*******************************************
Es difícil imaginar que alguien pueda lastimar intencionalmente a un niño. Sin embargo, cerca de más de un millón de niños son maltratados cada año solo en los Estados Unidos. Y estos son los casos que se denuncian; hay muchos otros, que nunca se hablan o pasan desapercibidos, ya que por lo general los niños tienen temor a decir lo que les está pasando.
En la mayoría de los casos, los niños conocen a los autores del abuso, y el abuso ocurre casi siempre en el hogar.
Cuando los abusos sexuales ocurren en la familia, el niño puede temerle a la ira, la vergüenza de los miembros de la casa, o piensan que si se descubre el secreto la familia se desintegra.
Los abusos sexuales a estos menores son una realidad mucho más extendida de lo que parece y de lo que se quiere mostrar.
Los padres tienen que proteger a sus hijos, ensenarles que sí, hay ocasiones en que el niño-a puede decir NO a un adulto. También hay momentos en que los hijos SI, deben revelar un secreto. Si se les enseña a decir, por ejemplo, que digan, “voy a preguntarle a mamá primero”, así podrían desanimar a esos salvajes por así llamarlos.
A estas personas yo los llamaría “criminales”, en muchas ocasiones suelen ser personas que gozan de autoridad y prestigio. En estos casos seguramente si el niño-a, lo delatara no le tomarían mucha atención porque se está denunciando a este abusador que es una figura muy respetada y, por lo tanto, es siempre más creíble que el niño-a, que está diciendo la verdad. Por esta razón y otras, el niño se calla.
Siempre he dicho que, al abusador, se le debe de cortar los genitales, solo así disminuirían estos insólitos abusos de estos malditos y escorias de la vida, que no aportan nada bueno a la sociedad. Que la corte judicial y los policías no pierdan el tiempo y dinero teniéndolos en las cárceles, estas gentes no sirven para nada.
Desgraciadamente, la mayoría de estos abusos sexuales ocurren como ya lo dije en el propio hogar, y el agresor es generalmente el padre, padrastro, hermano o cualquier pariente cercano que tiene fácil acceso a la víctima. En estas circunstancias el abuso sexual se le llama incesto.
Estos abusos, muestran una nefasta tendencia al alza de un sinnúmero de casos que se han dado en las cortes. Esto porque se ha denunciado, ahora imagínese cuántos habrá que no se cuentan ni se denuncian.
Si a los adultos nos cuesta hablar de actos o sensaciones que nos avergüenzan, a los niños mas aún. Los abusadores malditos y salvajes, que no se les puede llamar de otra manera, lo saben. Por esto se aprovechan y desahogan sus más bajos deseos con los pobres niños.
Hay otros factores por los cuales los niños prefieren callar, y es que sienten miedo por las posibles represalias de su familia. Si es el padrastro el violador, la madre le cree más al marido y no a su hija, a quien la tilda de mentirosa. Es una lastima que esto ocurra de esta manera. Aquí hay un caso que yo llamaría, “Mujeres sexuales”, que son más mujeres que madres.
Lo más brutal en mi opinión, es cuando el propio padre comete estos abusos. No hay calificativo para una persona de esta calaña, estos simplemente vinieron al mundo para causar daño y destrucción emocional y espiritual en la persona afectada.
Casos así, últimamente se escuchan a diario. Diría yo, que desde hace un tiempo acá la caja de los abusos sexuales parece haberse destapado después de permanecer durante décadas o siglos cerrada. Sucede en las iglesias, en el ámbito familiar, en las escuelas, en el gimnasio etc.etc.
Por último, con todo los prejuicios y tabúes subyacentes, así como la falta de cultura de la legalidad y educación sexual, es indispensable hablar y escribir sobre estos temas para educar y visibilizar a las víctimas a las que, en el caso de los abusos y violaciones, no se les destruya la vida.