El COVID y sus nuevas variantes, no nos dejan. A principios del 2020 empezó la pesadilla que ha cobrado millones de muertes en todas partes del mundo. En México ya llevamos casi 240 mil y contando, lo cual es muy triste. Ahora la pandemia está atacando a jóvenes y niños. Nuevamente tenemos casos diarios al alza, largas filas para la realización de pruebas y ocupación hospitalaria a punto de ser rebasada.
Son tres los elementos necesarios para enfrentar la pandemia: 1) Adquisición y aplicación de vacunas; 2) ejecución y monitoreo de protocolos sanitarios; y 3) cooperación de la ciudadanía. En México no hay avance coordinado ni en la misma proporción en los tres, del dicho al hecho, hay un largo trecho.
En el tema de vacunas, según datos de la Secretaría de Salud se han aplicado, con corte al 23 de julio de 2021, poco más de 58 millones dosis de las seis diferentes vacunas autorizadas. Esto equivale al 45 por ciento de la población y al 17 por ciento con el esquema completo. Como referencia cercana, en Estados Unidos el 49 por ciento de la población está completamente vacunada.
Las vacunas autorizadas por la Cofepris son Johnson & Johnson, AstraZeneca, Sinovac, CanSino, Covaxin, Sputnik V y Pfizer-BioNTech; sin embargo, la india Covaxin todavía no ha sido adquirida ni aplicada por el Gobierno de México. Al país han llegado 77 millones de dosis de las seis vacunas, lo cual nos deja lejos de completar la totalidad requerida. Además, hay dudas sobre la efectividad de estas. En resumen, no hay una estrategia efectiva de vacunación en México, todavía hay mucha gente sin vacunar y la población infantil no está considerada.
En referencia a protocolos, los centros comerciales, aeropuertos, hoteles, lugares de eventos sociales, antros y restaurantes están siendo saturados sin que haya monitoreo por parte de las autoridades para verificar que se cumplan las medidas sanitarias y aforos correspondientes. Hay urgencia por la recuperación económica, pero esto no puede seguir así.
La semana pasada viajé a Cancún y el aeropuerto de esa ciudad estaba atiborrado. La aerolínea Volaris hizo una sola fila para todos los destinos y horarios de los vuelos ocasionando una larga cola con la dificultad para respetar la distancia social. Ni autoridades oficiales ni personal de la aerolínea se hicieron presentes para poner orden. No sirve de mucho tener protocolos puntuales y señalamientos si no se respetan y se exige su cumplimiento.
Por otra parte, el cansancio del encierro ha hecho que las personas relaje su cuidado y protección; ni el tener la vacuna da total inmunidad. Muchos ciudadanos y trabajadores no cumplen con el uso del cubrebocas ni con la sana distancia, ¿usted cree que se laven las manos?
No podemos bajar la guardia y dejar de ser extremadamente cuidadosos con las medidas preventivas. La autoridad no tiene la capacidad de monitorear a todas las unidades de negocio de ahí que sea indispensable cooperar como usuarios; es necesario denunciar al establecimiento que no esté cumpliendo con los protocolos higiénicos, y solicitar a quienes no porten su cubre bocas o atienden la sana distancia, que lo hagan.
Y, por si fuera poco, hay muchas personas que se resisten a la vacuna y están decididos a no inocularse. Hace poco el presidente de Francia, Emmanuel Macron, comunicó una serie de medidas para presionar a la población a vacunarse contra el COVID-19 y frenar el alza de contagios del virus. Macron anunció que se requerirán pases especiales en todos los restaurantes, bares, hospitales, centros comerciales, trenes y aviones. Para obtener el pase, que serán necesarios a partir del mes próximo, las personas deberán estar plenamente vacunadas, haberse recuperado recientemente del virus o tener una prueba negativa. Ante esto, miles de ciudadanos protestaron argumentando una violación a su libertad, ¿usted cree?
Macrón señaló: “(los no vacunados) esta vez usted se queda en casa …no podemos hacer que quienes tienen el sentido cívico de vacunarse carguen con la carga de los inconvenientes”. Enérgico, pero es necesario comprender que los “no vacunados por resistencia” exponen a los demás. Algo similar se proyecta para Sinaloa y Coahuila. Claro está, se necesitan las vacunas.
Estamos en un círculo perverso en donde la palabra reinante es insuficiencia: de vacunas, de responsabilidad y compromiso.
Mientras tanto, AMLO sigue sin usar el cubre bocas.