Israel y Hamas acuerdan alto al fuego en Gaza. Con ello se liberará algunos rehenes y se permitirá el ingreso de ayuda humanitaria. Tregua llega tras semanas de negociaciones promovidas por el gobierno de Biden, pero Trump buscó tomar crédito.
Israel y Hamas pactaron un alto al fuego frente a la ofensiva que Israel implementó en Gaza como respuesta al ataque del grupo palestino el 7 de octubre de 2023, además de la pronta liberación de rehenes atrapados en Israel.
En un mensaje a la nación, el presidente Joe Biden ratificó el pacto y detalló que el alto al fuego se llevaría a cabo a partir del domingo 19, fecha en la que se liberarían los primeros prisioneros.
El pacto, anunciado por el primer ministro de Qatar, se produce después de semanas de intensas conversaciones impulsadas por el gobierno de Biden.
No obstante, Donald Trump intentó atribuirse a las negociaciones, algo que Biden rechazó. “Expliqué los contornos precisos de este plan el 31 de mayo de 2024, después de lo cual fue aprobado por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU”, dijo Biden.
La oficina del primer ministro Benjamin Netanyuhu declaró que aún no había tenido lugar el acuerdo y que se estaban finalizando los detalles.
De acuerdo con Biden, el acuerdo promete la liberación progresiva de decenas de cautivos retenidos por Hamas, la liberación de cientos de presos palestinos en Israel y permitiría que cientos de miles de individuos desplazados en Gaza volvieran a sus hogares. Además, implica la reactivación de la ayuda humanitaria que es tan necesaria en un territorio devastado.
Se anticipa un cese inicial de las batallas durante seis semanas, que se complementará con la apertura de negociaciones para concluir definitivamente el conflicto bélico.
A lo largo de seis semanas, 33 de los casi 100 rehenes volverán a ver a sus seres queridos tras meses en cautividad sin contacto con el mundo exterior, aunque aún no se sabe si todos están vivos.
Recientemente, Gideon Saar, el ministro de Exteriores de Israel, había señalado «ciertos progresos» en los diálogos que ambas partes han sostenido en Doha. Además, Hamas había declarado a CNN que estaba «muy cerca» de alcanzar un acuerdo con Israel.
El esperado acuerdo se logró después de una complicada negociación bajo el respaldo de Estados Unidos, en la que participaron miembros del gobierno del presidente Joe Biden y del equipo del mandatario electo, Donald Trump, que tomará las riendas de la nación el 20 de enero.
El fin de semana pasado, la Casa Blanca comunicó que Biden había conversado con el primer ministro de Israel con el fin de alcanzar un pacto, cesar los conflictos y liberar a los demás prisioneros.
“Muchas personas inocentes han sido asesinadas, muchas comunidades han sido destruidas. El pueblo palestino merece la paz y el derecho a determinar su propio futuro. Israel merece la paz y una seguridad real, y los rehenes merecen reunirse con sus familias”, puntualizó Biden. Desde el inicio de la guerra en Gaza, se han registrado más de 45,000 muertos y 100,000 heridos.
De acuerdo con los funcionarios, el alto el fuego se llevará a cabo en tres etapas y posibilitará la liberación de los cautivos israelíes a cambio de prisioneros palestinos encarcelados en Israel. Durante la primera etapa de 42 días, el grupo palestino liberará a 33 prisioneros, acorde con los oficiales.
Una fuente que previamente conversó con la agencia EFE indicó que «un primer grupo de los 33 prisioneros será liberado durante los primeros días después de la implementación del acuerdo», sin especificar un número o fecha precisa.
Un alto oficial de Israel aseguró a los periodistas que la mayoría de los 33 rehenes están vivos. Según el gobierno de Israel, Hamás y sus aliados aún cuentan con 94 prisioneros, de los cuales al menos 34 están fallecidos.
En esa primera etapa, «Israel no se compromete a poner fin a la guerra (…) y pasados los primeros 16 días de los 42, las partes iniciarán negociaciones sobre la segunda fase, en la que Israel exige la liberación del resto de los rehenes», agregó.
Además, indicó que durante la puesta en marcha del acuerdo, las tropas israelíes no abandonarán Gaza totalmente y se mantendrán en «áreas de amortiguación» en las zonas fronterizas del este y norte de la franja. «La reducción progresiva estará vinculada al transcurso de los días de alto el fuego», afirmó.
Por otro lado, resaltó que «los prisioneros palestinos serán excarcelados con ‘criterios específicos’ en función del número de rehenes israelíes vivos que serán puestos en libertad».
«Esto incluye la excarcelación de prisioneros condenados por operaciones en las que murieron israelíes. Pero no se les permitirá permanecer en Cisjordania», agregó.
«Los miembros de la unidad de élite de Hamas implicados en el ataque del 7 de octubre de 2023 (en territorio israelí, y que causó la guerra en Gaza) no serán liberados», puntualizó.
No se sabía con precisión cuándo y cuántos palestinos desplazados podrían volver a sus hogares, ni si el acuerdo llevaría a un término total de la guerra y a la expulsión completa de las fuerzas israelíes de Gaza, exigencias fundamentales de Hamas para liberar a los cautivos que quedaban.
