El portavoz del Ejército israelí Daniel Hagari aseguró que las fuerzas armadas de Israel han matado a unos 440 milicianos del grupo chií Hezbolá durante sus incursiones en el sur del Líbano, operación que comenzó la madrugada del pasado martes.
«Estamos empujando a Hezbolá hacia el norte. Algunos terroristas huyeron y otros están siendo derrotados por nuestras tropas en combates a corta distancia», dijo Hagari en un mensaje de video. Según el portavoz castrense, entre los muertos hay unos 30 comandantes de la milicia, habiendo perdido todos ellos la vida en una combinación de los ataques de la aviación con los combates sobre el terreno.
Durante los movimientos de las tropas en el sur de Líbano, los uniformados de la 98ª División destruyeron un túnel de unos 250 metros que se encontraba a unos 300 metros de la frontera entre Líbano e Israel. «La infraestructura subterránea fue identificada e investigada durante operaciones a través de la frontera llevadas a cabo en las recientes semanas», añadió Hagari, sin especificar cuándo se produjeron esas operaciones.
En dicho espacio subterráneo los uniformados encontraron «centros de control, equipamientos de combate y un amplio número de armas que las fuerzas Radwan de Hezbolá iban a utilizar en una invasión a Israel». Además, los soldados hallaron duchas, una cocina, y reservas de comida en el túnel.
Hace más de diez días, Israel lanzó una intensa campaña de bombardeos contra el Líbano, especialmente en el sur, el valle de la Becá -este- y Beirut -en los suburbios del sur, conocidos como Dahye-, pero también en el centro de la capital en dos ocasiones.
Desde que comenzó este despunte de las hostilidades, más de 2.000 libaneses han muerto y 1,2 millones se han visto obligados a desplazarse por los bombardeos israelíes.