
El grounding, también conocido como earthing, se refiere a la práctica de conectar el cuerpo humano directamente con la energía eléctrica natural de la Tierra. Esto se logra mediante el contacto físico con superficies naturales como el suelo, césped o arena, ya sea caminando descalzo o tocando la tierra con las manos. Piensa: cuando vas a la playa, ¿no te provoca sacarte los zapatos y caminar descalzo sobre la arena? Y cuando lo haces, ¿no te invade cierta paz, una sensación de calma y bienestar? ¿No te recarga y te llena de energía? Esta sensación de conexión con la Tierra es algo instintivo para los seres humanos, pero el mundo moderno nos ha alejado cada vez más de vivir a diario ese vínculo innato con la naturaleza y los beneficios que nos ofrece.
Sabiduría Ancestral
El origen del grounding o earthing se remonta a las prácticas ancestrales de muchas culturas, y aunque el término «grounding» y su popularización moderna son relativamente recientes, la idea de estar en contacto con la Tierra y sus beneficios ha estado presente a lo largo de la historia, tanto en prácticas espirituales como en la medicina tradicional. En muchas culturas indígenas alrededor del mundo, el contacto con la Tierra es considerado sagrado.
– Por ejemplo, los nativos americanos creen que caminar descalzos sobre la tierra o sentarse sobre ella puede restaurar el equilibrio de la energía del cuerpo. La Tierra, para ellos, es un ser vivo con el que se debe estar en armonía.
– En el hinduismo y el budismo, hay una fuerte tradición de meditar sobre la Tierra o en contacto con ella. La postura de meditación de muchas tradiciones orientales, como el loto, a menudo se realiza en el suelo, y se cree que este contacto directo con la Tierra promueve la armonía energética.
– En la medicina tradicional china, se considera que el cuerpo humano está conectado con el universo, y la Tierra es una fuente vital de energía (Chi). Se cree que las interacciones directas con la Tierra, como caminar descalzo, pueden equilibrar las energías del cuerpo, promoviendo la salud y reduciendo la inflamación.
– En muchas culturas africanas tradicionales, el contacto con la Tierra tiene un fuerte simbolismo. Las ceremonias de curación y los rituales de bienestar a menudo incluyen la conexión física con la Tierra, ya sea mediante danzas descalzas o el uso de la Tierra en la medicina herbal. La Tierra es vista como un sanador natural que conecta a las personas con sus antepasados y con la naturaleza misma.
– Los antiguos griegos y romanos también valoraban el contacto con la naturaleza. Los baños termales, que se realizaban en fuentes naturales de agua, eran considerados esenciales para la salud.
La ciencia detrás del grounding
Una de las teorías propone que al caminar descalzo sobre el suelo o utilizar sistemas conductores para conectar el cuerpo a la Tierra, los humanos pueden absorber electrones libres de la superficie terrestre, lo que puede ayudar a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, que son partículas cargadas positivamente que contribuyen a la inflamación y el envejecimiento celular. Hoy en día contamos con muchísimos estudios científicos que confirman lo que nuestros ancestros ya sabían: la conexión con la Tierra nos ayuda a recobrar balance, nos da energía y nos ayuda a prevenir y sanar.
Beneficios del grounding:
- Reducción de la inflamación y el dolor: El exceso de radicales libres en el cuerpo está relacionado con la inflamación crónica, que es una respuesta inmune descontrolada que contribuye a diversas enfermedades, como artritis, enfermedades cardíacas y diabetes, entre otras. Si reducimos la inflamación, nuestro cuerpo empezará a recobrar balance y disminuirá el dolor.
- Alineación con los ritmos naturales del cuerpo: El contacto directo con la Tierra también ayuda a sincronizar el cuerpo con su campo electromagnético. La Tierra tiene una carga negativa constante, y el cuerpo humano, que está compuesto principalmente de agua y minerales, responde a esta carga. Al conectarse básicamente con el suelo, el cuerpo puede restablecer una armonía eléctrica que, según algunos estudios, favorece procesos como la recuperación celular y la mejora del equilibrio hormonal. Además, el grounding ayuda a regular los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, lo que puede promover un mejor ciclo de sueño y ayudar a recuperar el equilibrio durante un jetlag. Ya sabes, la próxima vez que viajes, sácate los zapatos unos minutos y camina sobre la Tierra.
- Mejora de la circulación y la función celular: El contacto con la Tierra puede mejorar la circulación sanguínea y la función celular. Se cree que al recibir electrones de la Tierra, se produce una mejor oxigenación de los tejidos, lo que facilita la reparación celular y la eliminación de desechos metabólicos.
