El Kremlin negó hoy que su último bombardeo contra infraestructuras energéticas ucranianas fuera una respuesta a la tregua propuesta por Ucrania y la Unión Europea (UE), la cual fue rechazada categóricamente por Rusia. En una rueda de prensa telefónica diaria, Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, desestimó cualquier vínculo entre el ataque y las negociaciones para un alto el fuego.
«No, no estamos de acuerdo con ese punto de vista», afirmó Peskov, al ser preguntado por los periodistas sobre si el ataque estaba relacionado con la propuesta de paz de Ucrania y la UE. Según el portavoz, Rusia no veía la tregua como una solución viable a la guerra en curso.
El bombardeo ruso a infraestructuras ucranianas
El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, confirmó la ejecución del ataque, que tuvo lugar durante la noche, y detalló que se utilizó un arsenal de armas de precisión de largo alcance, así como drones. «Las Fuerzas Armadas de Rusia perpetraron un ataque múltiple contra instalaciones de infraestructura energética», indicó el comunicado oficial del Ministerio. La nota también destacó que los objetivos fueron alcanzados y eliminados con éxito, lo que implica que las infraestructuras estratégicas ucranianas resultaron gravemente dañadas.
Ataques a las ciudades de Járkov y Ternópil
De acuerdo con el Gobierno de Ucrania, el ataque consistió en el lanzamiento de un total de 67 misiles y 194 drones hacia las infraestructuras energéticas de las ciudades de Járkov y Ternópil, que son vitales para el suministro de gas y energía. Las autoridades ucranianas informaron que lograron interceptar y derribar 34 misiles y 100 drones, aunque gran parte de los proyectiles alcanzaron su objetivo, dañando instalaciones de la empresa pública Naftogaz, encargada del suministro de gas en el país.
El ataque también dejó un saldo de daños materiales en áreas residenciales cercanas, lo que agravó aún más la crisis humanitaria en las zonas afectadas. En Járkov, los equipos de rescate trabajaron incansablemente para atender a las víctimas atrapadas en los escombros, mientras que los hospitales de la ciudad se vieron desbordados por los heridos.
La propuesta de tregua de Macron y la negativa rusa
El 2 de marzo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, propuso una tregua de un mes como primer paso hacia una eventual paz, sugiriendo además el despliegue de tropas de paz occidentales en Ucrania para supervisar la situación. Sin embargo, esta propuesta fue rápidamente rechazada por Moscú, que argumentó que cualquier despliegue de fuerzas extranjeras en Ucrania sería interpretado como una intervención directa en el conflicto, lo que empeoraría aún más las relaciones con la OTAN y con Occidente en general.
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, reafirmó la postura del Kremlin, calificando la propuesta de Macron de «intolerable». Según Lavrov, el envío de tropas de paz extranjeras significaría «una participación abierta, oficial y no disimulada de los países de la OTAN en la guerra contra Rusia», lo que Rusia no podría permitir bajo ninguna circunstancia.
La respuesta de Zelenski ante los ataques
En medio de los continuos bombardeos, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, reiteró su disposición para alcanzar la paz, pero insistió en que la primera medida debe ser frenar los ataques rusos. En sus redes sociales, Zelenski subrayó la necesidad de una tregua aérea y expresó que una paz real solo podría alcanzarse si Rusia cesa los ataques aéreos y de misiles contra Ucrania.
“Los primeros pasos para conseguir una paz real deben ser forzar a la única fuente de esta guerra, que es Rusia, a detener ataques como este contra la vida. Y esto puede controlarse de forma efectiva. Calma en el cielo, prohibición del uso de misiles, de drones de largo alcance y de bombas aéreas”, declaró Zelenski. Estas palabras reflejan la creciente desesperación de Ucrania por frenar el sufrimiento de su población y poner fin a la guerra de manera efectiva.
La situación en el terreno y el futuro del conflicto
La guerra en Ucrania continúa intensificándose, y los ataques rusos contra infraestructuras clave en el país no parecen dar señales de disminuir. El objetivo de Rusia con estos bombardeos parece ser debilitar la capacidad de Ucrania para resistir a largo plazo, atacando principalmente sus infraestructuras energéticas y de comunicaciones. Estos ataques han generado una grave crisis humanitaria en las zonas afectadas, obligando a miles de personas a huir de sus hogares y buscar refugio en otras partes de Ucrania o fuera del país.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue buscando formas de mediar en el conflicto, pero las diferencias entre las potencias globales complican los esfuerzos por alcanzar una tregua. Las conversaciones entre Ucrania, la UE y Rusia siguen siendo tensas, y las propuestas de paz continúan siendo rechazadas por el Kremlin. Mientras tanto, el sufrimiento de la población ucraniana sigue siendo una de las principales preocupaciones de los líderes mundiales.
En este contexto, la guerra parece no tener un final cercano, y las partes involucradas siguen aferrándose a sus posiciones mientras se intensifica la lucha en el terreno. Con el tiempo, será necesario que se encuentren soluciones diplomáticas más efectivas para evitar una mayor escalada del conflicto.