La policía estatal de Ohio ayudará a proteger las escuelas de la ciudad de Springfield, que se encuentra en el centro de un revuelo político sobre los migrantes haitianos, anunció el gobernador el lunes, mientras que funcionarios locales cancelaron una celebración anual de la diversidad cultural a raíz de las secuelas sobre las afirmaciones falsas del expresidente Donald Trump de que los migrantes estarían comiendo mascotas.
El gobernador de Ohio, el republicano Mike DeWine, ha denunciado los rumores desmentidos que se extendieron por internet antes de que Trump los amplificara en el debate presidencial de la semana pasada, y ha dicho que no hay pruebas de ello. En una conferencia de prensa en Springfield el lunes, dijo que docenas de miembros de la Patrulla de Caminos de Ohio estarán emplazados en las escuelas de la ciudad a partir del martes tras una serie de amenazas en toda la urbe, revisando cada edificio todas las mañanas antes de la llegada de profesores y estudiantes. También se han colocado cámaras de seguridad en puntos estratégicos de Springfield, y un perro detector de bombas estará en la ciudad, disponible las 24 horas del día.
“Sabemos que la gente está muy, muy preocupada”, dijo DeWine. “Pero hemos trasladado recursos a Springfield. La gente tiene derecho a sentirse segura y también a estar segura”.
El ayuntamiento de Springfield, varias escuelas y las oficinas estatales de vehículos de motor en la ciudad se vieron obligados a evacuar a la gente la semana pasada después de recibir amenazas de bomba. En los últimos días se han producido al menos 33 amenazas de bomba, todas ellas falsas, señaló DeWine. Dijo que algunas de las amenazas procedían del extranjero, pero se negó a nombrar el país.
“La gente que hace esto lo hace para sembrar discordia en nuestra comunidad”, afirmó Andy Wilson, director del Departamento de Seguridad Pública de Ohio. “No podemos permitir que lo hagan. No podemos permitirlo. Tenemos que seguir prestando los servicios que esperan los ciudadanos de Springfield y del condado Clark”.
Springfield ha sido el centro de una intensa atención en los últimos días después de que Trump, su compañero de fórmula, el senador por Ohio JD Vance, y el equipo de la campaña presidencial republicana repitieran afirmaciones falsas de que migrantes haitianos estarían comiendo mascotas domésticas y aves acuáticas.
En su comparecencia en Filadelfia el lunes en la Conferencia de la Semana Nacional de las Universidades Históricamente Negras, el presidente Joe Biden se refirió a la situación en Springfield, condenando lo que tildó de “mentiras y odio”.
“Está mal. Simplemente está mal. Y debe terminar”, afirmó.
Springfield canceló su celebración anual de la diversidad, las artes y la cultura en respuesta a las amenazas. El CultureFest de la ciudad, de dos días de duración, había sido programado para comenzar el 27 de septiembre, pero fue cancelado “a la luz de las recientes amenazas y preocupaciones de seguridad”, anunciaron el lunes funcionarios de Springfield.
“Lamentamos profundamente tener que cancelar el CultureFest, ya que sabemos que es un evento muy querido por nuestra comunidad”, dijo en un comunicado el administrador de la ciudad, Bryan Heck. “Sin embargo, la seguridad de nuestros residentes y visitantes debe ser lo primero”.
Dos universidades de Springfield impartieron clases a distancia el lunes. La Universidad de Wittenberg dijo que recibió dos amenazas el fin de semana, “ambas dirigidas a integrantes de la comunidad haitiana”. La Universidad Estatal Clark dijo que operaría virtualmente hasta el viernes “debido a los recientes acontecimientos en Springfield”.
La ciudad se veía tranquila el lunes. Entre los comensales de un restaurante de comida criolla se encontraban los amigos Bill Teager y Paul Gomia, que habían conducido más de una hora para respaldar un negocio propiedad de haitianos.
“Ambos hemos estado indignados durante la última semana por lo que le ha ocurrido a esta ciudad a nivel nacional e incluso local”, comentó Teager.
Miles de migrantes haitianos se han asentado en los últimos años en esta ciudad predominantemente obrera y de personas de raza blanca de unos 60.000 habitantes, situada a unos 70 kilómetros (45 millas) de Columbus, la capital del estado, donde han encontrado trabajo en fábricas y almacenes que tenían dificultades para cubrir vacantes. La repentina afluencia ha sobrecargado las escuelas, los centros de salud y los servicios municipales, y ha disparado el precio de la vivienda.
DeWine reconoció que Springfield enfrenta retos, pero dijo que es una “ciudad que, francamente, está en marcha. Si miras dónde estaba Springfield hace 15 años, hace diez años, incluso hace cinco años, estamos avanzando”.
Se negó a criticar a Trump, diciendo que el historial del gobierno de Biden en materia de inmigración es un tema legítimo de debate. Pero señaló que los haitianos en Springfield están allí legalmente bajo un programa federal que les permite permanecer en el país temporalmente porque las condiciones en Haití se consideran inseguras para que regresen.
“Las empresas los contratan porque necesitaban la ayuda y necesitaban el apoyo”, indicó DeWine. “Estas son personas que se preocupan por sus familias. Son personas que valoran la educación. Son muy trabajadoras. Y creo que deberíamos respetar eso”.
“Estas… personas que están difundiendo el odio tienen que superarlo. Tienen que irse. Tienen que dejar de hacer eso”, añadió.