- Impacto en la actividad del sistema nervioso autónomo: Al realizar grounding, algunos estudios sugieren que se produce una regulación del sistema nervioso autónomo, mejorando la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC). Esto indica una reducción del estrés y una mejora en la respuesta del cuerpo a situaciones de tensión. El earthing no solo trae beneficios físicos, sino también te ayuda a recobrar el balance emocional.
- Liberación de cargas electrostáticas: El uso de calzado con suelas sintéticas y la vida en ambientes urbanos ha hecho que las personas acumulen cargas electrostáticas en su cuerpo. Estas cargas pueden contribuir a malestares físicos, como dolores de cabeza o fatiga. El grounding ayuda a liberar estas cargas.
- Mejora la práctica de la meditación y función cerebral: Estudios científicos demuestran que los meditadores experimentados que meditaron conectados a Tierra durante 40 minutos experimentaron una meditación más profunda que cuando meditaron sin conexión a Tierra. Aproximadamente la mitad de ellos mostraron además evidencia de mejoras en la función cerebral y la mayoría mostró signos de una respuesta curativa.
- Acelera la curación de las heridas diabéticas: La conexión a Tierra acelera la curación de heridas diabéticas crónicas y se recomienda para pacientes con diabetes u otras heridas crónicas. Ayuda a curar infecciones, reducir inflamaciones, mejorar la función cardiovascular y digestiva, y prevenir amputaciones. Además, disminuye la viscosidad sanguínea y los niveles de glucosa, lo que mejora la circulación en los capilares y previene enfermedades arteriales y venosas periféricas.
- Prevención y tratamiento del COVID-19: La conexión a Tierra, realizada entre 15 minutos y 6 horas al día, mostró en un estudio efectos positivos en la recuperación del COVID-19. Los participantes del estudio experimentaron una reducción de síntomas como fiebre, dificultad para respirar, tos, fatiga, dolor de cabeza, dolor en el pecho, pérdida del gusto y olfato, anorexia y dolor corporal. En casos graves, ayudó a mejorar significativamente los niveles de oxígeno en sangre. Los resultados sugieren que el grounding puede tener beneficios terapéuticos y preventivos, acelerando la recuperación y reduciendo la severidad de la enfermedad.
- Mejora del sueño y el estado de ánimo: El grounding ayuda a regular los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés, lo que puede conducir a un mejor sueño y una reducción de la ansiedad.
¿Cómo hacer grounding?
- Elige un lugar adecuado
– Suelo natural: Busca áreas de césped, tierra, arena o rocas. Evita superficies artificiales, como cemento o asfalto, que no permiten una buena conexión con la Tierra.
– Evita suelos contaminados: Asegúrate de que el área esté libre de pesticidas, productos químicos o metales pesados.
- Practica descalzo
– Camina descalzo: La forma más sencilla de hacer grounding es caminar descalzo sobre la tierra, césped o arena durante unos 20-30 minutos al día. Asegúrate de que no haya objetos peligrosos, como vidrios rotos o piedras afiladas, en el suelo.
– Tocando con las manos: Puedes tocar la tierra con las manos si prefieres no caminar descalzo.
- Usa dispositivos de grounding si no puedes salir al aire libre
– Alfombras o sábanas de grounding: Si vives en un entorno urbano o no puedes acceder a la naturaleza, puedes utilizar alfombrillas o sábanas especiales que permiten la conexión con la Tierra mientras te encuentras en casa.
– Conexión a través de la toma de tierra: Algunas personas usan cables conectados a una toma de tierra en su hogar para conectar sus dispositivos de grounding.
– Los zapatos de grounding: Son un tipo de calzado diseñado para permitir que el cuerpo se conecte con la energía de la Tierra, incluso cuando no estás caminando descalzo. Están equipados con materiales conductores, como carbono o cobre, que facilitan el contacto eléctrico con la Tierra a través de la suela del zapato. Estos zapatos están diseñados para imitar los beneficios del grounding, especialmente cuando no es posible caminar descalzo sobre superficies naturales.
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- Tiempo de exposición
– Comienza con 15-30 minutos: Si eres nuevo en la práctica, empieza con sesiones cortas de 15-30 minutos y gradualmente aumenta el tiempo a medida que te sientas más cómodo.
– Hazlo de forma regular: La clave es la consistencia. Intenta practicar grounding todos los días para aprovechar sus beneficios.
- Evita el uso de calzado con suelas sintéticas
– Suela de goma o plástico: El calzado con suelas de goma o plástico puede bloquear la conexión con la Tierra. Si usas zapatos, asegúrate de que sean de materiales naturales, como cuero, o simplemente quítatelos.