El miércoles, investigadores y funcionarios de Corea del Sur intentaron ejecutar una orden de arresto contra el presidente Yoon Suk-yeol, tras enfrentarse a varias barreras y obstáculos puestos por el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS). La operación fue encabezada por un convoy de la Oficina Anticorrupción y la Policía, quienes, después de varios intentos fallidos, lograron acceder al recinto presidencial.
Obstáculos en el acceso a la residencia presidencial
El operativo para arrestar al mandatario Yoon Suk-yeol comenzó poco después de las 8:00 a.m. hora local (23:00 GMT del martes). Sin embargo, las autoridades enfrentaron una resistencia considerable debido a las medidas de seguridad impuestas por el PSS, que incluyó una cadena humana y barricadas formadas por vehículos. A pesar de los esfuerzos del PSS para bloquear el acceso al recinto, los oficiales finalmente lograron superar estas barreras y proceder a la detención de Kim Sung-hoo, el jefe de las fuerzas de protección presidencial.
Los primeros intentos para ingresar al complejo presidencial fueron infructuosos. A las 5:20 a.m. hora local del miércoles (20:20 GMT del martes), la policía trató de acceder al recinto, pero se encontró con la cadena humana formada por miembros del PSS y con vehículos bloqueando la entrada.
EFE/ STR
Yoon Suk-yeol y las acusaciones de insurrección
Yoon Suk-yeol, quien enfrenta una investigación por un presunto delito de insurrección relacionado con su declaración de ley marcial en diciembre, está siendo investigado por la Oficina Anticorrupción, la Policía y el Ministerio de Defensa. La acusación de insurrección se refiere a su papel en la declaración de la ley marcial el mes pasado, un acto que desató una serie de controversias y críticas.
Los abogados del presidente han argumentado que la orden de arresto no es legítima, afirmando que no existen pruebas suficientes para justificar su detención. Yun Gap-geun, uno de los abogados de Yoon, reiteró que la orden de arresto carece de base legal.
Resistencia de los partidarios de Yoon
Antes de los intentos de ingreso de los investigadores, varios manifestantes que apoyan al presidente Yoon se congregaron frente a la residencia presidencial en un intento por evitar el arresto. Aproximadamente 50 manifestantes fueron dispersados por la policía, pero la situación se intensificó cuando más de 6,500 partidarios se reunieron alrededor del complejo presidencial. En paralelo, alrededor de una treintena de diputados del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) también se sumaron a las protestas.
La situación escaló rápidamente con enfrentamientos entre los partidarios del presidente y las autoridades. Los manifestantes, en su mayoría, se oponían a la orden de arresto, exigiendo que Yoon no fuera detenido, argumentando que la medida era un abuso de poder. Los parlamentarios, por su parte, se movilizaron para defender al mandatario, lo que aumentó las tensiones alrededor de la residencia presidencial.
Partidarios del presidente surcoreano destituido se manifiestan cerca de la residencia presidencial en Seúl. EFE/EPA/Jeon Heon- Kyun
El paradero de Yoon y sus abogados en Corea del Sur
Se cree que Yoon se encuentra oculto en su residencia desde que fue destituido por la Asamblea Nacional el 14 de diciembre, tras la controversia en torno a la declaración de la ley marcial. El mandatario conservador no acudió a las citaciones de la Oficina Anticorrupción y el Ministerio de Defensa, lo que llevó al tribunal a emitir la orden de arresto.
El equipo de investigadores cuenta con un plazo de 48 horas para interrogar al presidente Yoon, una vez que logren arrestarlo. Además, el tribunal podría solicitar una orden para prolongar su detención si consideran que es necesario para la investigación.
Primer intento fallido de arresto
Este no fue el primer intento para ejecutar la orden de arresto contra Yoon Suk-yeol. El 3 de enero, un primer operativo fracasó debido a la intervención del PSS, que bloqueó el acceso al recinto presidencial durante varias horas. Este incidente obligó a las autoridades a cancelar la operación y reprogramarla para este miércoles.
Después de ese primer intento fallido, un tribunal de Seúl extendió la orden de arresto, lo que permitió que la operación se reanudara esta semana. La extensión de la orden de arresto tiene validez hasta el 21 de enero, por lo que los investigadores tienen un tiempo limitado para proceder con la detención.