Durante la celebración del Día Nacional del Acullico, el presidente de Bolivia, Luis Arce, afirmó que el pueblo boliviano ha mostrado al mundo que la hoja de coca no es cocaína, defendiendo sus usos tradicionales y medicinales.
Arce, acompañado del vicepresidente David Choquehuanca, presidió el acto en la plaza Murillo de La Paz, donde participaron autoridades locales, ministros, y productores de hojas de coca y productos derivados legales.
El presidente subrayó en su discurso que Bolivia ha demostrado a nivel internacional que la coca no es cocaína, y que la historia ha validado esta postura.
El presidente también destacó que el consumo de coca no está limitado a las zonas andinas, sino que se ha extendido por todo el país y entre diversos grupos sociales.
Aunque reconoció el mal uso de la hoja de coca para la fabricación de cocaína, Arce aclaró que el gobierno combate el narcotráfico, al mismo tiempo que apoya el uso tradicional y saludable del acullico y de los productos derivados legales.
Choquehuanca recordó que el Día Nacional del Acullico se instauró en 2013, cuando Bolivia se reincorporó a la Convención de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, con una reserva para permitir el masticado de coca dentro del país.
Choquehuanca también reafirmó los esfuerzos del gobierno de Arce para lograr que la hoja de coca sea reclasificada, reconociendo sus beneficios medicinales y nutricionales, y facilitando la exportación de productos derivados de la planta.
Arce también expresó confianza en que pronto Bolivia logrará exportar su hoja de coca al mundo para aprovechar sus propiedades curativas y contribuir a la salud global.
La ceremonia oficial comenzó con una ofrenda a la Pachamama, en la que un par de sabios indígenas realizaron rezos en aimara, mientras los asistentes celebraban masticando hojas de coca.
Durante el evento, una enorme hoja de coca elaborada con hojas más pequeñas fue colocada en el escenario, y los participantes siguieron con la tradición de masticar la planta hasta que la fuerte lluvia interrumpió la actividad.
En paralelo, en la plaza Murillo se instaló una feria en la que se ofrecieron productos derivados de la coca, como cosméticos, medicinas, infusiones, harina, bollería y bebidas energizantes.
En la ciudad de Santa Cruz, la más poblada de Bolivia, también se llevó a cabo una reunión donde los asistentes participaron en el acto de acullico de hojas de coca.
La hoja de coca está protegida por la Constitución boliviana desde 2009 por sus usos tradicionales y medicinales, aunque una parte de la producción se destina al narcotráfico.
En 2017, Evo Morales aprobó una ley que aumentó la superficie cultivada de coca legal en Bolivia de 12,000 a 22,000 hectáreas, en un intento de controlar el cultivo y frenar el narcotráfico.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, los cultivos de coca en Bolivia se redujeron un 2% en 2022, pasando de 30,500 hectáreas en 2021 a 29,900.
Arce también mencionó que se está construyendo una planta estatal para procesar la hoja de coca en Cochabamba, y se planea otra en Los Yungas, una de las principales regiones productoras de la planta.