Tulsi Gabbard, la excongresista de Hawái nominada por Donald Trump para dirigir los servicios de inteligencia de Estados Unidos, fue puesta a prueba este jueves durante una tensa audiencia del Senado. Gabbard, quien ha causado inquietud tanto entre demócratas como republicanos debido a sus controvertidas posturas sobre Siria, Rusia y la defensa de Edward Snowden, enfrentó duros cuestionamientos sobre su idoneidad para asumir el cargo de directora de Inteligencia Nacional.
Posturas polémicas de Tulsi Gabbard sobre Snowden y la seguridad nacional
Uno de los momentos más tensos de la audiencia ocurrió cuando el senador demócrata Michael Bennet presionó a Gabbard para que aclarara sin ambigüedades si consideraba a Edward Snowden un traidor. El exanalista de la NSA, quien filtró miles de documentos clasificados en 2013 y huyó a Rusia, ha sido defendido por Gabbard durante años. En su época como congresista, promovió un proyecto de ley que habría retirado los cargos contra Snowden.
Sin embargo, Gabbard se negó a declarar abiertamente que Snowden fuera un traidor, lo que desató la indignación del senador Bennet. «No es una pregunta difícil cuando lo que está en juego es tan alto», exclamó Bennet, evidenciando su frustración por la falta de claridad en la respuesta de la excongresista.
En respuesta a la audiencia, Snowden recurrió a la red social X, donde se dirigió a Gabbard con un mensaje que destacaba la contradicción que él veía entre su defensa y la acusación que se le hace sobre dañar la seguridad nacional. «Díganles que dañé la seguridad nacional y los delicados sentimientos del personal. En Washington, eso es lo que se considera jurar lealtad a la bandera», comentó Snowden en tono irónico.
EFE /EPA/ Anna Rose Layden
El controvertido viaje de Tulsi Gabbard a Siria
Otro tema que generó controversia durante la audiencia fue el viaje de Gabbard a Siria en 2017, donde se reunió con el presidente Bashar al Asad. En ese entonces, su encuentro con el líder sirio fue fuertemente criticado por legisladores de ambos partidos, que acusaron a Gabbard de legitimarlo. Aunque Gabbard ha explicado en diversas ocasiones que no simpatiza con Asad ni con otros dictadores, ha defendido la necesidad de dialogar con los adversarios de Estados Unidos, argumentando que esa es la única manera de alcanzar acuerdos que puedan garantizar la paz.
«No tengo ninguna simpatía por Al Asad ni por ningún otro dictador», subrayó Gabbard durante la audiencia, intentando matizar sus posiciones previas sobre el gobierno sirio. Sin embargo, este viaje continúa siendo un tema de discusión, ya que muchos consideran que la reunión fue un error político que podría afectar su credibilidad.
El cambio de postura sobre Rusia y Ucrania de Tulsi Gabbard
Además de sus posturas sobre Siria y Snowden, Gabbard también tuvo que abordar sus comentarios previos sobre Rusia y la guerra en Ucrania. En el pasado, había sugerido que el respaldo de Estados Unidos a Ucrania y la hostilidad hacia Moscú fueron factores que contribuyeron a la invasión rusa en 2022. Sin embargo, en un intento por mejorar su imagen ante los senadores, Gabbard rectificó sus declaraciones.
Cuando el senador demócrata Martin Heinrich le preguntó directamente qué causó la guerra en Ucrania, Gabbard fue clara en su respuesta: «Putin inició la guerra en Ucrania». Este cambio de postura fue interpretado como un intento de distanciarse de sus comentarios previos y alinearse más estrechamente con la postura oficial de Washington sobre el conflicto.
EFE /EPA/ Anna Rose Layden
La transformación política de Tulsi Gabbard
Tulsi Gabbard comenzó su carrera política como demócrata, pero su relación con el Partido Demócrata se volvió cada vez más tensa a medida que avanzaba su carrera. En 2022, abandonó el partido para convertirse en independiente, y en 2024 respaldó a Donald Trump, uniéndose al Partido Republicano. Este giro político ha generado desconcierto, especialmente entre aquellos que la conocieron como una firme defensora de los valores progresistas dentro del Partido Demócrata.
La excongresista, que compitió en las primarias presidenciales de 2020 contra Joe Biden y Kamala Harris, ha dicho en varias ocasiones que dejó el Partido Demócrata debido a lo que considera una «hipocresía» dentro de sus filas. Su apoyo a Trump y su adopción de posturas más conservadoras la han convertido en una figura controvertida, pero también ha atraído a un sector de votantes que ve en ella una voz disidente dentro de la política estadounidense.
La nominación de Gabbard y el futuro de la Dirección de Inteligencia Nacional
Después de la audiencia de este jueves ante el Comité de Inteligencia del Senado, la nominación de Tulsi Gabbard será sometida a votación en dicho comité. Si es aprobada, la nominación pasará al pleno del Senado, donde los republicanos, que tienen mayoría, tienen el poder de confirmarla. Si logra la aprobación, Gabbard se convertiría en la próxima directora de Inteligencia Nacional, un cargo de alto nivel creado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 para coordinar el trabajo de las diversas agencias de inteligencia de Estados Unidos, incluyendo la CIA, la NSA y el FBI.