La creciente prevalencia de la obesidad en Estados Unidos, uno de los países con mayor tasa de sobrepeso en el mundo, ha incrementado la popularidad de los llamados «medicamentos milagro». Entre estos, el más conocido es la inyección de Ozempic, que ha captado la atención tanto de la comunidad médica como de personalidades públicas que han compartido su experiencia con el medicamento.
Obesidad en Estados Unidos: Un problema de salud pública
Hoy, en el Día Mundial contra la Obesidad, se busca concienciar sobre esta crisis de salud que afecta a una parte significativa de la población estadounidense. Según el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC), entre 2017 y 2020, dos de cada cinco estadounidenses (41,9%) podían considerarse obesos, un porcentaje que se encuentra por encima del umbral del ‘sobrepeso’, definido por un índice de masa corporal superior a 30.
Lo que es aún más preocupante es que este problema no afecta a todos los grupos por igual. Existe una clara disparidad racial: entre la población negra, la obesidad afecta a casi una de cada dos personas (49,9%), mientras que entre los hispanos este porcentaje es ligeramente inferior (45,6%). Por otro lado, en la población blanca, la obesidad afecta al 41,1%, mientras que solo un 16% de los asiáticos sufren de obesidad, según datos del CDC.
La obesidad tiene consecuencias significativas en la salud. Un 58% de los adultos obesos padecen de hipertensión, lo que aumenta los riesgos cardíacos, y un 23% de ellos sufre de diabetes tipo 2. Estos problemas de salud no solo tienen repercusiones en la vida de los individuos afectados, sino también en la economía del país. En 2019, un individuo con obesidad tenía un gasto médico anual promedio de 1.861 dólares más que una persona con peso corporal considerado saludable. A nivel global, los gastos relacionados con la obesidad alcanzaron los 173.000 millones de dólares ese mismo año.

Fotografía de archivo de un envase del medicamento Ozempic de Novo Nordisk. EFE/EPA/Ida Marie Odgaard
La intervención del gobierno y la lucha contra la «comida chatarra»
La obesidad no solo es un tema de salud, sino también de política. El controvertido secretario de Salud en el gobierno de Donald Trump, Robert F. Kennedy, ha liderado una cruzada personal contra la llamada «comida chatarra», que él considera que es la principal culpable del deterioro de la salud de los estadounidenses. Según el Instituto Nacional de la Salud (NIH), el 32% de los adultos y el 49% de los niños en Estados Unidos tienen una dieta de mala calidad. De hecho, cerca del 90% de la población consume comida chatarra al menos una vez al día, siendo los grupos de población negra e hispana los que más recurren a este tipo de alimentación.
Ozempic: La solución farmacológica contra la obesidad
En medio de esta crisis de salud pública, los medicamentos para la obesidad han ganado popularidad. Durante décadas, las «dietas milagro» y los caros programas de gimnasios no lograron ofrecer soluciones duraderas a quienes luchaban contra el sobrepeso. Sin embargo, en los últimos años, han surgido medicamentos que prometen resultados espectaculares en el tratamiento de la obesidad.
Ozempic, un medicamento originalmente diseñado para tratar la diabetes tipo 2, se ha convertido en el más conocido dentro de este grupo de fármacos. Lo que ha disparado su popularidad no son solo sus efectos en la reducción del peso, sino también la visibilidad que ha recibido gracias a celebridades como Elon Musk, Oprah Winfrey y la actriz Rebel Wilson, quien logró perder más de 35 kilos con su uso.

Imagen de archivo de unas cajas de medicamentos Ozempic y Wegovy. EFE/Ida Marie Odgaard
¿Cómo funciona Ozempic y qué lo hace tan popular?
Lo que diferencia a Ozempic de otros medicamentos anteriores es que parece no tener efectos secundarios graves, más allá de los económicos. Durante el auge del medicamento, su precio llegó a superar los 900 dólares por usuario al mes. A pesar de esto, la alta demanda y la visibilidad de Ozempic en medios y redes sociales contribuyeron a que las farmacéuticas invirtieran más en investigación, lo que permitió que aparecieran medicamentos competidores como Wegovy o Mounjaro, con precios mucho más accesibles para la población general.
Estos medicamentos no solo han demostrado ser efectivos en la reducción de peso, sino que algunos estudios han mostrado que también tienen beneficios colaterales. Un hallazgo interesante es que algunos de estos medicamentos ayudan a mejorar la fertilidad de las mujeres que han superado la obesidad, lo que ha dado lugar a una mayor demanda entre aquellos que desean mejorar su salud general.
La economía detrás de los medicamentos para la obesidad
Aunque los medicamentos como Ozempic pueden ofrecer soluciones rápidas para la pérdida de peso, sus altos costos siguen siendo una barrera para muchas personas. Si bien el acceso a estos medicamentos podría convertirse en una solución para la crisis de obesidad en Estados Unidos, la desigualdad en la disponibilidad de tratamientos sigue siendo un desafío importante.
La economía de los medicamentos para la obesidad plantea un dilema: mientras que estos fármacos pueden mejorar la salud de quienes los consumen, el precio elevado dificulta su accesibilidad a la población más afectada por la obesidad, que es también la que más enfrenta dificultades económicas. A medida que surgen nuevos tratamientos, la pregunta es si estos serán realmente accesibles para todos o si solo estarán al alcance de unos pocos.