Senegal y Francia rindieron homenaje este domingo a las decenas de fusileros senegaleses y de otros países africanos ejecutados por soldados franceses en la conocida como masacre de Thiaroye, una matanza que conmemora su 80 aniversario y en torno a la cual persisten numerosas incógnitas y acusaciones entre el país africano y su antigua metrópoli.
“Estos valientes tiradores fueron tratados como soldados de segunda clase. Lo habían dejado todo y, a veces, lo habían dado todo por la Francia de la libertad, la igualdad y la fraternidad, una Francia que de repente parecía traicionar su promesa”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, durante la ceremonia celebrada en Thiaroye, un barrio de las afueras de la capital, Dakar.
“Si Francia reconoce esta masacre, también lo hace por sí misma, porque no acepta que una injusticia así manche su historia”, añadió Barrot, que viajó a Dakar en el marco de su primera gira a África subsahariana desde que tomó posesión de su cargo el pasado septiembre y tras visitar Chad y Etiopía.
“El deber de memoria contra el olvido”
Por su lado, el presidente senegalés, Bassirou Diomaye Faye, aseguró que “no trata de abrir la puerta para suscitar resentimientos ni alimentar la cólera y el odio (…) Lo que hacemos aquí forma parte del deber de memoria contra el olvido y para la manifestación de la verdad de los hechos”.
A la ceremonia acudieron, entre otros, los presidentes de Gambia, Adama Barrow; Mauritania, Mohamed Ould El Ghazouani; y Guinea-Bisáu, Umaro Sissoco Embaló.
Constituidos inicialmente en 1857 como parte de los diferentes cuerpos del Ejército del Imperio colonial francés, los fusileros senegaleses fueron reclutados entre 1939 y 1940 para hacer frente a la amenaza nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
El presidente de Senegal, Bassirou Diomaye Faye (c). EFE/EPA/Jerome Favre
Aunque denominados “senegaleses”, el grupo de soldados, cercano a los 3.000 efectivos, procedía de diversos países de África subsahariana, como el propio Senegal, Costa de Marfil o Guinea (actual Guinea-Conakri).
Muchos de ellos fueron hechos prisioneros en Francia y obligados por los alemanes a realizar trabajos forzados.
Liberados por las fuerzas aliadas tras cuatro años de cautiverio, más de 1.600 fusileros fueron embarcados en la ciudad francesa de Morlaix (noroeste) el 5 de noviembre de 1944 rumbo a Dakar, donde debían ser indemnizados y desmovilizados antes de regresar a sus países.
Historiadores estiman varios cientos de víctimas
Sin embargo, ya concentrados en el barrio de Thiaroye, el 1 de diciembre, dos semanas después de su llegada al campamento y mientras reclamaban el pago de sus salarios atrasados, así como diversas primas e indemnizaciones por combate, las fuerzas coloniales abrieron fuego contra ellos.
Aunque las autoridades francesas de la época reconocieron la muerte de al menos 35 personas, con los cuerpos desaparecidos y sin actas de defunción, numerosos historiadores senegaleses y franceses estiman un número mucho mayor de víctimas, hasta varios cientos.
“Recordar esta masacre es hoy en día un elemento esencial para la afirmación de la soberanía de los estados que formaron parte del Imperio francés”, señala a EFE el historiador Mamadou Diouf, presidente del comité encargado de conmemorar el 80 aniversario de la masacre.
Diouf revela el reciente hallazgo de nuevos documentos, como decenas de actas de defunción de fusileros que fallecieron en el hospital de Dakar, y asevera: “Lo que queremos es la verdad y toda la verdad sobre lo ocurrido aquella mañana del 1 de diciembre de 1944”.
Bassirou Diomaye Faye (d). EFE/EPA/Jerome Favre
Francia reconoce a Senegal que los hechos de Thiaroye fueron una “masacre”
El pasado jueves, el presidente senegalés anunció durante una entrevista que su homólogo francés, Emmanuel Macron, había reconocido en una carta por primera vez que los hechos de Thiaroye fueron una “masacre”.
“Hoy (28 de noviembre) recibí del presidente Emmanuel Macron una carta en la que reconoce que fue una masacre, de manera muy clara, sin ambigüedades”, declaró Faye. “Francia ha reconocido esta masacre como nunca antes lo había hecho”, añadió.
Para el mandatario, “reconocer que se perpetró una masacre, evidentemente, debe implicar una enmienda” y “sin caer en exageraciones (…) de manera natural, eso debería ser lo que siga”.
Las autoridades francesas, sin embargo, no se han pronunciado sobre ningún tipo de compensación.