El Milan vivió una tarde de emociones intensas en el Stadio Via del Mare, donde consiguió un ajustado 2-3 frente al Lecce. Tras un comienzo complicado y un marcador en contra de 2-0, los rossoneri protagonizaron una remontada de ensueño en apenas once minutos, gracias a la inspiración de Christian Pulisic, quien anotó un doblete. Con esta victoria balsámica, el Milan consiguió espantar su crisis de resultados, que lo había dejado al borde de una temporada desastrosa.
Un inicio lleno de altibajos
El equipo dirigido por Sergio Conceiçao llegaba a este encuentro con una racha negativa que incluía tres derrotas consecutivas en la Serie A y una sorpresiva eliminación en los dieciseisavos de la Liga de Campeones a manos del Feyenoord. Esta situación había colocado al Milan en una posición muy difícil, con la necesidad urgente de sumar puntos para mantenerse en la lucha por los puestos europeos y lograr algo de dignidad en el cierre de la temporada.
El Milan no comenzó mal el encuentro, aunque las ocasiones que generaron en la primera parte no fueron suficientes para marcar. Un partido de ida y vuelta, donde el Lecce también tuvo sus oportunidades, dejó claro que ambos equipos estaban decididos a luchar por la victoria. A los seis minutos, el Lecce golpeó primero con un golazo de Nikola Krstovic desde fuera del área, que dejó sin opciones al portero milanista. A pesar de un intento de respuesta rápida de los rossoneri, el Milan se fue al descanso con la sensación de que el marcador podía haber sido peor si no hubiera sido por algunas decisiones del VAR.
El VAR, protagonista en el primer tiempo
El Milan vio cómo el VAR anulaba dos goles en la primera mitad: uno de Giménez por un fuera de juego de apenas unos centímetros y otro del Lecce, también invalidado por una falta en la jugada previa. Estos momentos generaron frustración en ambos equipos, pero el Milan se mantenía vivo en el encuentro.
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La remontada milagrosa
En el segundo tiempo, el Milan salió con otra actitud. Sin embargo, todo parecía en su contra cuando Krstovic marcó su segundo gol, poniendo el 2-0 en el marcador y dejando al Milan al borde de la desesperación. Fue en ese momento cuando Conceiçao hizo su primer cambio clave: la entrada de Joao Félix. El portugués, que había estado perdiendo protagonismo en el equipo, se convirtió en el revulsivo que el Milan necesitaba. Aunque su remate fue desviado, el balón rebotó en el defensor del Lecce, Antonino Gallo, quien terminó anotando en propia puerta.
Este gol abrió la puerta para lo que se convertiría en una remontada épica. En el minuto 69, Pulisic se hizo cargo de un penalti que él mismo provocó, con una ejecución impecable que acercó al Milan al empate. Ocho minutos después, un centro excepcional de Rafael Leao desde la banda izquierda encontró a Pulisic nuevamente, quien remató con precisión para sellar el 2-3.
Un respiro para el Milan
El Milan logró lo impensable, y tras un agónico final, se llevó una victoria clave para el equipo, que de esta manera rompió una racha de malos resultados y renovó sus esperanzas en la lucha por los puestos europeos. Con este triunfo, el Milan sigue soñando con clasificarse a competiciones continentales, aunque sabe que debe mantener esta actitud en los próximos partidos para no caer nuevamente en una crisis.
Con esta victoria, el Milan espanta por ahora la sombra de la eliminación en Europa y las derrotas en la Serie A. Los rossoneri necesitan más actuaciones como esta para soñar con Europa y recuperar la confianza perdida en lo que va de la temporada.