La nueva secretaria de Educación, Linda McMahon, asumió el cargo esta semana, luego de ser confirmada por el Senado. Su principal tarea será llevar a cabo el desmantelamiento del Departamento de Educación, como lo solicitó el presidente Donald Trump, quien aseguró que la agencia debería desaparecer por completo en cumplimiento de una promesa hecha a los conservadores, de “eliminarlo” y devolver el control de la educación a los estados.
La eliminación del Departamento de Educación bajo el gobierno de Trump
La promesa de eliminar el Departamento de Educación ha sido un objetivo de los conservadores desde su creación en 1979, bajo la presidencia de Jimmy Carter. Aunque Ronald Reagan intentó eliminarlo durante su mandato, no tuvo suficiente apoyo congresional. Ahora, con la administración de Trump, la idea de abolir esta agencia toma nuevamente fuerza, pero enfrenta grandes desafíos legislativos.
Trump ha expresado que, en su visión, la eliminación del Departamento de Educación es parte de un proceso para devolver el control de la educación a los estados. Sin embargo, para llevar a cabo esta medida, será necesaria una ley del Congreso que revierta la legislación que creó el departamento. Para ello, Trump necesitaría obtener al menos 60 votos en el Senado, lo que parece complicado, ya que tendría que conseguir el apoyo de siete senadores demócratas.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla con la prensa en el Despacho Oval, este 6 de marzo de 2025. EFE/Al Drago/Pool
El impacto de la eliminación del Departamento de Educación
El Departamento de Educación desempeña funciones clave en el sistema educativo estadounidense, como la gestión del programa de préstamos estudiantiles federales, que actualmente alcanza los 1,6 billones de dólares, y la distribución de fondos para las escuelas primarias y secundarias. La agencia también realiza pruebas de rendimiento y recopila estadísticas relacionadas con la educación en el país.
Además, el Departamento de Educación tiene alrededor de 4,400 empleados que trabajan en diversas áreas, desde la implementación de programas de apoyo a estudiantes con discapacidades hasta la supervisión de las becas Pell, que ayudan a los estudiantes de bajos ingresos a acceder a la educación superior.
A pesar de las críticas de muchos conservadores que ven al departamento como una “carga burocrática”, expertos como Rick Hess, director de estudios de política educativa en el American Enterprise Institute, consideran que el Departamento de Educación ha jugado un papel importante en la lucha por la equidad en el sistema educativo. En su opinión, eliminarlo no promovería la elección de escuelas ni tendría un gran impacto sobre las escuelas públicas tradicionales, pero ha servido como un «símbolo» en el debate sobre la educación en EE.UU.
Impacto en los estudiantes latinos
El desmantelamiento del Departamento de Educación podría tener un impacto significativo en los estudiantes latinos, una de las comunidades más vulnerables en el sistema educativo de Estados Unidos. Actualmente, el departamento desempeña un papel crucial en garantizar que los estudiantes de comunidades marginadas, incluidos los latinos, tengan acceso a recursos educativos esenciales, como becas, préstamos estudiantiles y programas de apoyo para estudiantes con discapacidades.
Si bien la educación es, en gran medida, responsabilidad de los estados y condados, la intervención del gobierno federal ha sido fundamental para asegurar que los fondos se distribuyan de manera equitativa y que los derechos civiles de los estudiantes sean protegidos. La eliminación del Departamento de Educación podría generar una mayor disparidad en la calidad de la educación, especialmente en las zonas más desfavorecidas, donde los estudiantes latinos constituyen una parte significativa de la población escolar.
El departamento también supervisa el cumplimiento de las leyes de derechos civiles que prohíben la discriminación racial y étnica en las escuelas. Sin esta agencia, los estudiantes latinos podrían enfrentar mayores barreras para acceder a una educación de calidad y a servicios especializados que promuevan su éxito académico.
Además, el Departamento de Educación administra programas como las becas Pell, que han sido fundamentales para que muchos estudiantes latinos puedan asistir a la universidad. La eliminación de la agencia podría complicar el acceso a estos fondos y aumentar la carga financiera de las familias latinas, que ya enfrentan desafíos económicos significativos.
Vista de la entrada del Departamento de Educación de Estados Unidos, este 6 de marzo de 2025, en Washington. EFE/Jim Lo Scalzo
Los retos de la reforma educativa propuesta por Trump
Trump ha prometido «devolver la educación a los estados», pero la cuestión sigue siendo cómo manejará las responsabilidades que actualmente recaen en el Departamento de Educación, como la financiación de las escuelas públicas y el acceso a la educación superior. Durante su campaña electoral, el presidente se comprometió a reducir el tamaño del gobierno y descentralizar muchos de los programas federales. Esto incluye el financiamiento federal de las escuelas primarias y secundarias, que actualmente recibe una gran parte de su presupuesto de esta agencia.
La administración de Trump también se ha centrado en redefinir el papel del Departamento de Educación en el ámbito de los derechos civiles. Por ejemplo, bajo su mandato, el Departamento ha dado prioridad a las denuncias de antisemitismo, especialmente en el ámbito académico, y ha comenzado investigaciones en universidades y ligas deportivas escolares sobre la participación de atletas transgénero en competiciones femeninas. Esto forma parte de su visión más amplia de modificar la política de diversidad y equidad, una postura que ha sido controversial entre algunos sectores de la sociedad.
La importancia del Departamento de Educación en la política educativa
A pesar de las críticas hacia el Departamento de Educación por parte de ciertos grupos políticos, este desempeña un rol esencial en la supervisión de la calidad educativa a nivel nacional. A través de su Oficina de Derechos Civiles, la agencia vela por el cumplimiento de las leyes que prohíben la discriminación en las escuelas financiadas con fondos federales. Además, el departamento asegura que los recursos educativos sean distribuidos de manera equitativa, tanto para estudiantes de diferentes orígenes raciales y socioeconómicos como para aquellos con discapacidades.
Otro de los aspectos más importantes de la labor del Departamento de Educación es la supervisión del sistema universitario en Estados Unidos. Si bien no acredita directamente a las universidades, sí supervisa a las agencias de acreditación reconocidas a nivel federal. Esto es esencial para que las instituciones de educación superior puedan acceder a fondos federales destinados a la ayuda financiera de estudiantes.
El desafío de abolir el Departamento de Educación
La tarea de abolir el Departamento de Educación no es sencilla. Además de la resistencia política, la eliminación de la agencia tendría un gran impacto en las funciones que actualmente desempeña en el sistema educativo de Estados Unidos. Los republicanos que han promovido la abolición del departamento creen que se reduciría la burocracia y permitiría un enfoque más flexible y descentralizado en la educación. Sin embargo, la pregunta sigue siendo cómo se redistribuirían las responsabilidades que actualmente tiene el gobierno federal.
Trump ha señalado que, si el Departamento de Educación desaparece, las funciones de financiamiento y supervisión de la educación deberían ser asumidas por los estados, algo que podría generar un panorama educativo aún más desigual si no se toman las medidas adecuadas para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad.