El Gobierno de Paraguay aprobó este viernes una política energética, con miras a 2050, que busca promover la diversificación de la matriz de generación, con la introducción energías alternativas como la solar, el combustible de hidrógeno y los biocombustibles.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, rubricó el decreto 2.553/24 que aprueba la Política Energética de Paraguay, informó la vocera de Gobierno, Paula Carro, en una conferencia de prensa desde la residencia presidencial.
Después de un «análisis exhaustivo» de todo el sector energético de Paraguay se plantearon cerca de 300 objetivos a largo plazo centrados en garantizar la seguridad energética del país sudamericano, afirmó el viceministro de Minas y Energía del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (Mopc), Mauricio Bejarano.
«Para esa seguridad energética estamos decididos a diversificar la matriz de generación», manifestó.
El viceministro destacó que aunque Paraguay es un país que consume energía eléctrica sustentada en un 100 % en fuentes renovables basadas en la hidroenergía, el Gobierno está en enfocado en «introducir nuevas energías alternativas» como la solar y la bioenergía con el aprovechamiento de la biomasa o biogases.
«Nosotros pretendemos reducir el consumo de hidrocarburos para eso nos enfocamos en los biocombustibles», dijo Bejarano quien enfatizó que la nueva política se enmarca en la «transición energética».
Con el objetivo de «descarbonizar la hidrovía» de los ríos Paraná y Paraguay, por donde se mueve cerca del 80 % del comercio exterior del país y le permite su salida al Atlántico, se apuntará a la generación de combustibles derivados del hidrógeno en un mediano plazo.
Asimismo, uno de los ejes «más trascendentes» será promover «la integración energética» a través de la introducción en la matriz del gas natural, que en un principio provendría de los yacimientos de la formación de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta, en Argentina, según el funcionario.
Paraguay promueve un proyecto de gasoducto trinacional que pretende unir la producción de Vaca Muerta, la segunda reserva de gas no convencional del mundo, con Brasil, pasando por cerca de 530 kilómetros de la región del Chaco paraguayo (oeste).
Bejarano indicó que esta obra permitirá fomentar la exploración de gas natural en Paraguay.