El verano pasado, Kristen y Eric Rezabek se sentían agobiados. Eric se estaba planteando aceptar un trayecto de cuatro horas por un trabajo mejor pagado, mientras que Kristen, que tiene dos empleos, planeaba añadir una jornada completa a su horario de trabajo, que ya era a tiempo completo, para ayudar a cubrir los gastos de su familia.
Entonces, su empleador les presentó una oferta singular: un día libre extra remunerado cada semana, para utilizarlo como quisieran.
“Esta fue definitivamente una solución para valorar mejor nuestro tiempo, lo que nos dio más opciones”, dijo Eric.
La pareja, que vive con sus dos hijos en la isla de San Juan, en el estado de Washington, trabaja para el condado de San Juan, formado por una pequeña red de islas al norte de Seattle. Su sindicato había estado negociando aumentos para sus empleados, pero el condado estaba corto de dinero y no podía permitirse aumentar los salarios más allá de un pequeño incremento por el costo de la vida.
En cambio, acordaron una semana laboral de 32 horas, en la que los empleados conservan sus puestos a tiempo completo con beneficios, pero pueden disfrutar de un horario reducido y flexibilidad de horarios.
“Hay muchos métodos para proporcionar beneficios a los empleados”, dijo la directora del condado, Jessica Hudson. “Siempre que estés abierto a diferentes soluciones, puede que encuentres una forma diferente de hacer las cosas que te permita conservar a empleados maravillosos y con talento, aunque no sea un aumento directo de sueldo”.
El condado acaba de finalizar su primer año completo de aplicación del nuevo horario y publicó un informe sobre sus conclusiones el martes por la noche. El condado de San Juan pregonó una serie de resultados positivos, desde la contratación hasta la retención y la felicidad de los empleados, y un ahorro de costos de más de US$ 975.000 en comparación con lo que el condado habría pagado de haber atendido las demandas de aumento salarial del sindicato.