En la frontera entre Estados Unidos y México, el desierto de Arizona se ha convertido en uno de los escenarios más peligrosos para los migrantes que intentan cruzar sin ser detectados. Cada año, cientos de personas se pierden en este inhóspito terreno y algunos nunca vuelven a ser vistos. Las temperaturas extremas, la falta de agua y la desorientación se combinan para convertir este cruce en una trampa mortal. Sin embargo, la tragedia no termina ahí: muchas familias aún buscan a sus seres queridos, con acciones desesperadas para encontrarlos con vida.
El desierto de Sonora, en Arizona, es uno de los puntos donde más migrantes han perdido la vida en su intento por cruzar a tierras estadounidenses. Aunque muchas personas logran llegar a destino, un número creciente de ellas muere en el camino. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha calificado esta ruta como “la más letal del mundo para los migrantes”. Según datos de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. a los que tuvo acceso CBS News, durante el 2022 se registraron casi 900 muertes de migrantes.
Uno de los equipos más activos en la búsqueda de migrantes desaparecidos es el grupo conocido como los Armadillos. Compuesto en su mayoría por inmigrantes y trabajadores de la construcción de California, este conjunto de voluntarios se dedica a buscar a las personas que han desaparecido en su travesía por el desierto. Armados con botas, bastones, mochilas llenas de agua y suministros médicos, recorren kilómetros bajo el sol con la esperanza de dar alguna señal a las familias.
“Para nosotros, no es justo que una persona se quede aquí, en este lugar”, expresó Roberto Resendiz, uno de los líderes del grupo. Aunque saben que las probabilidades de encontrar a alguien con vida son bajas, especialmente después de semanas o meses desaparecidos, las búsquedas no cesan por un buen tiempo.
Uno de los casos más conocidos es el de José Salinas Pineda, un joven de 21 años originario de México, que se encuentra desaparecido desde junio de este año. El hombre fue abandonado en el desierto por el grupo con el que viajaba cerca de una montaña conocida como “El Buda”. Los Armadillos han realizado tres búsquedas para encontrarlo, pero hasta ahora no han tenido éxito. A pesar de que llevan meses sin recibir noticias, su familia sigue con la esperanza de hallarlo.
Según un informe del medio mencionado, Lucero Salinas, hermana del joven y abogada de profesión, ha movilizado a todas las autoridades que ha podido, desde la Patrulla Fronteriza hasta el consulado mexicano, pero la información conseguida es escasa. “Si algo te pasa, ¿quién va a buscarte?”, recordó haberle dicho antes de su partida.
Los esfuerzos no solo revelan las duras condiciones que enfrentan los migrantes, sino también la falta de soluciones para frenar esta crisis humanitaria. Mientras que algunos cruzan el desierto con la esperanza de evitar ser deportados, otros lo hacen impulsados por el miedo y la desesperación. Las autoridades estadounidenses aseguran haber incrementado las medidas de seguridad y los programas de rescate, pero las muertes siguen en aumento.