El primer ministro de Francia, Michel Barnier, mantuvo este jueves (5.12.2024) por la mañana un encuentro con el presidente francés, Emmanuel Macron, durante una hora en el Palacio del Elíseo, en el que presentó su dimisión de forma oficial.
Emmanuel Macron la aceptó, al tiempo que le pidió que siga ocupándose de los asuntos corrientes hasta el nombramiento de un sustituto, indicó el Elíseo.
Barnier, exnegociador de la Unión Europea para el «brexit», no tuvo otra alternativa, después de que la unión de los votos de la izquierda y la extrema derecha en la Asamblea Nacional francesa totalizara ayer, miércoles, 331 sufragios, muy por encima de la mayoría absoluta, para que abandone el cargo.
Barnier, de 73 años, llegó al Elíseo sobre las 10.00 horas (9.00 GMT) y una hora más tarde regresó al palacio de Matignon, sede del Ejecutivo.
El más efímero primer ministro después de la II Guerra Mundial
El primer ministro elegido en septiembre pasado se convertirá en el más efímero de la historia política francesa desde la Segunda Guerra Mundial. Su mandato breve es un hecho que marca un giro inesperado en la política del país, un episodio histórico que resalta las dificultades del actual gobierno para mantener la estabilidad política. Se unirá así al pequeño grupo de líderes que han enfrentado una moción de censura, siendo el segundo en hacerlo después de Georges Pompidou, quien perdió una votación similar en 1962. La rapidez con la que su gobierno ha llegado a su fin subraya la tensión política que atraviesa Francia en estos momentos.
Este contexto se ve aún más complicado por el hecho de que la moción de censura fue solo uno de los últimos golpes a un gobierno que ya mostraba signos de debilidad. La popularidad del primer ministro había disminuido considerablemente antes de este evento, lo que llevó a muchos a predecir que su permanencia en el cargo no sería duradera. Ahora, en medio de esta crisis política, el presidente Emmanuel Macron enfrenta una situación compleja que exige rapidez y decisión para garantizar que la gobernabilidad del país no se vea más afectada.
En ese marco, Macron se prepara para dirigirse a la nación en un discurso de máxima audiencia, previsto para esta noche. Durante este importante momento, el presidente buscará transmitir un mensaje de estabilidad y control, mientras se embarca en una serie de reuniones clave para decidir el reemplazo de su primer ministro. Ya había comenzado a trabajar en el proceso de sucesión antes de que se presentara la moción de censura, lo que refleja la planificación anticipada de la presidencia ante la creciente presión política y social.
Una de las primeras reuniones que tuvo lugar fue con la presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, quien, en una entrevista radiofónica, hizo un llamado urgente a Macron para que tome una decisión rápida sobre el reemplazo de Barnier. La presidenta destacó la importancia de nombrar a un nuevo jefe del Ejecutivo sin dilaciones, con el objetivo de restaurar la estabilidad política en el país lo más pronto posible. Su intervención refleja el consenso creciente entre los principales actores políticos de que la situación requiere una solución inmediata, sin más demoras que puedan afectar la confianza pública en el gobierno.
Agrupaciones políticas definen su postura
En paralelo, los diferentes grupos políticos comienzan a marcar su posición ante la nueva situación que se abre.
El primer en hacerlo fue la izquierdista La Francia Insumisa, principal componente de la alianza de izquierdas en la Asamblea Nacional, que anoche mismo mantuvo una reunión bajo la presidencia de su líder, Jean-Luc Mélenchon.
Este partido sigue reclamando el puesto de primer ministro, al considerar que fue el ganador de las pasadas legislativas.
Esta mañana, el ex primer ministro Gabriel Attal, líder del partido macronista Renacimiento, reunió a sus parlamentarios, algo que también tienen previsto hacer a lo largo del día socialistas y ecologistas, otros dos de los componentes de la alianza de izquierdas.
Attal ha señalado que buscará una «mayoría de no censura», en busca de un Ejecutivo de transición que pueda ponerse de acuerdo en algunos aspectos y pueda desbloquear la situación al menos hasta el próximo verano, cuando Macron puede de nuevo disolver la Asamblea Nacional.
Eso presupondría que los socialistas salieran de la alianza de izquierdas, algo que sus líderes, por ahora, no se plantean, al menos en público.
Entre los nombres que suenan para sustituir a Barnier figura el actual ministro de Defensa, Sébastian Lecornu, fiel macronista, el único que se mantiene en el cargo desde la llegada del presidente al Elíseo en 2017.
También aparece la figura del veterano centrista François Bayrou, además del exprimer ministro socialista Bernard Cazeneuve o el actual titular de Interior, Bruno Retailleau, defensor de posiciones radicales contra la inmigración, lo que podría contar con el respaldo de la ultraderecha.