La Reserva Federal anunció este miércoles otro recorte de un cuarto de punto a la tasa de interés en un esfuerzo por impulsar lo que para algunos es una economía estable pero que se enfría. Esta es la tercera reducción consecutiva y se produjo con un tono de advertencia sobre reducciones adicionales en los próximos años.
Sin embargo, sigue habiendo debate sobre el alcance de ese enfriamiento o si tal cosa realmente está ocurriendo.
Se trata del tercer recorte del banco central en 2024. La medida reduce la tasa objetivo de la Fed a entre el 4.25% y el 4.5%.
En su comunicado en el que anuncia el recorte, la Fed ahora proyecta solo dos recortes de tipos de interés para 2025. Afirmó que la tasa de desempleo sigue siendo baja, mientras que la tasa de inflación “sigue siendo algo elevada”.
Las medidas de la Reserva Federal están diseñadas para evitar que la economía se sobrecaliente cuando el crecimiento es fuerte o que caiga en recesión cuando es lento.
Algunos de los datos económicos que siguen de cerca los expertos pintan un panorama optimista. La inflación sigue muy por debajo de sus máxicos pospandémicos, aunque la Oficina de Estadísticas Laborales informó la semana pasada que el índice de precios al consumidor de 12 meses (el indicador de inflación que más se toma en cuenta) aumentó a 2.7% en noviembre, por encima del ritmo de 2.6% observado el mes anterior.
Pero a los consumidores parece preocuparles poco. El martes, la Oficina del Censo informó que las ventas minoristas aumentaron un 0.7% ese mismo mes, por encima de las previsiones del 0.6%, mientras que los datos de octubre se corrigieron al alza hasta el 0.5%. Originalmente se había reportado un 0.4%
Esos datos sugiren que la economía se mantiene relativamente fuerte, pero hay algunas señales de alerta sobre debilidades subyacentes, algo que justificaría la política monetaria más flexible que la Reserva Federal, por no hablar del presidente electo, Donald Trump, ha estado buscando.
Lo más preocupante es el mercado laboral, donde el aumento de empleos se ha concentrado principalemnte en sectores como la salud, el Gobierno estatal y local. Esos rubros suelen decir poco sobre el estado real del ciclo económico.
Mientras tanto, el ritmo de creación de empleo en sectores que suelen apuntar a un crecimiento continuo, como la industria manufacturera, los servicios empresariales y profesionales, prácticamente se ha estancado.
En general, las tasas de contratación se han desplomado, mientras que las vacantes de empleo siguen cayendo.
Y finalmente, tras los incrementos que se registraron durante la mayor parte de 2024, algunos índices bursátiles están bajando de máximos históricos. El Promedio Industrial Dow Jones ha estado en medio de una racha de pérdidas de nueve días, su peor desempeño de varios días desde la década de 1970.
El presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, habla de la decisión sobre los tipos de interés, este 31 de julio de 2024, en Washington. EFE/Jim Lo Scalzo
En este momento, los participantes del mercado creen que después de que la Fed anuncie su recorte de un cuarto de punto para diciembre, «hará una pausa» y mantendrá las tasas estables en su reunión de enero para evaluar cómo se comportan las condiciones financieras generales.
En general, los analistas siguen siendo relativamente optimistas sobre la situación actual. Una nueva encuesta del Bank of America revela que la Fed todavía parece probable que logre un «aterrizaje suave» para la economía estadounidense en la que el desempleo y la inflación se mantienen relativamente bajos.
En todo caso, los analistas de Goldman Sachs esperaban que la inflación cayera aún más a esta altura, algo que habría sucedido a expensas de un desempleo ligeramente más alto.
“La tasa de desempleo ya no está aumentando tan rápidamente” como a principios de este otoño, señalaron esos analistas en un gráfico que acompañaba una nota reciente a los clientes. Aun así, dijeron, “es demasiado pronto para concluir que los datos generales del mercado laboral se han estabilizado de manera convincente”.
Incluso con un mercado laboral todavía inestable, funcionarios de la Reserva Federal han señalado que podrían querer desacelerar el ritmo de los recortes pronto, no solo en respuesta a una inflación más rígida, sino también dada la incertidumbre sobre las políticas arancelarias de la Administración entrante de Trump.
Para ilustrar el pensamiento de la Fed, los analistas de Goldman señalaron un discurso este mes de Beth Hammack, presidenta del Banco de la Reserva Federal de Cleveland, en el que expuso la situación.
“Un crecimiento resistente, un mercado laboral saludable y una inflación aún elevada me sugieren que sigue siendo apropiado mantener una postura moderadamente restrictiva para la política monetaria durante algún tiempo”, señaló Hammack. “Tal postura política ayudará a que la inflación vuelva de manera sostenible al 2% en el momento oportuno”.
También ha habido un replanteamiento más amplio sobre si las tasas de interés deben ser más altas en general, dados los cambios estructurales que pueden estar ocurriendo en la economía que han llevado a un crecimiento más rápido, como grandes déficits fiscales y un elevado crecimiento de la productividad.
Si bien la crisis financiera de 2008 preparó el escenario para más de una década de tasas de interés bajas, dijo Hammack, «algunas de las fuerzas que parecían estar manteniendo baja la tasa neutral después de la crisis financiera global pueden finalmente haber seguido su curso o haberse revertido».
El presidente de la Junta de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), Jerome Powell, habla con los periodistas en Washington, DC, EE.UU. EFE/EPA/Jim Lo Scalzo
El sentimiento de los inversores y economistas también se ha vuelto más inseguro sobre el impacto que tendrá la Administración Trump en la economía. En particular, los temores de que los aranceles aumenten los precios se han generalizado.
«Cuando llueve, llueve para todos», afirmó Gary Millerchip, el director financiero de Costco, en la última conferencia telefónica sobre ganancias de la compañía.
Aun así, el escenario base parece ser relativamente tranquilo, gracias principalmente a la agenda pro empresarial de Trump. La encuesta del Bank of America no solo mostró un máximo de ocho meses del 33% de los encuestados que esperan que la economía siga creciendo a un ritmo constante, sino que solo el 6% espera un escenario de recesión, el mínimo de seis meses. Mientras tanto, el sentimiento general de los inversores sigue siendo «súper optimista», con la asignación de fondos a acciones en máximos y efectivo en mínimos, con la esperanza de un consumo continuo y una financiación más barata después de que Trump asuma el cargo.
Irónicamente, cuando el sentimiento llega a este nivel, suele ser una señal de venta, dijo Bank of America en la nota.