Por cinco años, los muertos sin reclamar en los condados texanos de Dallas y Tarrant fueron enviados al Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte de Texas, con sede en Fort Worth.
Allí, los cuerpos eran evaluados según su utilidad para las ciencias médicas: los que daban positivo por enfermedades infecciosas o habían empezado a descomponerse eran cremados; el resto (más de 830 de unos 2,350 desde 2019) eran embalsamados y ubicados en congeladores.
Algunos eran seleccionados para la formación de futuras doctoras y enfermeros. Otros eran cortados en pedazos y alquilados a escuelas médicas, al Ejército y a empresas que venden tecnologías médicas.
Defensores del uso de cuerpos sin reclamar para la investigación (es legal en la mayoría del país) argumentan que tiene sentido desde un punto de vista económico, ahorrando miles de dólares cada año en dinero público gastado en entierros al tiempo que aporta un caudal regular de especímenes necesarios para el progreso de la medicina.
Pero, después de que una investigación de NBC News, revelara en septiembre que al menos una docena de familias del norte de Texas no fueran informadas sobre lo que pasó con sus familiares desaparecidos, el Centro de Ciencias de la Salud congeló de forma abrupta el uso de cuerpos sin reclamar, despidió a los oficiales que dirigían este programa de donación de cuerpos, y se disculpó a las familias afectadas. Desde entonces, nueva personas más han compartido con NBC News que sus familiares también fueron entregados al programa médico sin consentimiento. Relataron cómo quedaron conmocionados y desconsolados al saber que los cuerpos de sus seres queridos podían haber sido estudiados y, en algunos casos, diseccionados y alquilados a instituciones de todo el país.
En un intento de ayudar a las familias a encontrar respuestas, publicamos los nombres de más de 1,800 personas, muchas de ellas latinas, cuyos cuerpos fueron entregados al Centro de Ciencias de la Salud por los condados de Dallas y Tarrant desde 2019. Esta base de datos se nutre de los listados de cuerpos sin reclamar obtenidos a través de peticiones de información pública a los médicos forenses de esos condados.
La gran mayoría de estos nombres no se habían hecho públicos anteriormente. El condado de Tarrant generalmente no revela la identidad de los cuerpos sin reclamar en el Sistema Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas (NamUS), una base de datos pública gratuita destinada a relacionar los informes de personas desaparecidas con los cuerpos no reclamados. El condado de Dallas comenzó a publicar nombres en ese sistema en diciembre.
En la lista publicada en esta pieza, NBC News solo comparte el nombre de la persona, el género, la raza, la edad en el momento del fallecimiento, la fecha en que se entregó su cuerpo al Centro de Ciencias de la Salud y si fue seleccionado para el estudio.
Los periodistas no obtuvieron todos estos datos en todos los casos incluidos en la lista. Si se hallaron evidencian de que el pariente más cercano a una persona dio permiso por escrito para enviar el cuerpo al Centro de Ciencias de la Salud, no se publicó su nombre. En algunos casos del condado de Tarrant, sin embargo, no había información sobre si el pariente más cercano dio ese permiso.
NBC News no pudo verificar la exactitud de toda la información proporcionada por los condados, por lo que puede incluir errores ortográficos o de otro tipo. La lista no incluye los nombres de varias decenas de personas cuyos cuerpos sin reclamar fueron enviados al Centro de Ciencias de la Salud por otros condados de Texas.
Si cree que ha localizado a un ser querido en la lista, puede haber más información disponible a través de las oficinas del médico forense del condado de Dallas o Tarrant o del Centro de Ciencias de la Salud. La Comisión estatal de Servicios Funerarios, que regula la donación de cuerpos, también podría ser capaz de aportar datos sobre cómo se utilizó un cuerpo. NBC News sigue informando sobre el uso de cuerpos no reclamados en Texas y a nivel nacional.