El presidente Donald Trump tuvo un intercambio tenso con la gobernadora demócrata de Maine, Janet Mills, durante un evento en la Casa Blanca este viernes. El desacuerdo surgió por la oposición del estado a una orden ejecutiva que prohibiría a las atletas transgénero participar en equipos deportivos femeninos. Este conflicto pone en evidencia el creciente debate sobre los derechos de los atletas transgénero en las competiciones deportivas de Estados Unidos, que involucra tanto al gobierno federal como a las autoridades estatales.
La orden ejecutiva de Trump y su impacto en los atletas transgénero
La orden ejecutiva firmada por Trump a principios de este mes busca que el gobierno federal retire fondos a los programas educativos que permitan a las personas transgénero participar en equipos deportivos femeninos. En palabras del presidente, la medida busca «rescatar todos los fondos de programas educativos que priven a las mujeres y niñas de oportunidades deportivas justas». Esta acción sigue a la decisión de la NCAA (National Collegiate Athletic Association) de cambiar su política en relación con los atletas transgénero, restringiendo la participación de aquellos que no fueron asignados como mujeres al nacer en los equipos deportivos femeninos.
El rechazo de Maine a la orden ejecutiva
A pesar de la orden firmada por Trump, la Asociación de Directores de Escuelas de Maine (Maine Principals’ Association) decidió seguir permitiendo que las niñas transgénero compitan en deportes escolares, alegando que la acción federal entra en conflicto con las leyes estatales. Esta postura de Maine ha generado un enfrentamiento directo con el gobierno federal, que ha pedido a los estados que se alineen con sus políticas sobre la inclusión de atletas transgénero en los deportes.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla durante un evento en la Casa Blanca, este 21 de febrero de 2025. EFE/Francis Chung/Pool
Trump y el desafío a la gobernadora Mills
Durante un evento con gobernadores el viernes, Trump cuestionó a la gobernadora de Maine, Janet Mills, sobre si el estado cumpliría con su orden ejecutiva. Mills, por su parte, afirmó que seguiría tanto la legislación estatal como federal, sin comprometerse a obedecer la orden de la Casa Blanca. Trump respondió contundentemente: «Bueno, somos la ley federal. Será mejor que lo hagan, porque no recibirán ni un solo dólar de fondos federales si no lo hacen».
La gobernadora de Maine, ante la amenaza de Trump, respondió con firmeza: «Nos veremos en los tribunales». Trump, sin perder la compostura, replicó: «Bien, nos veremos en los tribunales. Estoy seguro de que esto será muy fácil. Y disfrute su vida después de ser gobernadora, porque no creo que siga en la política electa».
Reacciones de la gobernadora Mills
Tras el intercambio, la gobernadora Mills emitió un comunicado en el que aseguró que Maine no cedería ante las amenazas del presidente. «Si el presidente intenta privar unilateralmente a los niños de las escuelas de Maine de los beneficios de los fondos federales, mi administración y el Fiscal General tomaremos todas las medidas legales apropiadas y necesarias para restaurar esos fondos y las oportunidades académicas que proporcionan», indicó Mills. La gobernadora agregó que el estado de Maine no sería intimidado por las amenazas del presidente.
La postura del gobierno federal sobre el Título IX
El gobierno de Trump justifica su postura en el Título IX, la ley que prohíbe la discriminación por sexo en programas educativos que reciben fondos federales. Según la administración, el Título IX exige que el gobierno tome medidas para proteger las oportunidades deportivas exclusivas para mujeres y las instalaciones como vestuarios femeninos. Esta interpretación ha sido un tema controversial en la política estadounidense, con algunos estados como Maine eludiendo la aplicación de las normativas federales en favor de políticas locales más inclusivas.