El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está listo para firmar una orden ejecutiva que declarará por primera vez el inglés como la lengua oficial del país, según informan fuentes cercanas a la Casa Blanca. Este movimiento es el último paso en una serie de políticas que buscan redefinir la relación de Estados Unidos con sus inmigrantes y su diversidad lingüística.
El inglés como lengua oficial de EE.UU.
En la larga historia de Estados Unidos, nunca ha existido un idioma nacional a nivel federal. A pesar de que el inglés es la lengua más hablada y utilizada en el país, la nación alberga una gran diversidad lingüística debido a su historia de acogida de inmigrantes de todo el mundo. Se hablan más de 350 idiomas en todo el país, con el inglés dominando las comunicaciones oficiales y cotidianas.
Con esta orden ejecutiva, Trump busca hacer del inglés la lengua oficial de EE.UU. y promover la unidad nacional, según un resumen de la orden revisado por NBC News. Esto no significa que los servicios en otros idiomas desaparezcan; las agencias federales aún podrán proporcionar asistencia lingüística y documentos en idiomas distintos al inglés, pero la idea es fortalecer la eficiencia del gobierno y la cohesión cívica.
El inglés en el proceso de naturalización y la diversidad lingüística en EE. UU.
El inglés ya juega un papel central en el proceso de naturalización de inmigrantes. Aquellos que se convierten en ciudadanos estadounidenses deben demostrar su comprensión del inglés a través de un examen que evalúa su capacidad para leer, escribir y hablar en el idioma. Sin embargo, a pesar de su prominencia, las estadísticas de la Oficina del Censo de EE. UU. muestran que más de tres cuartas partes de los residentes de Estados Unidos hablan solo inglés en casa, lo que destaca la complejidad lingüística del país.
El hecho de que más de 350 idiomas sean hablados en el país resalta la diversidad cultural de EE. UU., pero también plantea desafíos en cuanto a la comunicación en las escuelas y los servicios públicos. Trump ha expresado preocupaciones sobre cómo la falta de conocimiento del inglés afecta la integración de los inmigrantes en la sociedad estadounidense, especialmente en el ámbito educativo. En sus discursos, ha destacado que los inmigrantes que no hablan inglés enfrentan dificultades para comunicarse en las aulas y en la vida diaria.
El debate político y la unidad a través del inglés
El tema de la lengua oficial en Estados Unidos no es nuevo en la política del país. Durante años, algunos políticos han propuesto que el inglés sea declarado como lengua oficial, citando razones de unidad y eficiencia. Trump ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal uno de los pilares de su administración, y la promoción del inglés como lengua oficial es una extensión de su enfoque en reducir las barreras lingüísticas que, según él, dificultan la integración de los inmigrantes.
En la reciente campaña presidencial, Trump se mostró preocupado por la llegada de migrantes que no hablaban inglés a comunidades como Springfield, Ohio. En sus declaraciones, sugirió que los estudiantes que no dominan el inglés enfrentan desafíos en las escuelas, lo que podría obstaculizar su desarrollo y el de la comunidad en general. «Tenemos lenguas que llegan a nuestro país. No tenemos un instructor en toda nuestra nación que pueda hablar ese idioma», comentó Trump.
El apoyo legislativo para el inglés como lengua oficial
La propuesta de convertir el inglés en la lengua oficial del país también ha recibido apoyo en el ámbito legislativo. Durante el último Congreso, el entonces senador JD Vance, republicano por Ohio, presentó la Ley de Unidad del Idioma Inglés. Esta legislación buscaba que el Gobierno federal utilizara el inglés «en circunstancias de sentido común». Según Vance, esta legislación refleja una verdad fundamental: el inglés es la lengua de EE.UU. y, por lo tanto, debería ser reconocida formalmente como tal en la ley.
«La lengua inglesa ha sido una piedra angular de la cultura estadounidense durante más de 250 años. Ya es hora de que el Congreso codifique su lugar en la ley», afirmó Vance en su comunicado.
Repercusiones de la orden ejecutiva
La orden ejecutiva de Trump no solo reafirma la importancia del inglés en la vida pública, sino que también refleja el creciente impulso por parte de su administración para establecer políticas que fortalezcan la identidad nacional. La medida podría tener implicaciones significativas para los inmigrantes, quienes deberán adaptarse a un sistema cada vez más centrado en el inglés.
Aunque la orden ejecutiva no eliminará por completo los servicios en otros idiomas, podría dar lugar a una revisión de las políticas existentes que garantizan asistencia lingüística para quienes no hablan inglés. Esto podría afectar a millones de residentes y ciudadanos de EE.UU. que dependen de estos servicios para acceder a la educación, la salud y otros servicios básicos.
El futuro del inglés en Estados Unidos
Con esta acción, Trump intenta subrayar el papel del inglés en la cohesión y el progreso de la nación. Sin embargo, también pone de relieve las tensiones existentes entre la integración de inmigrantes y la preservación de una identidad cultural unificada. Mientras que el inglés continuará siendo el idioma predominante, el debate sobre la diversidad lingüística en Estados Unidos está lejos de terminar.
La orden ejecutiva podría ser vista como un paso hacia la consolidación de una identidad nacional más homogénea, pero también podría generar controversias sobre la equidad en el acceso a servicios para aquellos que no hablan inglés. A medida que se desarrollen los detalles de la implementación de esta orden, será interesante ver cómo el gobierno federal maneja los desafíos que surgen al balancear la unidad nacional con la diversidad lingüística que caracteriza a EE.UU.