El gobierno de Panamá envió una carta formal a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para recordar que los miembros de la organización deben «abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza» contra la «integridad territorial» de cualquier estado, tras las preocupantes declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, sobre su intención de «retomar» el Canal de Panamá.
En un documento fechado el lunes, el embajador panameño en la ONU, Eloy Alfaro, transmitió el rechazo del presidente panameño, José Raúl Mulino, ante los comentarios hechos por Trump en su discurso de toma de posesión, en los que el mandatario estadounidense aseguró que Estados Unidos iba a «recuperar» el canal, acusando a China de operar la importante vía acuática.
La respuesta a las declaraciones de Trump
La carta enviada a la ONU subraya que el Canal «es y seguirá siendo de Panamá», reafirmando que la administración de esta vía estará siempre bajo control panameño, respetando su neutralidad permanente. La misiva también rechazó cualquier afirmación sobre la presencia de otras naciones que interfieran en la gestión del canal, que desde 1999 está bajo administración de Panamá, tras su traspaso por parte de Estados Unidos.
Además, el Gobierno panameño expresó su preocupación por las palabras de Trump, las cuales fueron calificadas como amenazas hacia la integridad territorial. En la misiva, también se solicitó que el secretario general de la ONU, António Guterres, transmitiera esta comunicación al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para asegurar que este tema fuera tratado de manera formal en el ámbito internacional.
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Las declaraciones de Trump y sus implicaciones
El 21 de enero de 2025, en su discurso de investidura, Trump reiteró que «China está operando el Canal de Panamá». Sin embargo, el mandatario estadounidense aclaró que no había sido entregado a China, sino a Panamá, y afirmó que EE.UU. iba a «recuperar» el canal. Estas palabras fueron recibidas con sorpresa y rechazo en Panamá, que inmediatamente reafirmó la soberanía del país sobre la vía interoceánica.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, respondió tajantemente, afirmando que no existe ninguna nación en el mundo que interfiera con la administración del Canal de Panamá. Además, destacó que el canal es el resultado de una larga «lucha generacional» y que se ha mantenido bajo control panameño desde su traspaso en 1999, gracias a los Tratados Torrijos-Carter.
Panamá en defensa de su soberanía sobre el Canal
El Gobierno panameño insistió en que el Canal de Panamá sigue siendo una herramienta estratégica para el país y el mundo entero, ya que es una de las principales arterias del comercio internacional, transitada por alrededor del 3% del comercio mundial. Desde su inauguración en 1914 hasta su traspaso a Panamá en 1999, el canal fue administrado por Estados Unidos, pero el país centroamericano ha garantizado su administración autónoma y respetuosa con los principios de neutralidad y libre tránsito.
Panamá subraya que no hay presencia de ningún país que interfiera en la gestión del canal. Aunque Trump ha repetido en varias ocasiones que China tiene presencia en el canal, el Ejecutivo panameño ha negado tales acusaciones, insistiendo en que el control del canal sigue siendo exclusivamente panameño.
EFE/Carlos Lemos
El Canal de Panamá y su relevancia global
El Canal de Panamá es un paso de 82 kilómetros que conecta el océano Atlántico con el océano Pacífico, facilitando el comercio entre América del Norte, América del Sur, Asia y Europa. Este canal es una de las infraestructuras más importantes a nivel global, ya que cerca del 3% del comercio mundial transita por él. A lo largo de su historia, ha sido un punto de tensión geopolítica, pero también un símbolo de la soberanía y la autonomía de Panamá.
Desde su traspaso a Panamá el 31 de diciembre de 1999, el Canal ha sido administrado por el país de manera efectiva, garantizando su neutralidad y acceso libre para todos los países, sin que ninguna nación tenga influencia directa en su gestión. El proceso de traspaso, que fue el resultado de los Tratados Torrijos-Carter, es considerado un logro histórico para Panamá, ya que marcó la recuperación de un territorio clave para el país.
La importancia de los Tratados Torrijos-Carter
El traspaso del Canal de Panamá a Panamá fue el resultado de los Tratados Torrijos-Carter, firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por el líder panameño Omar Torrijos y el presidente estadounidense Jimmy Carter. Estos tratados establecieron el calendario para la transferencia de la administración del canal, que finalmente se llevó a cabo en 1999, culminando un largo proceso de negociaciones entre ambos países.
Este acuerdo histórico fue fundamental para la soberanía de Panamá, ya que garantizó que el canal sería operado bajo el control exclusivo del país. La neutralidad permanente del canal, que ha sido un principio clave desde su inauguración, ha permitido que el paso marítimo siga siendo utilizado por naciones de todo el mundo, sin que ninguna pueda reclamar su propiedad o control.