Tras los resultados del caucus de Iowa esta semana, quedó claro que Donald Trump retornó con fuerza y probablemente será el candidato del Partido Republicano. En su discurso de victoria, lejos de hablar de una visión de un país que cumpla con su parte para hacer frente a la crisis climática, aseguró que una de las prioridades de una futura administración sería «Drill, baby, drill», es decir, aumentar las operaciones de gas y petróleo, los mayores contaminantes responsables de las emisiones que provocan el cambio climático.
Tan sólo pensar en una presidencia de Trump es aterrador, pero para quienes necesitan refrescar su memoria, sobre todo cuando se trata de clima…. Recordemos que su respuesta ante un huracán de las proporciones de María fue ir a Puerto Rico a lanzar toallas de papel. Recordemos que él nos sacó del Acuerdo de París y desmanteló más de 100 disposiciones medioambientales necesarias para proteger nuestro medioambiente y salud. La lista es larga y estos son sólo algunos ejemplos de una verdad inequívoca. Trump es un negacionista climático y bajo su liderazgo la crisis climática no tendrá solución.
El año 2023 fue el más caluroso jamás registrado. A través del país se experimentaron desde incendios forestales mortales en Hawái hasta un tramo récord de 31 días a 110 °F o más en Arizona. Y a sólo pocos días de comenzar el 2024, los científicos afirman que este año podría ser aún más caluroso que el 2023. Esta tendencia se puede convertir en la norma, si la extracción de combustibles fósiles no disminuye significativamente antes de 2030.
Desde temperaturas récord en Iowa esta semana hasta tornados y fuertes vientos, todo el país se ha visto afectado por condiciones meteorológicas extremas. La crisis climática sigue llamando a la puerta de los votantes, y cada vez es más amplio el consenso en que el próximo presidente debe tomar medidas para abordar el cambio climático.
El año pasado, EE.UU. experimentó 28 desastres meteorológicos y climáticos diferentes que costaron miles de millones de dólares. Esto supera a 2020 -que tuvo 22 eventos- para el récord del mayor número de desastres de millones de dólares en los EE.UU.. El clima extremo exacerbado por el cambio climático es letal y costoso para los contribuyentes.
Trump ya ha convertido la negación sobre el cambio climático en una parte central de su tercera campaña para la Casa Blanca, difundiendo falsedades respaldadas por las grandes petroleras sobre la energía limpia, los precios del gas y los vehículos eléctricos, mientras ignora la realidad científica del cambio climático. Una vez más, sostiene que el calentamiento global causado por el hombre es un engaño y que el camino a seguir es «perforar, perforar, perforar».
Una presidencia más de Trump significaría un gran paso atrás en todo el progreso que hemos logrado. Una presidencia de Trump significaría retomar la producción total de combustibles fósiles, lo peor posible para nuestro planeta.
No podemos permitirnos deshacer el progreso que hemos alcanzado, que es bueno para nuestro planeta, nuestras comunidades y nuestros bolsillos. El Plan de Energía Limpia del presidente Biden ya ha generado la creación de más de 211.000 nuevos puestos de trabajo en energías limpias, incluido un crecimiento significativo del empleo en los estados clave como Arizona, Nevada, Michigan y Georgia. Durante la presidencia de Trump, por el contrario, se cerraron fábricas de automóviles y desaparecieron puestos de trabajo.
En Estados Unidos millones de votantes latinos ponen al cambio climático como uno de los temas más importantes en su agenda política y sabemos que 2024 será un año donde los Latinos tendremos que elegir entre dos extremos: un negacionista climático como Trump o un presidente como Biden, que ha liderado avances enormes para mitigar y protegernos del cambio climático a través de su Plan de Energía Limpia. La opción es clara.
Antonieta Cádiz es la directora ejecutiva adjunta de Climate Power En Acción. Anteriormente, trabajó como corresponsal nacional para La Opinión y fue escritora política nacional para Univisión.