Roderick Banscomb, director de una clínica de adicción a opioides en LaGrange, ha sido acusado de múltiples cargos de abuso sexual contra al menos siete pacientes femeninas. Estas mujeres estaban bajo los efectos de la metadona, un medicamento utilizado en el tratamiento de la adicción a los opioides.
Banscomb enfrenta nueve cargos por conducta sexual inapropiada en primer grado, cuatro en segundo grado, cuatro por agresión sexual, uno por agresión física simple y tres por proxenetismo. El fiscal general de Georgia, Chris Carr, enfatizó que las personas en proceso de recuperación no deberían ser victimizadas cuando están en su momento más vulnerable, y destacó el coraje de las mujeres al denunciar.
La investigación, que duró un año, contó con la colaboración de diversas agencias, entre ellas la División de Fraude a Medicaid del Fiscal General, el FBI en Atlanta, la DEA y la Oficina del Inspector General del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.
Robert J. Murphy, agente especial a cargo de la DEA en Atlanta, calificó los crímenes de Banscomb como atroces y una traición grave a la confianza de los pacientes. Subrayó la importancia de remover a personas peligrosas de posiciones de autoridad dentro del sistema de salud.
Banscomb fue acusado formalmente el 18 de septiembre y arrestado el 26 del mismo mes. Las autoridades continúan trabajando para garantizar que se haga justicia por las víctimas afectadas.