Joe Biden anuncia que Israel y Hezbollah acordaron alto al fuego. Pacto es de 60 días en Líbano, pero está ideado para convertirse en permanente.
El presidente, Joe Biden, anunció que Israel y la milicia libanesa Hezbollah, respaldada por Irán, acordaron un alto el fuego negociado por Estados Unidos.
Además de aumentar el riesgo de una guerra regional, las tensiones crecientes y los ataques cruzados en el último año han dejado miles de muertos y han desplazado a más de un millón de personas.
Según el acuerdo, los combates en la frontera entre Israel y Líbano terminarán, afirmó Biden al describir el alto el fuego, que dijo que estaba diseñado para ser permanente.
El Gabinete Político y de Seguridad de Israel aprobó la propuesta de Estados Unidos de un acuerdo de alto el fuego en Líbano, por una mayoría de 10 ministros contra uno, informó la oficina del primer ministro en un comunicado, donde detallan que el Gobierno israelí se «reserva el derecho de actuar ante cualquier amenaza a su seguridad».
El informe se produce luego de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijera previamente que estaba recomendando a su Gabinete aprobar un alto el fuego con Hezbollah en Líbano, pero que «respondería con fuerza» a cualquier violación del acuerdo por parte de la milicia respaldada por Irán.
«El alto el fuego nos permite centrarnos en la amenaza iraní», explicó Netanyahu en un discurso televisado. «Completaremos la eliminación de Hamas, el retorno de todos los rehenes y el regreso de los residentes del norte [de Israel]».
El Gabinete de guerra de Israel se reunió para discutir un plan de alto el fuego con Hezbollah mientras su ejército lanzaba nuevos ataques aéreos en el sur de Beirut.
Un alto funcionario de inteligencia en Israel que fue informado sobre los términos del alto el fuego, dijo a NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, que las fuerzas israelíes se retirarían de Líbano en un plazo de 60 días.
Hezbollah, un poderoso grupo político, militante y el principal representante de Irán, también se retiraría al norte del río Litani en Líbano y unos 5,000 soldados del ejército libanés se trasladarían al sur del país. El ejército libanés no es oficialmente parte del conflicto.
Lisa Johnson, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, presentó la propuesta la semana pasada al presidente del Parlamento de Líbano, Nabih Berri, según un asesor del presidente, Ali Hamdan.
El 8 de octubre del año pasado, Hezbollah comenzó a intercambiar ataques con Israel, un día después de que Hamas lanzara su ataque terrorista contra Israel desde Gaza. Hezbollah afirma que apoya a la resistencia palestina; Israel lo ve como otro intento de Teherán de atacar al Estado judío.
En medio de esta oleada de actividad diplomática, Israel disparó misiles contra Líbano el lunes 25 de noviembre, matando al menos a 31 personas en Beirut y la ciudad portuaria de Tiro. Mientras tanto, Hezbollah lanzó más de 200 cohetes contra Israel el domingo 24, dejando barrios en llamas, según el ejército israelí.
El río Litani, de importancia estratégica, es una parte clave de cualquier acuerdo desde la perspectiva de Israel, informó el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon.
La estipulación de que Hezbollah se retire al norte de la estratégica vía fluvial también fue parte del acuerdo que puso fin a la guerra de 2006 entre Israel y Líbano. Pero Hezbollah siguió atrincherado en la región. Israel ve su continua presencia allí como una grave amenaza.
“Estamos avanzando en este frente”, afirmó Danon a los periodistas en la sede de la ONU en Nueva York. “Nuestro objetivo era muy claro: empujar a Hezbollah al norte del río Litani. No lo hemos concretado, pero estamos avanzando”. “Es importante que no se permita a Hezbollah volver a la valla, y haremos todo lo necesario para garantizarlo”, añadió.
El vocero del Gobierno israelí, David Mencer, dijo a Reuters que el acuerdo también permitiría a Israel actuar en defensa propia para eliminar la amenaza de Hezbollah y permitir el regreso seguro de los residentes del norte de Israel a sus hogares.
Israel ha dicho que no detendrá sus ataques hasta que los 60,000 residentes del norte de Israel que han sido expulsados de sus hogares puedan regresar sanos y salvos. Alrededor de 90 soldados israelíes y 50 civiles israelíes han muerto, según funcionarios del país.
Más de 3,500 personas han fallecido en Líbano por los bombardeos israelíes desde que comenzaron los combates, según el Ministerio de Salud de Líbano, una campaña que ha desplazado a cerca de 1.2 millones de personas y ha desatado una crisis humanitaria.
En esta guerra de múltiples frentes en Medio Oriente, el conflicto de Líbano se ha convertido en un foco clave para Israel en los últimos meses. Eso se debe en parte al arsenal de misiles de Hezbollah, más grande que cualquier otro grupo no estatal del mundo y que se cree que es capaz de abrumar la defensa antimisiles de Israel.
Tras el ataque terrorista de Hamas, en el que murieron 1,200 personas y 250 fueron secuestradas, Hezbollah empezó a disparar misiles contra Israel, que respondió lanzando sus propios cohetes. Esto desembocó en una guerra a gran escala en septiembre, cuando Israel mató al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y debilitó significativamente al grupo.
La guerra sigue en marcha en Gaza, donde se está produciendo una catástrofe humanitaria y más de 44,000 personas han muerto, según funcionarios locales.
El alto el fuego se limitaría al Líbano, lo que significa que no traería alivio a los palestinos de Gaza ni a las docenas de rehenes que Hamas todavía mantiene en Gaza.
BUSCAN LIBERACIÓN DE REHENES
Las familias de los rehenes dijeron que «instan firmemente» a que cualquier acuerdo incluya una exigencia de liberación de los que están detenidos.
“El ataque del 7 de octubre, orquestado por Hamas y apoyado por Irán, hizo que Hezbollah se uniera al conflicto, vinculando su destino a la guerra en Gaza y a las atrocidades de la masacre del 7 de octubre”, dijeron las familias en un comunicado.
“Los esfuerzos actuales para lograr un acuerdo que ponga fin a la guerra en el frente norte presentan una oportunidad vital para traer a todos los rehenes a casa. El frente norte y la liberación de los rehenes están inseparablemente vinculados: no podemos ni debemos tratarlos como cuestiones separadas”.