La espera de tres semanas concluyó para la comunidad hondureña en Los Ángeles. Ese es el tiempo que estuvo cerrado el consulado local mientras adaptaban y equipaban las nuevas instalaciones que fueron inauguradas por la cónsul Julissa Gutiérrez Villanueva, en un sencillo e íntimo acto de apertura que contó con hombres y mujeres que trabajan con diferentes organizaciones comunitarias.
En medio de una entrega de reconocimientos y el corte de cinta simbólico, la jefa de misión consular oficializó la apertura de las oficinas ubicadas en la suite #500 del 435 E. Colorado Street, en la ciudad de Glendale, a menos de una milla de distancia de los centros comerciales Glendale Galleria y The Americana at Brand.
“El Consulado de Honduras en Los Ángeles está mejor ubicado, en una área urbana de más fácil acceso y circulación”, dijo Gutiérrez Villanueva en un corto discurso, en el que destacó que se le ha dado prioridad a las niñas y los niños con una zona de juego infantil y entretenimiento, de igual manera se dispone de un espacio para las madres que tienen hijos e hijas lactantes, y dos servicios sanitarios al interior de las instalaciones, entre otras innovaciones.
Las nuevas oficinas, ubicadas a 10 millas al norte del vecindario Koreatown en donde estaban antes, cuentan con el doble de espacio. En el local anterior tenía 4 mil pies cuadrados, ahora son 8 mil, lo que ha permitido habilitar 10 ventanillas para atender a los usuarios.
“Estas nuevas instalaciones han sido posible gracias al apoyo de nuestros superiores en la Cancillería; gracias a nuestro canciller Enrique Reina que muy bien interpreta y ejecuta la vocación de servicio público del mandato de nuestra presidenta Xiomara Castro”, reconoció la diplomática.
Las reacciones de la comunidad en mayor parte son positivas; sin embargo, hay personas que aprovechan la ocasión para exponer los desafíos que este consulado sigue enfrentando para elevar la calidad de los servicios, señalamientos que recaen en la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras.
“Hay mucho espacio para recibir a más personas que vienen a hacer trámites, también tienen baños”, apuntó Haley Amaya, modelo y bailarina, fundadora de un grupo folclórico hondureño que fue invitada al acto de apertura.
“El cambio ha sido positivo, las instalaciones están perfectas, definitivamente se necesitaba un lugar más amplio y digno”, valoró Sary Molina, diseñadora originaria de Siguatepeque.
Para algunas personas una de las limitantes es que la línea del Metro no pasa cerca del consulado, como ocurría en Koreatown. Ahora los usuarios que no tienen vehículo deben desplazarse a la estación del Metro en la esquina de la avenida Western y el boulevard Hollywood. Ahí pueden abordar las rutas de buses 180 o 217 hacia Glendale, y deben bajarse en la parada de The Americana at Brand y luego caminar hacia el este un par de cuadras sobre la calle Colorado.
“El otro lugar estaba más céntrico”, comentó Velky Mejía, originaria del departamento de Lempira, parada al final de la sala del consulado que en la mañana del jueves lucía con la mayor cantidad de sillas vacías. Al mismo tiempo, Mejía señala que las autoridades consulares deben modificar el trato que dan a sus connacionales. “Les falta mejorar la atención al cliente”, cuestionó al asegurar que los empleados tienen poco tacto para dar indicaciones.
En las bocinas, en varias ocasiones se escuchó a diferentes empleados invitar a los empleados a pasar a ventanilla, pero el nudo estaba en la entrada principal, en donde al menos nueve personas esperaban ser atendidas. En la sala del fondo se encontraban otras 10 personas para la captura de datos y entrega de pasaportes.
Carmen Lanza, originaria de Olancho, se tardó una hora para llegar a estas oficinas. Ella no sabía que el consulado tiene estacionamiento, por lo que dejó su vehículo en la calle. Los usuarios deben pagar $2 por 30 minutos si estacionan el auto en ese edificio, igual hay otras opciones afuera.
“El problema es cómo hacer las citas, habemos personas que no somos tan tecnológicas, para nosotros es difícil”, lamentó Lanza sentada en una de las pocas sillas ocupadas en la sala de espera.
Algunos líderes locales plantean que de poco servirán las nuevas oficinas si hay problemas que se vienen cargando desde el inicio de la gestión presidencial de Xiomara Castro, que llegó al poder a finales de enero de 2022.
A pesar de las limitaciones, el Consulado de Honduras en Los Ángeles es de las pocas oficinas que mejor resuelve las solicitudes de los usuarios en Estados Unidos, por eso hay decenas de personas que viajan cada semana desde Estados como Colorado, Texas, Arizona y Utah a realizar sus trámites al sur de California.
“No tienen personal suficiente, es muy importante que incorporen a más empleados porque es una manera de agilizar los trámites y que la gente no pierda todo el día en la espera de su documento”, expone Maynor Sandoval, empresario originario de El Progreso, departamento de Yoro.
José Bautista, activista simpatizante del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre), cuestiona que todavía no se haya cubierto la plaza de vicecónsul vacante desde mayo de 2022. En la actualidad, junto a la cónsul Gutiérrez Villanueva hay ocho empleados más, pero solo ella tiene firma.