El canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, convocó una reunión de emergencia virtual con los embajadores hondureños en Estados Unidos, Guatemala y México, para abordar las medidas migratorias anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La convocatoria se realiza tras las recientes declaraciones y políticas migratorias que afectan directamente a los migrantes hondureños.
Reunión virtual para definir estrategias ante medidas migratorias de Trump
Este miércoles, el canciller hondureño, por instrucciones de la presidenta Xiomara Castro, organizó una reunión para definir las estrategias que el gobierno de Honduras debe seguir frente a las nuevas políticas migratorias impuestas por el gobierno de Trump. A través de un mensaje en la red social X, Reina explicó que el objetivo de la reunión es coordinar esfuerzos para “atender las necesidades derivadas de la nueva administración del presidente Donald Trump y proteger los derechos humanos de los migrantes hondureños en estos países”.
Reina también señaló que las medidas incluyen la colaboración con otros países y la prestación de asesoría legal a los migrantes hondureños afectados por las políticas del nuevo gobierno estadounidense.
El contexto de las medidas migratorias de Trump
El pasado 20 de enero, el presidente Donald Trump asumió oficialmente su cargo como el 47º presidente de los Estados Unidos. Desde su campaña electoral, Trump ha prometido medidas más estrictas contra la migración ilegal, incluyendo la deportación masiva de inmigrantes indocumentados. Estas políticas, que entraron en vigor rápidamente, han generado preocupación entre los migrantes, especialmente aquellos de Honduras, uno de los países con mayores flujos migratorios hacia Estados Unidos.
En un contexto tenso, la presidenta Xiomara Castro de Honduras se pronunció públicamente sobre las relaciones entre ambos países, felicitando a Trump por su investidura. Castro expresó su confianza en que las relaciones bilaterales entre Honduras y Estados Unidos seguirán fortaleciéndose, especialmente en lo relacionado con la migración. A través de su mensaje, la mandataria hondureña destacó que ambos países seguirían trabajando en un enfoque conjunto para una migración ordenada, segura y legal.
Sin embargo, a pesar de este tono conciliador, el gobierno de Honduras ha mostrado preocupación por las posibles consecuencias de las políticas migratorias del presidente Trump. En su mensaje, Castro advirtió que, si se lleva a cabo una deportación masiva de hondureños, Honduras podría reconsiderar su colaboración con Estados Unidos, especialmente en áreas clave como la cooperación militar.
Impacto de la deportación masiva en las relaciones bilaterales
El 1 de enero de este año, en un mensaje con ocasión de la llegada del nuevo año, la presidenta hondureña destacó la posibilidad de un cambio en las políticas de cooperación entre ambos países si se implementa una deportación masiva de hondureños. Castro expresó que si Estados Unidos continúa con esta política, Honduras tendría que considerar un cambio en la relación, especialmente en lo que respecta a la presencia de bases militares estadounidenses en su territorio.
La presidenta mencionó que la base militar de Palmerola, en el centro de Honduras, ha sido mantenida por Estados Unidos desde principios de la década de 1980, y que si las políticas de deportación masiva continúan, esta base perdería su justificación en el país. Esta postura ha generado un fuerte debate en Honduras, con críticas de sectores políticos, empresarios y organizaciones migrantes que consideran que una confrontación con Estados Unidos podría poner en riesgo las remesas que muchos hondureños envían desde el extranjero.
La importancia de las remesas hondureñas para la economía nacional
Honduras depende en gran medida de las remesas que los migrantes envían desde Estados Unidos. Según fuentes oficiales, alrededor de 1,5 millones de hondureños viven en el exterior, la mayoría en Estados Unidos, y las remesas que envían son fundamentales para la economía del país. En 2024, las remesas enviadas alcanzaron los 10.000 millones de dólares, representando entre el 25% y el 30% del Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras.