El Ministerio de Exteriores de Azerbaiyán ha rechazado la nueva propuesta de las autoridades armenias para firmar un acuerdo de paz excluyendo del texto los puntos conflictivos y ha condenado las últimas declaraciones del primer ministro, Nikol Pashinián.
El Ministerio ha indicado que la principal condición para la firma del texto es «poner fin al continuo reclamo territorial de Armenia contra Azerbaiyán que está consagrado en múltiples documentos legales y políticos», como en la Constitución armenia.
«Instamos a la parte armenia, que continúa con una retórica agresiva y difamatoria contra nuestro país utilizando diversas plataformas, a que deje de hacer declaraciones que perjudiquen las perspectivas de paz», ha agregado en un comunicado.
Esto se produce después de que el primer ministro armenio, Nikol Pashinián, haya asegurado este martes en un foro de diálogo en Ereván que «trece artículos y el preámbulo» del texto están «totalmente acordados», según ha recogido la agencia de noticias Armenpress.
Pashinián también ha negado durante su discurso las acusaciones de Bakú de que la Constitución armenia contenga demandas territoriales en contra de Azerbaiyán con respecto a la independencia de Nagorno Karabaj. Por contra, ha acusado al país vecino de lo mismo.
Ereván y Bakú llevan meses sumidos en conversaciones para intentar lograr un acuerdo de paz, contactos impulsados a raíz de la última ofensiva militar de Azerbaiyán en septiembre de 2023 contra Nagorno Karabaj, territorio bajo soberanía azerí.
La operación antiterrorista de Bakú, que duró menos de 24 horas, derivó en un acuerdo de alto el fuego que incluyó la disolución de las autoridades separatistas proarmenias y forzó la huida de la práctica totalidad de la población armenia hacia el país vecino.
Nagorno Karabaj es un territorio de unos 4.400 kilómetros cuadrados en el Cáucaso Sur reintegrado en Azerbaiyán tras la citada ofensiva de 2023, después de las guerras entre 1988 y 1994 y la de 2020. Hasta entonces la zona, de mayoría armenia, había estado más de tres décadas bajo control de fuerzas proarmenias pese a que la comunidad internacional reconocía la región como de soberanía azerí.