El alcalde de Río de Janeiro, el centrista Eduardo Paes, fue reelegido este domingo en primera vuelta, con un 60,26% de los votos, que alcanzó con el 93,66% del sufragio escrutado, según los resultados oficiales.
Paes, de 54 años, contó con apoyo del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y consumó la que puede ser la mayor derrota en estas elecciones municipales para el ex mandatario Jair Bolsonaro, líder de la extrema derecha y cuyo candidato en Río quedó en segundo lugar.
Bolsonaro, quien tiene en Río de Janeiro su cuna y fortín en la política, se volcó en favor de Alexandre Ramagem, quien dirigió la Agencia Brasileña de Inteligencia en su Gobierno (2019-2022) y hoy es investigado por una supuesta trama de espionaje ilegal.
Ramagem, quien también es diputado federal por el Partido Liberal (PL), obtuvo un 30,95% de los votos, pese a que tuvo a su lado tanto a Bolsonaro como a dos de los hijos del ex mandatario que han hecho carrera política en Río de Janeiro: el senador Flávio y el concejal Carlos.
Paes, del Partido Social Democrático (PSD), fue alcalde de Río de Janeiro en dos períodos consecutivos (2009-2017) y volvió en 2020 al cargo para el que ha sido reelegido este domingo.
Su segundo mandato coincidió con los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, celebrados en 2016 y que aprovechó para revolucionar la estructura de una ciudad que es una de las principales postales del país.
Revitalizó la antigua zona portuaria, impulsó modernos sistemas de transporte y numerosas obras de infraestructura, así como promovió fuertes inversiones en las áreas de educación y salud, en las que durante el último año y medio ha tenido respaldo financiero del Gobierno de Lula.
Los comicios municipales fueron celebrados este domingo en 5.569 ciudades, entre las que Río de Janeiro constituye el segundo mayor colegio electoral, con cinco millones de electores.
Aunque ello también vino acompañado de investigaciones por supuesta corrupción. A Paes se le acusó de recibir sobornos para favorecer determinadas empresas en licitaciones públicas para obras destinadas a las Olimpiadas. Él siempre se declaró inocente.
Terminados sus dos mandatos, Río se sumió en una profunda crisis económica y de seguridad.
En este tiempo, trabajó como consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington, y fue directivo del fabricante chino de vehículos BYD, después de perder las elecciones al Gobierno del estado de Río en 2018, en pleno ascenso bolsonarista.
Pero regresó a la política por todo lo alto con su victoria en las elecciones a la Alcaldía de Río de 2020.
Entonces derrotó en segunda vuelta al pastor evangélico Marcelo Crivella, protagonista de varios escándalos durante su mandato.
De vuelta al poder, apoyó de forma decidida a Lula, al que ya denostó en el pasado, en las presidenciales de 2022, en las que el líder progresista derrotó al ultraderechista Jair Bolsonaro por un estrecho margen.
Católico e hincha del Vasco da Gama, Paes ha sacado pecho desde entonces de la buena sintonía que tiene con el presidente brasileño, quien siempre bromea sobre la habilidad de su aliado para sacarle alguna partida presupuestaria federal para algún proyecto de Río.
No obstante, a Paes, criado en los barrios más nobles de Río, se le afea que gobierna apenas para la pudiente zona sur de la ciudad, frente a las olvidadas favelas, muchas de ellas controladas aún hoy por grupos paramilitares y bandas de narcotraficantes.