Las autoridades del departamento colombiano de Norte de Santander están alarmadas por los recientes enfrentamientos en el Catatumbo, una región ubicada en el noreste del país. Los choques entre la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y una disidencia de las FARC ya habrían dejado más de 50 muertos, aunque hasta el momento las Fuerzas Militares y la Fiscalía no han podido acceder a la zona para confirmar la cifra exacta.
La grave situación en el Catatumbo
De acuerdo con el coronel retirado de la Policía, George Quintero, secretario de seguridad del departamento, debido a las restricciones para llegar a la zona, las autoridades solo cuentan con especulaciones basadas en algunas fotografías y testimonios. “Si es por esas imágenes, creo que los muertos ya son más de 50”, comentó Quintero a la agencia EFE. Aunque no se dispone de una cifra exacta, la situación es alarmante, especialmente por los videos y fotos que circulan en redes sociales, que muestran la magnitud de los ataques.
Los testimonios de personas que han logrado comunicarse con las autoridades también confirman la tragedia. Algunos familiares de las víctimas han reportado situaciones extremas, como el caso de una mujer que, al enterarse del asesinato de su padre, tuvo que esconderlo en su casa para evitar ser también asesinada.
Desplazamientos y miedo en la zona del Catatumbo
Los enfrentamientos en el Catatumbo han dejado una estela de desplazados. En la mañana del jueves, el ELN comenzó una ofensiva en varios municipios de la región, específicamente en zonas rurales, en un intento por tomar control de territorios disputados con las disidencias de las FARC. Los ataques sorprendieron a los habitantes, que se vieron obligados a huir para salvar sus vidas.
En videos difundidos por redes sociales, se puede observar a guerrilleros del ELN patrullando las calles mientras se escuchan las ráfagas de fusiles y ametralladoras. A pesar de los esfuerzos de las autoridades por controlar la situación, la cifra de muertos sigue siendo incierta, aunque las autoridades locales han reportado más de 30 víctimas fatales desde el viernes.
Los desplazados han buscado refugio en las ciudades cercanas como Cúcuta, Ocaña y la zona urbana de Tibú. De acuerdo con la ONG Vivamos Humanas, que agrupa a numerosas organizaciones sociales locales, se han registrado más de 50 muertes, entre ellas la de cinco firmantes de paz. Además, más de 450 familias han tenido que abandonar sus hogares ante la amenaza de violencia.
Fotografía cedida por la Presidencia de Colombia del presidente de Colombia, Gustavo Petro (2i), mientras asiste a un Consejo de Seguridad en Tibú, Norte de Santander (Colombia). EFE/ Presidencia de Colombia
Respuesta del gobierno y las autoridades militares
El Ejército Nacional ha desplegado 300 militares en la zona afectada para intentar frenar la violencia. Además, la Fuerza Aeroespacial de Colombia (FAC) ha realizado varias operaciones aéreas para rescatar a los heridos y brindar ayuda humanitaria a los afectados. No obstante, la situación sigue siendo tensa, y las autoridades enfrentan grandes desafíos para restaurar el orden en esta región de difícil acceso.
El ELN y las acusaciones de crímenes de guerra
A través de un comunicado, el ELN se pronunció sobre los recientes hechos, acusando a las disidencias de las FARC de haber perpetrado un crimen que desató los enfrentamientos. El grupo guerrillero señaló que el asesinato de una familia, incluido un bebé de nueve meses, el 15 de enero, fue la causa de su ataque armado contra sus rivales.
El asesinato de Miguel Ángel López, dueño de una funeraria de Tibú, su esposa Zulay Durán y su hijo Miguel Herney López Durán fue denunciado por el ELN como un crimen cometido por las disidencias de las FARC. Este evento ha generado una escalada de violencia en la región, que ha dejado a las autoridades y a la población en una situación de incertidumbre y miedo.
Diálogos de paz suspendidos tras los enfrentamientos
La escalada de violencia ha tenido repercusiones en los diálogos de paz entre el gobierno de Gustavo Petro y el ELN. Tras los recientes ataques y la intensificación del conflicto, el presidente colombiano anunció la suspensión de las negociaciones con la guerrilla, acusándola de cometer “crímenes de guerra” en la región del Catatumbo. En sus declaraciones, Petro dejó claro que no se retomarán las conversaciones hasta que el ELN muestre una verdadera voluntad de paz.
La jefa de la delegación del Gobierno en los diálogos, Vera Grabe, también expresó que la negociación está suspendida hasta que el ELN decida “caminar hacia la paz”. Estos diálogos habían sido reanudados en noviembre de 2022 y se encontraban congelados desde mayo de 2023 debido a diversas desavenencias entre las partes.
El Catatumbo: una zona clave en el conflicto armado colombiano
El Catatumbo es una región montañosa y empobrecida que limita con Venezuela y que ha sido históricamente un escenario de conflicto armado. En esta zona operan el ELN, las disidencias de las FARC, un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) y otras bandas criminales. Estos grupos se disputan el control de los cultivos de coca y las rutas de narcotráfico, lo que ha exacerbado la violencia en la región.
Los municipios más afectados por estos enfrentamientos incluyen Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú. Estos territorios han sido escenario de innumerables enfrentamientos, desplazamientos forzados y asesinatos en el contexto de la lucha por el control de los recursos ilícitos y las rutas del narcotráfico.