Cuba aspira a reducir los apagones que han afectado con frecuencia al país durante este año con una estrategia de transición hacia las energías renovables y los mantenimientos para conservar sus antiguas centrales termoeléctricas, informó este miércoles el Ministerio de Energía y Minas (Minem).
En su evaluación del comportamiento del suministro de electricidad en el primer semestre del año, el titular del MINEM, Vicente De La O Levy, afirmó que agosto fue «tenso» sobre todo en sus últimos días con cortes del servicio de hasta 12 horas.
Atribuyó esa situación a roturas en las unidades generadoras, un crecimiento «extremadamente alto» de la demanda, así como a la falta de combustible importado y piezas de repuesto.
Explicó que se hizo una planificación de mantenimientos para el periodo con los recursos materiales y financieros, y que se fueron cumpliendo pero no en la cantidad de horas que estaban previstas, a lo que se sumó la falta de petróleo importado.
De La O dijo que Cuba consume 8 millones de toneladas de combustibles, produce 3 millones de petróleo y compra 5 millones en el mercado internacional a elevados precios.
Entre los objetivos para mejorar la situación consideró la recuperación de la generación distribuida a través de grupos electrógenos, continuar los mantenimientos a las centrales e incrementar la generación de gas.
Asimismo, el ministro se declaró convencido de que el próximo año con la estrategia en marcha de la transición energética hacia las renovables y los mantenimientos se podrá lograr la meta de dejar de consumir combustible importado.
Cuba planea agregar para 2028 unos 2.000 megawatios (MW) a su mix energético con la instalación de 92 nuevos parques solares fotovoltaicos, según ha anunciado el gobierno insular.
El director de Energía Renovable del propio Ministerio, Rosell Guerra, refirió que como parte de ese proyecto ya se ejecutan las obras civiles de 30 de esos parques y afirmó que el país cuenta con experiencia para su montaje y explotación.
El estado del sistema eléctrico cubano se encuentra en estado precario por causa de las averías, la antigüedad, la falta de inversiones y mantenimientos.
Los frecuentes apagones dañan la economía cubana- que en 2023 se contrajo un 1,9 %- e impulsan el descontento social en una sociedad afectada por la crisis económica agravada en los últimos años.