AJ Griffin, número 16 del draft de 2022, se plantea abandonar el baloncesto tras dos temporadas como profesional.
Elegido en el puesto 16 del draft de 2022 por los Hawks, a AJ Griffin se le adivinaba una larga y buena carrera en la NBA. Su primera temporada en Atlanta lo confirmó: 8,9 puntos con un 39% en triples y 19,5 minutos en pista a lo largo de 72 encuentros. En la pasada, sin embargo, descendieron su participación (8,6 minutos en 20 partidos) y, por supuesto, sus prestaciones (2,4 puntos con un 25,6% desde el arco).
El verano pasado, el exterior de 1,98 metros fue traspasado a los Rockets, con los que fue titular en todos los partidos que disputó en la Liga de Verano. Ahora, según anunció el periodista Shams Charania, está considerando seriamente dejar el baloncesto. Tanto la franquicia de Houston como el jugador están preparando su sorprendente marcha. Las razones no han trascendido. Tiene sólo 21 años.
La última campaña fue compleja para Griffin, que tuvo que convivir con lesiones de rodilla y tobillo e incluso en diciembre se ausentó durante más de dos semanas aduciendo razones personales. «Me alegro de estar de vuelta. Ha sido genial que el equipo me pudiera apoyar durante este tiempo. Quiero ser breve y no revelar todo», dijo, enigmático, a su regreso.
El alero, con unas condiciones físicas bestiales, una gran capacidad de salto y muy buena mano desde el triple, iba para estrella de la NBA. Llegó a ser uno de los jóvenes más prometedores del mundo, siendo el mejor jugador de instituto del estado de Nueva York. Recaló en la prestigiosa Universidad de Duke, en la que sólo estuvo una temporada. Con los Blue Devils disputó 39 partidos en los que promedió 10,4 puntos con un sensacional 44,7% en triples. Argumentos para ser seleccionado en primera ronda del draft de la NBA.
Pero como se puede ver, la vida en la mejor Liga del mundo no siempre es sencilla. A Griffin tampoco le ha valido tener a un exjugador y entrenador en casa. Su padre, Adrian, jugó nueve temporadas en la NBA repartidas entre los Celtics, los Mavericks, los Rockets, los Bulls y los Sonics. Después dio el paso a los banquillos, llegando a dirigir a los Bucks la temporada pasada hasta que fue destituido en febrero para ser sustituido por Doc Rivers.
Si se acaba confirmando la retirada de AJ, la NBA perdería a un joven que parecía predestinado al estrellato y que, como poco, poseía potencial para ser un buen jugador de rotación durante muchos años, pero hay vida más allá de las canchas. Y es más importante que el baloncesto.