Se mantienen numerosas interrogantes a largo plazo acerca de la Gaza posguerra, incluyendo quién dirigirá el territorio o supervisará la enorme labor de reconstrucción.
No obstante, el comunicado brindó la primera señal de esperanza en meses de que Israel y Hamás podrían estar concluyendo la guerra más devastadora y mortal que se haya dado, un conflicto que ha perturbado la estabilidad de todo el Medio Oriente y causado manifestaciones a nivel global.
Además del intercambio de cautivos por reclusos, el acuerdo también contempla, de acuerdo con esa fuente, la entrada en el rango de aproximadamente 600 camiones diarios con ayuda humanitaria.
Alto al fuego: 15 meses de guerra
El conflicto se inició el 7 de octubre de 2023 con un ataque nunca antes visto desde Gaza realizado por militantes del grupo islamista palestino, causando la muerte de 1,170 individuos en el sur de Israel, en su mayoría civiles, de acuerdo con datos de Tel Aviv.
Desde aquel momento, Israel lanzó, sin descanso contra la Franja de Gaza, ataques aéreos y una ofensiva terrestre que ocasionó una devastación nunca antes vista, devastando aldeas completas.
Según denunció Naciones Unidas, la ofensiva desplazó a la mayoría de los palestinos en Gaza, provocó la interrupción de las operaciones en la mayoría de los hospitales del lugar y desencadenó una hambruna generalizada.
Las fuerzas armadas palestinas también capturaron aproximadamente 250 prisioneros israelíes y foráneos, de los cuales decenas se encontraban en Gaza. Quince meses tras el comienzo del conflicto, la cifra de víctimas se eleva a más de 45,800 fallecidos y 11,200 desaparecidos, situación que António Guterres, secretario general de la ONU, describió como «una crisis humanitaria, una crisis política, una crisis diplomática y una crisis moral».
Las autoridades de Gaza, bajo el control de Hamas, acusaron al ejército de Israel de realizar un «genocidio y limpieza étnica», mientras que Israel sostenía que su meta era prevenir el «reagrupamiento de Hamas».
La mayoría de la franja de Gaza ha sido devastada, donde ciudades completas se extinguen del mapa con todos sus edificios en ruinas. Según datos del Gobierno de Gaza, el porcentaje de devastación ha llegado al 86%, y para numerosas familias resultará complicado reiniciar su existencia a pesar de que la guerra haya concluido.
El 90% de los habitantes de Gaza, aproximadamente 1.9 millones de personas, fueron expulsadas de sus viviendas, muchas de ellas completamente arrasadas. La mayoría reside en la conocida «área humanitaria» situada en el sur de la franja, aunque tampoco ha estado libre de ataques aéreos.
Los esfuerzos por alcanzar un pacto de alto fuego han fallado reiteradamente en el último año, principalmente debido a Netanyahu en establecer nuevas condiciones cada vez que un acuerdo se aproximaba y su empeño en que las fuerzas israelíes permanecieran en el territorio, en los corredores de Filadelfia (frontera con Egipto) y Netzarin (una ruta militar que divide la Franja en dos mitades).
El candidato presidencial de Estados Unidos, Donald Trump, expresó después de confirmar su victoria electoral que aspiraba a concluir las guerras y pidió a Netanyahu una tregua antes de asumir el mando, el 20 de enero. Además, amenazó a Hamás con convertir a Gaza en «un infierno en la tierra» si no liberaba a todos los rehenes.
Hasta el momento, solo se había alcanzado un pacto de tregua de una semana, en noviembre de 2023, donde se intercambiaron 105 cautivos por 240 prisioneros palestinos.
Alto al fuego: Netanyahu agradece a EE.UU.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, expresó su gratitud tanto al mandatario en funciones de Estados Unidos, Joe Biden, como al mandatario electo de ese país, Donald Trump, por su contribución en la obtención de un alto el fuego en la Franja de Gaza.
En un comunicado, la oficina del líder de Israel destacó que en su conversación les reconoció su contribución para progresar en el acuerdo entre su nación y el grupo islamista palestino Hamás.
En particular, expresó su agradecimiento a Trump, quien tomará las riendas del país el 20 de enero “su ayuda para promover la liberación de los rehenes y para ayudar a Israel a poner fin al sufrimiento de docenas de rehenes y sus familias”.
“El primer ministro dejó claro que está comprometido a devolver a todos los secuestrados por cualquier medio y felicitó al presidente electo estadounidense por sus palabras de que Estados Unidos trabajará con Israel para garantizar que Gaza nunca sea un refugio para el terrorism”, indicó el gabinete de Netanyahu.
En ese diálogo, acordaron una reunión «próximamente» en Washington para discutir este y otros asuntos «relevantes».
El anuncio otorgó más espacio al diálogo con el líder republicano que al mantenido con Biden, acerca del cual solo se mencionó que «también le agradeció su ayuda para avanzar en el acuerdo de los rehenes».
A su vez, la Casa Blanca indicó que Biden conversó con Netanyahu para felicitarle por el acuerdo, donde Estados Unidos ha desempeñado el papel de mediador.