Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Asad habría abandonado Damasco en un avión privado hacia las diez de la noche del sábado (7.12.2024). Círculos militares sirios confirmaron esta información: Asad había dejado el país en una aeronave.
Por su parte, el primer ministro en funciones de Siria, Mohammed al Jalali, anunció que ya no estaba en contacto con el prófugo Al Asad.
Ahora se plantea la cuestión de qué es lo próximo que va a ocurrir en Siria. El domingo por la mañana, la alianza islamista «Hayat Tahrir al Sham” (HTS) publicó una primera declaración: «A los desplazados de todo el mundo, Siria libre os espera”.
Imágenes en línea muestran la liberación de varias cárceles del régimen, incluida la tristemente célebre prisión de Saidnaya, al norte de Damasco, donde miles de opositores al régimen fueron torturados y asesinados.
¿Islamistas moderados?
Pero, ¿hasta qué punto será libre Siria? La atención se centra principalmente en el líder de la milicia islamista HTS, Abu Mohamed al Julani, que ahora controla en gran medida el país.
¿Cómo ve él el futuro de Siria? Hay varias opiniones al respecto. «El HTS ha experimentado una larga evolución», declaró hace unos días a DW el experto en Siria André Bank, del Instituto Alemán de Estudios Globales (GIGA) de Hamburgo.
Julani ya se había distanciado de Al Qaeda hace años. También se le considera un opositor a la organización yihadista Estado Islámico. Esto significa que no está en una misión contra Occidente, sino que se centra en Siria. Es concebible que ahora esté trabajando en favor de un orden salafista.
Mientras tanto, el propio Al Julani envía señales de moderación. Durante la ofensiva sobre Alepo, pidió que se perdonara a los cristianos y a las minorías.
En una entrevista con la cadena de noticias estadounidense CNN, explicó que quería construir instituciones estatales que incluyeran a todos los grupos sociales del país. El hecho de que hasta ahora no haya habido violencia contra las minorías es una «señal esperanzadora», subraya a DW el experto en Siria James Dorsey, del Middle East Institute de Washington.