Neymar se quebró al escuhar a todos los hinchas del Santos ovacionar su nombre tras la presentación.
Miles de aficionados dan la bienvenida al brasileño, en horas bajas tras la experiencia saudí, en el club que alumbró a los dos astros.
Neymar y la afición
La afición del Santos ha recibido al hijo pródigo con todos los honores, un entusiasmo desbordado y enormes expectativas. Confían en que Neymar, 32 años, talento de la cantera e ídolo planetario en horas bajas, devuelva al equipo a sus días de gloria.
El club, fundado en 1912 en la ciudad portuaria de Santos, acaba de regresar a la primera división de Brasil tras una temporada en el purgatorio de la serie B, el primer descenso de su historia. Miles de eufóricos santistas llenaron, este viernes por la tarde, el estadio Vila Belmiro, donde Pelé recibió el adiós final en 2023, para dar la bienvenida al sucesor en su vuelta a casa.
Una fiesta ritmo de rap y funk. Antes de saltar al campo a saludar, ha rezado en la taquilla de Pelé. “No me faltará fuerza, determinación, garra, fe y osadía”, ha prometido ya con el dorsal 10. El Santos corona a Neymar como el sucesor, el príncipe, en un momento de crisis para el club y el futbolista. Brasil se pregunta si viene a salvar al equipo que lo alumbró o es a la inversa.
El brasileño ha contado en una rueda de prensa posterior que no tenía planes de irse de Arabia Saudí, pero ha dejado caer que, en cuanto el entrenador lo dejó fuera de sus planes, tuvo que tomar una decisión. “Surgió la oportunidad [del Santos] y no me lo pensé dos veces”. Decidió regresar al equipo en el que debutó hace 15 años. Este regreso, ha explicado, es “un rescate futbolístico, hace tiempo que no hago lo que más amo, que es jugar al fútbol. Estoy feliz”, ha asegurado. Ha recalcado que viene a ayudar al equipo y, en lo personal, a ser feliz.
“Neymar es lo mejor que ha producido Brasil desde Pelé”, dice el aficionado del Santos Adriano Silva, empresario de 47 años, mientras llega al estadio Vila Belmiro, escenario de la extraordinaria carrera de O Rei y de los primeros años como profesional del menino da Vila. El empresario es de los fans veteranos que vio jugar aquí a Neymar antes de que diera el salto a las grandes ligas europeas. Pelé permaneció prácticamente toda su carrera en su primer club, algo impensable hoy.
Neymar da Silva Santos Junior (Mogi das Cruces), que el día 5 cumple los 33, hereda también el dorsal 10, que estaba retirado. El deportista llegó a Brasil en jet privado este mismo viernes por la mañana directo desde Arabia Saudí, donde jugó poquísimo y ganó muchísimo dinero. Nada más abrir la puerta de la aeronave, el primer compromiso publicitario en territorio brasileño. Neymar ha grabado un anuncio que en poco más de una hora ya estaba rodando por Instagram.
El presidente del club anunció este martes un fichaje que solo se ha formalizado este viernes. Mientras, la afición disfrutaba de un concierto de rap y de funk bajo la lluvia de verano en el estadio, Neymar aterrizaba en su helicóptero privado en el campo de entrenamiento y se dirigía a firmar el contrato, cuyos detalles no se han divulgado.
Según la prensa brasileña, ha firmado solo hasta junio, o sea, hasta la próxima ventana de traspasos en Europa. Vuelve a casa con el anhelo de prepararse para liderar a la selección brasileña en el Mundial de 2026. El empresario Silva asegura que para los santistas lo que ocurra en la Canarinha es secundario. Lo esencial es que regresa a su hogar tras años gloriosos en el Barça, el PSG y el desastre del Al Hilal.
Los aficionados del Santos temieron hasta el último minuto que el acuerdo no cuajara. “Solo me lo creí cuando vi el vídeo en el que él lo confirmaba”, dice Vivian Alves, de 29 años, que es socia preferente y tiene un puesto de comida rápida al lado del campo. “Es que hubo muchos rumores, que si iría al Flamengo, al Corinthians… pero allí nunca jugaría como aquí, es una cuestión de raza, es santista”.
Cuando el fichaje fue oficial lloró a mares, dice. Ella es de las que siguió firme con los blanquinegros durante el penoso paso por la segunda división, pero ahora Neymar abre la puerta a que vuelvan a soñar. “Espero que nos traiga la felicidad, y quién sabe si conquistamos algún título”, relata emocionada al borde de las lágrimas, y añade: “Tendrá que ser del Brasileirão porque estamos fuera de la Libertadores”.
“Las meninas y yo estamos encantadas”, dice Carol Lara, 21 años, lateral izquierdo del Santos. La futbolista sueña con que Neymar atraiga a nuevos patrocinadores para el equipo masculino y, claro, para el femenino, dice antes de entrar al estadio. Tiene fisioterapia, y luego, la fiesta de Neymar.
Si las cifras que maneja la prensa brasileña son correctas, la fase brasileña va a ser en términos económicos el reverso de la saudí. El que fue su primer equipo profesional en 2009 le pagará como el 2% de lo que cobraba jugando en la petromonarquía hasta que ambas partes decidieron poner fin al contrato. Difícilmente, siete partidos y un solo gol, resumen de 17 meses lastrados por las lesiones, salieron tan caros.
Aunque el sábado hay partido, Neymar solo saltará al césped a jugar la semana que viene. Cuando el dorsal no estaba confirmado, la camiseta del 10 es ya la más vendida de la tienda del estadio. El tiempo dirá si Neymar cumple las expectativas, pero por ahora la ciudad de Santos vuelve a soñar.