Donald Trump planea permitir que ICE arreste a migrantes en iglesias, escuelas y hospitales. Medida vigente lo impide. Pero, presidente electo planea rescindir de dicha política tan pronto esté en el cargo.
La Administración entrante de Donald Trump tiene la intención de rescindir una política que ha estado en vigor desde hace más de 10 años y que impide a los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) arrestar a inmigrantes en los llamados ‘lugares sensibles’, donde las repercusiones de su arresto serían mayores, como iglesias, escuelas y hospitales o en eventos como funerales, bodas y manifestaciones públicas sin la aprobación de los supervisores, según tres fuentes familiarizadas con el plan.
El presidente electo planea rescindir la política desde el primer día que asuma el cargo, según las fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato porque no están autorizadas a discutir el cambio públicamente.
La medida tendría como objetivo ampliar la autoridad de ICE para arrestar a inmigrantes en todo el país y su velocidad para hacerlo, como parte del plan de Trump para llevar a cabo lo que ha descrito como la «operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos».
La política que impide a los agentes realizar arrestos en lugares sensibles sin autorización comenzó en 2011 con un memorando enviado por el entonces director de ICE, John Morton, y continuó durante las primeras Administraciones de Trump y el presidente, Joe Biden. Su objetivo era permitir que los inmigrantes indocumentados operaran libremente en ciertas áreas públicas con la idea de que hacerlo, en última instancia, los beneficiaría no solo a ellos sino a la comunidad en general.
“La aplicación de las leyes de inmigración siempre ha requerido un equilibrio. En el pasado, los presidentes de ambos partidos han reconocido que el mero hecho de que pueda ser legal realizar arrestos en hospitales y escuelas no significa que sea una política pública humana o sensata”, señaló Lee Gelernt, abogado de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).
“No queremos que las personas con enfermedades contagiosas tengan miedo de ir al hospital o que los niños no reciban educación debido a políticas de deportación mal pensadas”, afirmó.
Según esta medida, los agentes de ICE pueden ingresar a lugares sensibles para realizar arrestos en situaciones excepcionales como un asunto de seguridad nacional o terrorismo, si se trata de un delincuente considerado peligroso o si existe un riesgo inminente de muerte o daño físico a una persona o propiedad. También si existe la preocupación de que se destruyan pruebas de una investigación criminal.
Sin embargo, incluso cuando existían esas circunstancias, los agentes tenían que obtener la aprobación de sus superiores para planificar un arresto en un lugar sensible. También podían realizar un arresto en circunstancias apremiantes cuando sentían que era necesaria una acción inmediata, pero necesitaban consultar con sus superiores después del hecho.
Durante la primera Administración de Trump, hubo al menos 63 arrestos planificados y cinco apremiantes de ICE en o cerca de un lugar sensible, según datos de la agencia del 1 de octubre de 2017 al 31 de octubre de 2020.
La idea de que Trump podría permitir a los agentes de ICE realizar arrestos en cualquier lugar, incluso dentro de escuelas y lugares de culto, sin las limitaciones actuales comenzó a circular en el Proyecto 2025, una lista de propuestas de políticas distribuidas por la Heritage Foundation antes de las elecciones.
Algunos líderes de iglesia dicen que han enfrentado acoso por brindar santuario a los migrantes y ya están teniendo conversaciones sobre los impactos de un cambio de política en lugares sensibles.
“Muchas iglesias, comunidades religiosas están muy preocupadas de que pueda haber una reacción negativa”, comentó un diácono de una iglesia en Arizona que ha servido como santuario para migrantes en el pasado. El líder de la iglesia pidió que no se use su nombre debido a preocupaciones de seguridad para su congregación.
En enero de 2017, al comienzo del primer mandato de Trump, el entonces Secretario del DHS John Kelly reescribió varias políticas de ICE y Aduanas y Protección Fronteriza, pero no rescindió la regla de lugares sensibles.
Un exfuncionario del DHS señaló que cambiar la política de lugares sensibles podría ser una buena noticia para algunos agentes que se han sentido obstaculizados por las restricciones sobre dónde pueden operar y sintieron que la política fue “abusada” por personas buscadas en el pasado.
“Creo que tal vez en ese momento hubo una buena razón para ello”, comentó el exfuncionario. “No creo que siga siendo necesario”.
Según el exfuncionario del DHS, los agentes de ICE ya tienen en cuenta las circunstancias de cada individuo al considerar dónde es mejor llevar a cabo una acción de cumplimiento y la eliminación de la política solo hace que las cosas sean “menos complicadas administrativamente”.
Aunque el cambio tendría implicaciones más amplias, podría significar el fin de la historia de inmigrantes que han buscado protección contra la deportación, a veces durante años, viviendo en lugares sensibles como las iglesias. En 2019, había al menos 46 inmigrantes alojados en iglesias en 15 estados, según Church World Service, una organización religiosa que rastreó la cantidad de personas que buscaban refugio en Estados Unidos.
“Zar de la frontera”
Los candidatos del presidente electo Donald Trump para ocupar los puestos más importantes en su próxima Administración generalmente se han mantenido alejados de los medios de comunicación para evitar errores verbales que pudieran poner en peligro sus posibilidades de ser confirmados por el Senado. Pero ese no es el caso de Tom Homan.
Homan, quien fue director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas durante el primer mandato de Trump, ha sido elegido para ser el nuevo “zar de la frontera” de la Casa Blanca. El puesto no requiere la confirmación del Senado, lo que significa que Homan tiene la libertad de aparecer en los noticieros y en los medios conservadores promoviendo la agenda de Trump.
Homan, a quien se le pidió con frecuencia durante sus apariciones que explicara cómo y con quién comenzarán las repatriaciones, repitió uno de los pocos detalles del plan que Trump ha ofrecido públicamente: las deportaciones comenzarán con los inmigrantes indocumentados que representen amenazas a la seguridad nacional o pública.
«El presidente Trump ha dejado en claro que priorizaremos las amenazas a la seguridad pública y las amenazas a la seguridad nacional y en eso nos centraremos», afirmó Homan sobre el plan de deportación en una entrevista en el programa Hannity de Fox News el 11 de noviembre. «Hay miles de pandilleros, pandilleros inmigrantes ilegales que vamos a buscar. Ahora bien, si estás en el país ilegalmente, no deberías sentirte cómodo, de ninguna manera. Yo no me sentiré cómodo”.
“Tenemos formas de encontrar gente”, señaló en una entrevista separada en el programa Ingraham Angle el 20 de noviembre. “No lo voy a explicar aquí en televisión nacional debido a la importancia de las fuerzas del orden, pero encontraremos a muchas de estas personas. Serán arrestadas, detenidas y expulsadas”.
Un área en la que Homan ha ampliado la forma en que funcionarán las operaciones es cómo se podría alistar al ejército para sumar personal a la operación.
Usar al ejército a nivel nacional de esa manera sería un paso significativo, uno contra el cual dos senadores demócratas advirtieron recientemente en una carta al presidente, Joe Biden, y al secretario de Defensa Lloyd Austin, pidiendo a la Administración que emita una directiva política antes de que Biden deje el cargo que requeriría que los funcionarios estatales o locales soliciten asistencia antes de que se desplieguen fuerzas militares federales. (Trump podría revocar la directiva una vez que regrese al cargo).
Vale recalcar que, durante la campaña, Trump sugirió que su Administración podría utilizar al ejército para las deportaciones, y ha considerado trasladar tropas estadounidenses desde el extranjero para estacionarlas en la frontera sur.
Homan no ha sido tan directo como Trump sobre cómo ve el papel de los militares en la operación que él supervisará.