El expresidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2022) acusó este jueves a la Corte Suprema de Brasil de «persecución judicial» después de que se le negara un permiso para viajar a Estados Unidos, donde había sido invitado a la investidura de su aliado, el expresidente Donald Trump. Bolsonaro ha afirmado que la decisión del tribunal carece de fundamento legal y ha señalado que esta negativa forma parte de una estrategia para neutralizarlo como adversario político.
La acusación de Bolsonaro: «persecución judicial»
La oficina de Bolsonaro emitió un comunicado en el que aseguraba que el fallo del Supremo Tribunal Federal (STF) «carece de cualquier fundamento legal o lógico». Según el exmandatario, ha cumplido con todas las órdenes judiciales desde que el 8 de febrero de 2024 se le retiró el pasaporte en el marco de las investigaciones sobre su presunta participación en un intento de golpe de Estado. La declaración insistió en que Bolsonaro no tenía intenciones de escapar de Brasil, recordando que en diciembre de 2023 viajó a la toma de posesión del presidente argentino Javier Milei y regresó a Brasil «como prometió», a pesar de que en ese momento aún no le habían retirado el pasaporte.
Para Bolsonaro, esta situación constituye un claro ejemplo del uso del denominado «lawfare» o persecución judicial, un término que hace referencia al uso sistemático de la justicia para neutralizar a un rival político sin recurrir al voto popular. El exgobernador criticó que el rechazo a su viaje a Estados Unidos «aleja a Brasil de una alineación con el mundo libre», en referencia a la importancia de fortalecer las relaciones bilaterales con los Estados Unidos.
Imagen de archivo del magistrado del Supremo Tribunal Federal (STF), Alexandre de Moraes. EFE/ Andre Borges
El fallo de la Corte Suprema de Brasil
El pasado jueves, el magistrado Alexandre de Moraes, miembro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, negó el permiso de viaje a Bolsonaro. La solicitud había sido hecha para asistir a la investidura de Donald Trump en Estados Unidos, a la que Bolsonaro había sido invitado junto a otros líderes de la extrema derecha global, como el argentino Javier Milei y la italiana Giorgia Meloni. Sin embargo, el exmandatario de Brasil no es una figura oficial y su presencia en la ceremonia no representa al Estado brasileño.
El tribunal se basó en una opinión de la Fiscalía General de Brasil, que opinó que el viaje de Bolsonaro no respondía a «intereses públicos», sino que se trataba de una agenda privada. De acuerdo con el fallo, el exgobernador brasileño no tiene un rol oficial que justifique su presencia en un evento diplomático de tal envergadura. Además, se subrayó que la solicitud de viaje no estaba alineada con las razones por las cuales se le había retirado el pasaporte, lo que incluye la posibilidad de que Bolsonaro intentara evadir la justicia en Brasil.
Los antecedentes de la retención del pasaporte de Bolsonaro
El pasado 8 de febrero de 2024, las autoridades brasileñas decidieron retener el pasaporte de Bolsonaro en el contexto de varias investigaciones judiciales en su contra. Una de las más graves se refiere a su presunta implicación en un intento de golpe de Estado que buscaba impedir la investidura de Luiz Inácio Lula da Silva, quien asumió la presidencia de Brasil el 1 de enero de 2023.
Bolsonaro ha sido imputado por la Policía en diversas causas penales, incluyendo su posible participación en la planificación del ataque a los tres poderes del Estado el 8 de enero de 2023, cuando miles de seguidores de la ultraderecha asaltaron Brasilia en un intento de derrocar al gobierno progresista de Lula. Este caso está siendo investigado por la Fiscalía General, que en las próximas semanas deberá decidir si presenta una denuncia formal ante la Corte Suprema de Brasil contra Bolsonaro y otros cuarenta sospechosos.
EFE/Jim Lo Scalzo
Bolsonaro y sus intentos de viajar al exterior
Este no es el primer intento de Bolsonaro por viajar al extranjero desde que se le retiró el pasaporte. En ocasiones anteriores, el exgobernador brasileño había solicitado autorización para salir del país, pero todas sus solicitudes fueron rechazadas. En este caso, su objetivo era asistir a la investidura de Donald Trump, a quien considera un aliado cercano. Sin embargo, el Supremo Tribunal Federal argumentó que no había justificación oficial para su presencia en un evento de esa magnitud.
El exmandatario ha insistido en que su ausencia en la toma de posesión de Trump es una «oportunidad perdida» para fortalecer los lazos entre Brasil y Estados Unidos, un tema que considera importante para el futuro de Brasil en el ámbito internacional.