Un jurado de Manhattan ha declarado este lunes inocente de homicidio por negligencia criminal al exmarine acusado de asfixiar mortalmente a un vagabundo en un vagón del metro de Nueva York el año pasado. La agonía y muerte de Jordan Neely, un doble de Michael Jackson enfermo de esquizofrenia, a manos del veterano Daniel Penny, que fueron grabadas por el teléfono móvil de uno de los viajeros, revelaron las dimensiones del fenómeno de miles de indigentes con problemas mentales no tratados en la Gran Manzana, en un momento en que el suburbano experimentaba una oleada de sucesos violentos. Fue la radiografía de los males de la ciudad tras la pandemia: la creciente sensación de inseguridad en el metro, la saturación de los albergues y unos servicios de salud mental incapaces de canalizar las necesidades de personas excluidas del sistema.
El juez había desestimado este viernes el cargo más grave de homicidio involuntario contra Penny, de 26 años, después de que las deliberaciones de los miembros del jurado llegaran a un punto muerto acerca del fallo en dos ocasiones. “Pedimos que se desestime el cargo principal de homicidio en segundo grado”, anunció el viernes la ayudante del fiscal del distrito, instando al jurado a deliberar sobre otra acusación de menor calibre: el homicidio por negligencia criminal o culposo, con una posible condena que iba de la libertad condicional a una pena de cárcel de cuatro años. Los 12 miembros del jurado, siete mujeres y cinco hombres, han acordado que la muerte de Neely, de 30 años, no tuvo naturaleza criminal.
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Después de que el juez anunciara el veredicto, la sala reaccionó con división de opiniones, algunos aplausos frente a visibles muestras de descontento, como las del padre de la víctima, a quien el juez le pidió que abandonara la sala. En el exterior del tribunal, decenas de manifestantes pedían la absolución de Penny, con pancartas en las que se le definía como “un héroe” y reclamaban para él “un premio, no la cárcel”, mientras otros reclamaban justicia para la víctima.
La absolución pone fin a uno de los casos penales de mayor repercusión y más controvertidos de los últimos años en la ciudad de Nueva York. Penny fue acusado de la muerte de Neely, un vagabundo enfermo de esquizofrenia que, según los testigos del vagón, empezó a proferir amenazas en un visible estado de agitación tras subirse a un vagón de la línea F de metro en la estación de la Segunda Avenida. Neely gritaba que no le importaba morir, atemorizando al pasaje del vagón, cuando Penny, exmarine, le placó con una maniobra de inmovilización que mantuvo asfixiada a la víctima en el suelo durante unos seis minutos, según las pruebas presentadas al jurado, la más importante de ellas el vídeo.
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Neely fue declarado muerto poco después. Su muerte recuerda la del afroamericano George Floyd, asfixiado por un policía, en Minneapolis en la primavera de 2020.
El juicio, que comenzó a finales de octubre, se centró en determinar si Penny causó la muerte de Neely al retenerlo tanto tiempo y si sus acciones estaban justificadas. Los fiscales argumentaron que el acusado fue “demasiado lejos” y rodeó el cuello de Neely más tiempo del necesario, causándole la muerte, por lo que sus acciones fueron “imprudentes y negligentes”.
Los abogados defensores han sostenido que su cliente solo trataba de protegerse a sí mismo y al resto de viajeros de las amenazas de Neely, y argumentaron que la maniobra de inmovilización pudo no haber causado directamente el óbito. El forense dictaminó que la muerte de Neely fue un homicidio, pero los abogados del exmarine han sostenido en todo momento que el veterano no tenía intención de matarle, sino que lo estaba inmovilizando hasta que llegara la policía.
Neely había vivido temporadas en la calle, donde se ganaba malamente la vida encarnando a Michael Jackson en Times Square y otros sitios turísticos de la ciudad, pero la falta de arraigo y la esquizofrenia no tratada que padecía —una dolorosa coincidencia que se halla detrás de miles de casos de indigentes en la ciudad— le fueron minando hasta el extremo de sufrir frecuentes brotes de agresividad, también contra sí mismo, como el que experimentó la mañana del 1 de mayo de 2023.
Andre Zachary, el padre de Jordan Neely, reacciona durante una conferencia de prensa después de que Daniel Penny fuera declarado inocente en su juicio en la ciudad de Nueva York, el 9 de diciembre de 2024. Brendan Mcdermid/Reuters
El fatal incidente desencadenó casi dos semanas de protestas antes de que la oficina del fiscal del distrito de Manhattan, Alvin Bragg, presentara una acusación. El caso tuvo una gran repercusión mediática, al coincidir con una oleada de incidentes violentos en el metro de Nueva York, y fue, además, pasto de la instrumentalización política por parte del ala ultra de los republicanos de Nueva York, cada vez más visible, que cerró filas en torno al acusado, contribuyendo incluso con campañas de recaudación de fondos para su defensa.
La absolución supone una nueva derrota para el fiscal del distrito de Manhattan, instructor de la única causa juzgada contra Donald Trump, el caso del pago de un soborno a una actriz porno por comprar su silencio, por la que fue declarado culpable, pero que ha quedado en suspenso tras la reelección del republicano cuando faltaban días para la lectura de la sentencia.