Fuerzas de seguridad federales arrestaron a Rogelio N, conocido como El Gato, por su vinculación con la fabricación y uso de explosivos a través de drones, a favor de Los Chapitos, del Cártel de Sinaloa. La detención tuvo lugar en Mazatlán, Sinaloa, y se atribuye a una serie de acciones de inteligencia que permitieron conocer sus planes de ataque en la región.
El Gato y su vinculación con Los Chapitos
De acuerdo con la información de las autoridades, El Gato formaba parte de un grupo criminal local denominado Los Jordan, que opera en Mazatlán, Sinaloa, y que mantiene estrechos lazos con La Chapiza, uno de los brazos del Cártel de Sinaloa. Además de estar involucrado en actividades como la venta de droga, robo de vehículos y homicidios, El Gato se destacó por el uso de drones explosivos en sus operaciones delictivas.
Según las investigaciones de inteligencia, las autoridades pudieron identificar que El Gato planeaba un ataque con explosivos dirigido a las instalaciones de procuración de justicia del estado de Sinaloa. Este tipo de acciones reflejan la creciente amenaza del uso de tecnología avanzada en el crimen organizado.
El contexto de la detención de El Gato
El Gato, de 42 años, contaba con una orden de aprehensión derivada de su presunta implicación en al menos cuatro intentos de homicidio en el estado de Durango. Esta orden de captura fue cumplimentada el 5 de febrero en la colonia Invasión del Palmito, en Mazatlán. En el operativo de detención participaron elementos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), quienes se desplazaron a la zona tras recibir información precisa sobre su paradero.
Al ser interceptado en la calle Rita Castro, los agentes confirmaron su identidad y procedieron a cumplir con el mandato judicial. Durante la revisión de seguridad, se le halló un arma de fuego corta, lo que refuerza su perfil delictivo. La captura de El Gato es un golpe significativo contra la célula criminal a la que pertenecía.
Conexiones familiares en el crimen organizado
Un detalle relevante en este caso es que El Gato colaboraba estrechamente con su hermano, Carlos Gabriel N, alias El Pollo, quien también está vinculado con las actividades criminales en Mazatlán. La alianza entre los hermanos ha permitido fortalecer la red delictiva en la región, involucrándose en una serie de delitos que van desde el narcotráfico hasta el uso de tecnología para actos violentos.
La amenaza de los drones explosivos
El uso de drones explosivos por parte de grupos criminales como Los Chapitos ha generado preocupación en las autoridades, ya que esta modalidad de ataque representa una amenaza creciente para la seguridad pública. Los drones, que en principio fueron diseñados para tareas comerciales o de entretenimiento, se han convertido en una herramienta peligrosa en manos del crimen organizado. Estos dispositivos permiten la entrega precisa de explosivos en áreas difíciles de acceder y pueden generar graves daños sin necesidad de que los responsables se encuentren en el lugar de los hechos.
El caso de El Gato refleja cómo las organizaciones criminales se adaptan rápidamente a las nuevas tecnologías, lo que obliga a las autoridades a desarrollar estrategias más complejas para contrarrestar este tipo de amenazas.
Operativos contra el crimen en Mazatlán
Mazatlán, conocido por su puerto turístico y su importancia económica en Sinaloa, ha sido durante años un punto neurálgico en las operaciones del Cártel de Sinaloa. Los operativos de seguridad en esta región se han intensificado en los últimos meses, dada la creciente actividad delictiva relacionada con la violencia, el narcotráfico y el uso de nuevas tecnologías en los ataques.