Empleados de una escuela secundaria de Maine fueron testigos de lo que consideran fue un milagro el pasado martes.
Tori Hildreth, una maestra de la preparatoria Old Town High School, estaba en su salón de clases contando las horas pero no para salir del trabajo sino para ver en vida a su segunda hija que llevaba en su vientre.
Esa tarde, Hildreth comenzó a experimentar las contracciones, por lo que llamó a su mamá.
Pocos minutos después le dio la bienvenida al mundo a su bebé en el estacionamiento de los maestros.
“Llamé a mi mamá a las 2:07 de la tarde y ya para las 2:18 llamamos a la ambulancia porque ya tenía a mi beba en brazos en el estacionamiento. Pasé de enseñar a tener un bebé en menos de 15 minutos”, dijo.
Un empleado y la enfermera de la escuela asistieron en la labor, pero la pequeña Bella Dieuveuill no se esperó a llegar al hospital y llegó al mundo incluso antes de que llegara la ambulancia.
“Su compostura, tenacidad y enfoque son admirables. Es una mujer dura”, dijo sobre la madre la enfermera Jana Caron.
Y lo que hizo tierno el momento: el abuelo de la criatura, bombero de ciudad, llegó a la escena en el camión.
“Cuando él llegó comenzó a llorar. Mi mamá y yo estábamos sorprendidas”, dijo Hildreth. “Es el primer bombero del departamento en responder una llamada de maternidad en la que era su hija la futura madre”.
Bella, que nació con dos semanas de anticipación, pesó 6 libras y 4 onzas, midió 19 pulgadas. Tanto ella como su mamá están en casa en buen estado de salud.
Pero muchos empleados y estudiantes de la escuela aún no lo pueden creer.