El presidente Andrés Manuel López Obrador firmó hoy, en su última conferencia mañanera, las reformas constitucionales de la Guardia Nacional, que pasa a ser administrada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y la que garantiza los derechos de los pueblos indígenas en el país.
«Yo quiero, para terminar, firmar aquí frente a ustedes, las publicaciones de dos reformas constitucionales de las 20 iniciativas de reformas que envié al Congreso”, señaló.
“Una que tiene que ver con la creación de la Guardia Nacional, que es una institución para garantizar la seguridad pública, y esta institución ya tiene 130 mil elementos y se construyeron 500 instalaciones, cuarteles, y es una institución acreditada para proteger a los ciudadanos, y se logró con esta reforma también que pase a formar parte de la Sedena, lo cual le va a dar solidez, permanencia, disciplina y manejo honesto, sobretodo el que no se vincule a la delincuencia organizada ni a la de cuello blanco, que se mantenga siempre la frontera, la línea divisoria, entre delincuencia y autoridad, porque cuando eso se pierde ya no hay garantía de nada”, sostuvo.
“La otra es algo que tiene que ver con el México profundo, con los derechos de los pueblos indígenas, se garantizan los derechos a todas las comunidades, a todos los pueblos originarios, a la verdad más íntima de nuestro país”, apuntó
El mandatario mexicano agradeció a los legisladores federales y locales por brindar su apoyo a estas dos iniciativas.
“En el caso de estas dos reformas constitucionales, agradecerles mucho a los legisladores, locales, federales, por su apoyo y su confianza”.
La primera reforma cede al Ejército el control de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad de más de 130 mil elementos creado en 2019 por el presidente López Obrador, quien había prometido mantenerlo civil.
La segunda reconoce por primera vez a los 68 pueblos originarios como sujetos de derecho público con personalidad jurídica y patrimonio propio, obliga a hacer consultas sobre proyectos que afecten sus comunidades y declara como “nación multiétnica” a México, donde 23 millones de personas son indígenas.