Reacciones globales a la propuesta de Trump sobre Gaza
El 4 de febrero de 2025, las reacciones de los palestinos, sus aliados y otras naciones no se hicieron esperar ante la reciente declaración del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la Franja de Gaza. En una conferencia de prensa realizada en la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Trump sugirió que Estados Unidos se haría cargo de la zona, reubicando permanentemente a los palestinos desplazados y tomando «propiedad» de la reconstrucción, con el objetivo de transformar Gaza en lo que describió como «la Riviera del Medio Oriente».
Trump detalló que Estados Unidos se ocuparía de limpiar el territorio devastado por la guerra, eliminando bombas sin estallar, derribando los edificios destruidos y creando un entorno económico con innumerables puestos de trabajo. Sin embargo, estas declaraciones provocaron una ola de críticas y rechazos a nivel global.
El presidente palestino Mahmud Abás denunció que la propuesta de Trump sería «una grave violación del derecho internacional». Desde Palestina, otros líderes también se pronunciaron en contra, destacando que cualquier intento de desplazamiento de los palestinos sería inaceptable. El primer ministro palestino, Mohamad Mustafa, sugirió una alternativa que contemplaba la cooperación internacional para limpiar y reconstruir Gaza sin reubicar a sus habitantes.
En cuanto al grupo militante Hamás, su portavoz rechazó el plan, asegurando que esta medida solo “echaría más leña al fuego” y exacerbaría la inestabilidad en la región. La postura de Hamás consideró que el plan de Trump se alineaba con la extrema derecha israelí, añadiendo que ningún país debería ocupar o ejercer control sobre Gaza.
A nivel internacional, varias naciones respondieron de manera firme a la propuesta de Trump. Francia expresó su oposición a cualquier plan que resultara en el desplazamiento forzoso de los palestinos, argumentando que esto sería una violación del derecho internacional y una amenaza a la estabilidad regional, especialmente para países como Egipto y Jordania. Francia se manifestó en favor de la solución de dos Estados, con la Autoridad Palestina como parte central de la reconstrucción de Gaza, y reiteró su rechazo a los asentamientos israelíes en territorios palestinos.
El Reino Unido también intervino, con el primer ministro Keir Starmer afirmando que los palestinos debían poder regresar a sus hogares y reconstruir Gaza dentro del marco de una solución de dos Estados. En la misma línea, la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, insistió en que Gaza, junto con Cisjordania y Jerusalén Este, pertenecen a los palestinos, y que cualquier desplazamiento de la población sería inaceptable.
Por su parte, el rey Abdullah II de Jordania rechazó rotundamente cualquier intento de toma de control sobre Gaza y las zonas palestinas, subrayando la necesidad de garantizar que los palestinos permanezcan en su tierra. Jordania insistió en continuar los esfuerzos para detener la expansión de asentamientos israelíes y la anexión de tierras en Gaza y Cisjordania.
El gobierno turco, representado por su ministro de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan, calificó los comentarios de Trump de «inaceptables», argumentando que la historia del desplazamiento forzoso de los palestinos es la raíz del conflicto en la región. Turquía se posicionó claramente a favor de una solución de dos Estados, con Jerusalén Oriental como la capital del Estado palestino.
China también se unió a la oposición, reiterando su apoyo a la gobernanza palestina y destacando que la reubicación forzosa de los habitantes de Gaza no era aceptable. Pekín reafirmó su compromiso con una solución pacífica basada en dos Estados, algo que también fue respaldado por varios países de la región.
A nivel más local, el líder hutí de Yemen, Mohammed al-Bukhaiti, criticó fuertemente la propuesta, acusando a Estados Unidos de «arrogancia» y advirtiendo que cualquier intento de imponer un control sobre Gaza sería contraproducente, involucrando a más actores de la región.
La situación se complica aún más con la continuidad de la tregua entre Israel y Hamás, mientras los líderes internacionales instan a la reconstrucción inmediata de Gaza bajo principios de legalidad internacional y respeto a los derechos de los palestinos. Las declaraciones de Trump, al parecer, solo han aumentado las tensiones en un contexto ya de por sí delicado.