En sus primeras horas al asumir nuevamente el cargo de presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha prometido emitir un “huracán” de órdenes ejecutivas. Uno de los decretos iniciales que ya se ha dado a conocer tendrá un fuerte simbolismo: modificará el nombre tanto del Golfo de México como del Monte Denali en Alaska, el pico más alto del continente norteamericano. Esta información fue revelada esta mañana por el New York Post.
Aunque Trump ya había mencionado ambos temas previamente, es notable que estén entre sus acciones iniciales: el Golfo de México pasará a llamarse el «Golfo de América» y el Denali volverá a su nombre anterior, Monte McKinley.
¿Por qué Trump quiere cambiar el nombre del Golfo de México?
Hace unas semanas, durante una rueda de prensa celebrada en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, Donald Trump habló sobre la posibilidad de renombrar el Golfo de México, aunque no proporcionó razones específicas para esta idea.
«Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de América, que suena muy bien. Eso cubre mucho territorio, el Golfo de América, qué hermoso nombre. Y es apropiado», expresó Trump.
El término “América” se refiere a Estados Unidos y no al continente. Según el borrador de la orden ejecutiva al que tuvo acceso el New York Post, se subraya que el Golfo de México es fundamental para la industria marítima, la producción de energía, el comercio internacional, el turismo, la pesca y la recreación.
Este cambio de nombre, que parece buscar una mayor representación de la influencia de Estados Unidos en la región, ha generado tanto apoyo como críticas, ya que la región conocida tradicionalmente como Golfo de México ha sido un punto de conexión entre varios países, incluido México, que no se ve reflejado en el nuevo nombre propuesto.
EFE/Morry Gash/Pool
La influencia histórica de William McKinley en las decisiones de Trump
Otro cambio significativo que Donald Trump ha prometido realizar es la modificación del nombre del Monte Denali, el pico más alto de América del Norte. El monte será renombrado como Monte McKinley, en honor al presidente William McKinley, quien fue asesinado en 1901.
Trump ha expresado en varias ocasiones su admiración por McKinley, especialmente por su política arancelaria. En un evento realizado en diciembre en Arizona, el presidente elogió a McKinley, diciendo: «McKinley fue un presidente muy bueno, tal vez un gran presidente… Como mínimo, fue un muy buen hombre de negocios. Fue empresario, luego gobernador, un empresario muy exitoso».
De acuerdo con el borrador de la orden ejecutiva, se enfatiza que el legado de McKinley tuvo un impacto significativo en la política económica de Estados Unidos. Se subraya también que, durante su mandato, McKinley trabajó para salvaguardar los intereses del país, contribuyendo a la prosperidad nacional.
El cambio de nombre del Monte McKinley a Denali
La decisión de Trump de cambiar el nombre del Monte Denali a Monte McKinley también tiene una historia detrás. En 2015, durante la presidencia de Barack Obama, el nombre original de la montaña, Denali, fue restaurado en respuesta a una petición de la Legislatura de Alaska en 1975. El nombre Denali es el nombre indígena otorgado por los koyukon athabascos, los residentes nativos de Alaska, y representa un esfuerzo por honrar las tradiciones y la historia de las comunidades indígenas de la región.
Sin embargo, la administración de Obama fue criticada por algunos sectores debido a la eliminación del nombre McKinley, en honor al presidente que fue asesinado. Para muchos, el nombre McKinley representaba un símbolo de la historia política y económica del país, mientras que otros defendían el uso del nombre indígena como un reconocimiento a las comunidades nativas.
Trump, fiel a su estilo, ha prometido devolver el nombre de Monte McKinley como una forma de rendir homenaje a un presidente republicano y su legado. Este cambio se anticipa como una de las primeras órdenes ejecutivas que Trump firmará en las horas posteriores a su toma de posesión.
Reserva y Parque Nacional de Denali en Alaska EEUU. EFE/GARY KEMPER
La ejecución de las órdenes ejecutivas
Según se espera, Trump firmará las órdenes ejecutivas en la Sala del Presidente del Capitolio, tras su ceremonia de toma de posesión o en las primeras horas de su mandato, una vez que se haya instalado en la Casa Blanca. Estas órdenes afectarán las comunicaciones oficiales del gobierno federal, y los mapas y documentos del gobierno reflejarán los nuevos nombres. Sin embargo, no se aplicará un mandato obligatorio en las escuelas para cambiar los nombres en la educación.
El Golfo de América y el Monte McKinley se convertirán así en símbolos importantes de las decisiones simbólicas de la nueva administración. Aunque no todos están de acuerdo con estos cambios, la administración Trump parece comprometida con dar un giro a varios aspectos simbólicos de la historia estadounidense.
Las críticas y reacciones ante los cambios simbólicos
El renombramiento del Golfo de México y del Monte Denali no ha estado exento de controversia. Mientras que algunos celebran los cambios como un paso para fortalecer la identidad de Estados Unidos, otros lo ven como un acto de insensibilidad hacia los países y pueblos que históricamente han compartido estos nombres y territorios.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, por ejemplo, expresó en una ocasión durante una rueda de prensa que, en lugar de Golfo de México, el nombre apropiado podría ser «América Mexicana». «Suena bonito, ¿no?», comentó, sugiriendo que un nombre como ese reflejaría la importancia de México en la región.