Donald Trump ha comenzado negociaciones clave con el rey Abdalá II de Jordania y el presidente de Egipto, Abdelfatah El-Sisi, para avanzar con su controvertido plan sobre Gaza. La propuesta de Trump contempla el traslado de cerca de 2 millones de palestinos, el control territorial de la Franja de Gaza por parte de Estados Unidos e Israel, y un ambicioso proyecto de reconstrucción que se extendería por los próximos 15 años.
El rey Abdalá II y El-Sisi tienen previsto llegar la próxima semana a Washington, donde mantendrán reuniones bilaterales en la Casa Blanca. Sin embargo, ambos líderes ya han adelantado que no están de acuerdo con el enfoque geopolítico propuesto por el presidente de Estados Unidos. Este desacuerdo se suma a las tensiones regionales, ya que Arabia Saudita, un aliado clave en la estrategia de Trump, también se opone a este plan. El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, dejó claro que solo aceptaría un acuerdo con Israel si el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reconociera la existencia del Estado palestino.
La postura de Arabia Saudita refleja el rechazo a la idea de Trump de eliminar a Gaza como parte de Palestina. En cambio, el presidente estadounidense propone convertir la Franja de Gaza en un destino turístico de lujo, similar a la Riviera del Mediterráneo. Según Trump, «Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza y nosotros también haremos un trabajo allí», añadiendo que «se podría convertir en la Riviera del Medio Oriente».
Por su parte, Netanyahu ha respaldado abiertamente la propuesta de Trump, mostrando su apoyo durante la conferencia de prensa realizada en la Casa Blanca. No obstante, este respaldo no implica que el conflicto con Hamas haya llegado a su fin. En declaraciones de Sami Abu Zuhri, vocero de Hamas, la iniciativa de Trump solo traerá más caos y tensión a la región. Abu Zuhri señaló que la única solución viable es el fin de la ocupación israelí y la agresión contra los palestinos, y no su desplazamiento.
Fases de la tregua entre Israel y Hamas
El acuerdo de tregua entre Israel y Hamas se divide en tres fases, siendo la primera de ellas la liberación de 33 rehenes judíos, tanto vivos como muertos, a cambio de cientos de prisioneros palestinos. Además, esta fase incluye la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y la posibilidad de que los civiles desplazados se trasladen del sur al norte de la Franja.
La segunda fase, que debe concretarse en las próximas semanas, debería implicar la liberación del resto de los prisioneros y la retirada completa de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) de áreas clave de Gaza, como los corredores de Filadelfia y Netzarim. Estas áreas son esenciales para evitar que Hamas recupere su poderío militar y continúe con sus actividades en la región.
El plan de Trump sobre Gaza ha puesto en peligro la continuidad de la tregua. Inicialmente, se esperaba que los representantes de Netanyahu y Hamas se reunieran en Doha para avanzar en la implementación de la segunda fase del cese del fuego. Sin embargo, hasta la noche anterior a las reuniones, no se había confirmado si las delegaciones de Egipto, Israel y Gaza llegarían a Doha, lo que podría retrasar el proceso de paz.
Posibles consecuencias de la tregua
La situación en Gaza es crítica, ya que Hamas tiene la responsabilidad de liberar a tres rehenes adicionales este sábado, según los términos del acuerdo de tregua. Si no se cumple con esta exigencia, podría significar el fin de la tregua que se había negociado previamente. En la Casa Blanca, se baraja la posibilidad de que las negociaciones en Doha se pospongan hasta que se concreten los encuentros bilaterales entre Trump, Abdalá II y El-Sisi.
Este panorama hace que las tensiones sigan aumentando y que la posibilidad de una nueva escalada de violencia se mantenga latente, afectando a la frágil paz en la región.