellas que podrían recalar en los Lakers está Klay Thompson, cuya continuidad en los Warriors se antoja muy complicada, con lo que acabaría así una era en el equipo de la Bahía de San Francisco, con el que ganó cuatro anillos. El veterano alero de 34 años también ha sonado para los Mavericks, los Clippers y los Magic. Otros nombres que podrían estudiar los de amarillo y púrpura son los de James Harden y Jonas Valanciunas.
Todo apunta que el primer proyecto de JJ Redick en el banquillo de los Lakers va a ser potente con la continuidad de LeBron y Anthony Davis como grandes estrellas, pero también con el refuerzo que la franquicia espera concretar en el mercado.
A ello, en el lado sentimental, habría que añadir la presencia de Bronny James en la plantilla. El hijo de LeBron fue seleccionador por los angelinos en el puesto 55 del draft y el mito podrá cumplir su sueño de jugar al menos una temporada junto a su hijo, lo supone un hecho insólito en la historia de la NBA.