Revelan informe preliminar del choque de avión y helicóptero en río Potomac
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) ha publicado este martes su informe preliminar sobre el trágico choque ocurrido el 29 de enero sobre el río Potomac, en Washington D.C., entre un avión de American Airlines y un helicóptero Black Hawk del Ejército de Estados Unidos. Este accidente dejó un saldo de 67 muertos y fue el más letal en el país desde 2001.
El avión, con 64 personas a bordo, iba en camino al aeropuerto nacional Ronald Reagan en Arlington, Virginia, mientras que el helicóptero militar estaba realizando un ejercicio de evacuación de emergencia. Ambas aeronaves cayeron al río Potomac, y ninguno de los ocupantes sobrevivió.
Posibles causas del accidente aéreo
El informe preliminar de la NTSB indica que la tripulación del helicóptero Black Hawk pudo no haber calculado correctamente su altitud antes de la colisión. Los investigadores han señalado que el piloto del helicóptero pudo haber tenido dificultades para escuchar las instrucciones del controlador aéreo debido a un posible problema con las transmisiones de radio. Además, los controladores aéreos informaron que intentaron comunicarse con el piloto del helicóptero para asegurarse de que había una separación segura entre las aeronaves, pero parece que hubo dificultades para entender las indicaciones a tiempo.
El accidente se ha considerado uno de los peores en términos de víctimas fatales desde el atentado del 11 de septiembre en Nueva York. La NTSB continuará con su investigación, pero ya se ha adelantado que las comunicaciones y el manejo de la altitud por parte de la tripulación del helicóptero pueden haber jugado un papel importante en el incidente.
Accidentes aéreos recientes y preocupaciones sobre seguridad
Este incidente ha generado una creciente preocupación sobre la seguridad del transporte aéreo en Estados Unidos, especialmente considerando que 2025 ha sido un año marcado por varios accidentes aéreos. En enero y febrero, se reportaron otros trágicos accidentes, como el estrellamiento de un avión de transporte médico en Filadelfia, que resultó en la muerte de siete personas, y la caída de una aeronave en Alaska que dejó 10 víctimas fatales. Estos eventos, junto con otros incidentes menores, han reavivado los temores sobre la seguridad en el aire.
Sin embargo, a pesar de estos trágicos sucesos, los expertos en aviación aseguran que el transporte aéreo sigue siendo uno de los modos más seguros de transporte en Estados Unidos.
El vuelo de American Airlines y la práctica del Black Hawk
El vuelo 5342 de American Airlines había partido de Wichita, Kansas, con destino a Washington D.C., llevando a 60 pasajeros y cuatro tripulantes. El avión se acercaba a la pista de aterrizaje cuando, en paralelo, el helicóptero Black Hawk realizaba maniobras de evacuación de emergencia. Estos ejercicios, que se realizan regularmente, están diseñados para simular el traslado de funcionarios gubernamentales en caso de un ataque o desastre.
Según la NTSB, los controladores aéreos le ofrecieron al piloto del avión una pista más corta para aterrizar, y este aceptó. No obstante, la interacción entre las aeronaves parece haber sido complicada. Unos momentos antes de la colisión, el controlador aéreo le preguntó al piloto del Black Hawk si tenía el avión a la vista. El piloto respondió que sí y solicitó «separación visual», lo que le permitió volar más cerca del avión, lo que, según los expertos, podría haber reducido la distancia de seguridad necesaria.
A pesar de estas acciones, las aeronaves colisionaron 20 segundos después. La NTSB ha señalado que la grabación de la cabina del Black Hawk revela que una transmisión de radio se interrumpió justo antes del accidente, lo que puede haber impedido que la tripulación recibiera las instrucciones completas del controlador aéreo.
Detalles adicionales del accidente y de las víctimas
La investigación también ha indicado que el helicóptero Black Hawk se encontraba a una altitud de 278 pies al momento del impacto, superando el límite permitido de 200 pies para esa zona. Además, la tripulación del helicóptero aparentemente tenía lecturas imprecisas sobre su altitud, ya que el piloto mencionó que volaban a 300 pies, mientras que el instructor informó que estaban a 400 pies. Estos factores contribuyeron a la fatal colisión.
El presidente Donald Trump, al ser informado sobre el accidente, inicialmente culpó al helicóptero por volar a una altitud demasiado alta y cuestionó los esfuerzos federales en cuanto a la diversidad en el cuerpo de controladores aéreos. Sin embargo, no pudo presentar evidencia que respaldara estas afirmaciones. En declaraciones posteriores, Trump también criticó el sistema de control de tráfico aéreo, calificándolo de obsoleto.
El Ejército identificó a los tres miembros de la tripulación del Black Hawk como la capitana Rebecca M. Lobach, de 28 años, el sargento Ryan Austin O’Hara, de 28, y el suboficial jefe Andrew Loyd Eaves, de 39. Además, entre los pasajeros del avión se encontraba un grupo de patinadores del Skating Club de Boston, así como varios miembros de una excursión de cazadores y familias de Virginia y Maryland.
Próximos pasos en la investigación
La NTSB ha recuperado los restos de ambas aeronaves y sigue recolectando evidencia mientras continúa con la investigación. Aunque el informe final no se espera hasta 2026, los avances preliminares están arrojando luz sobre las causas del accidente y se espera que la investigación termine con nuevas recomendaciones de seguridad para evitar que tragedias similares ocurran en el futuro.
Este choque fatal ha dejado una huella significativa en la comunidad aeronáutica y, a medida que la NTSB avance con la investigación, los resultados podrían impactar en las normativas de seguridad aérea y en los procedimientos operativos de las fuerzas militares y las aerolíneas comerciales en los próximos años.