La Policía brasileña detuvo este jueves a un hombre de 39 años por haber prendido fuego a una plantación de caña de azúcar, con lo que aumentó a diez el número de arrestados por supuestamente provocar incendios forestales en el estado de São Paulo.
Esta última detención se produjo in fraganti en la ciudad de Pindorama, según informó la Secretaría de Seguridad Pública de São Paulo en una nota.
Los agentes encontraron al hombre «en una extensa área de cultivo en llamas», gracias a la alerta dada por los vigilantes de una empresa.
Según testigos citados por las autoridades brasileñas, el sospechoso «usó un mechero para prender varios puntos» de la plantación.
El detenido declaró en comisaría estar bajo los efectos de las drogas, en una de las varias versiones que dio a los agentes, y posteriormente fue conducido a prisión.
Desde la semana pasada, otras nueve personas han sido detenidas acusadas de haber provocado incendios forestales en São Paulo, el estado más poblado e industrializado de Brasil.
La Policía enfatizó que investiga los nueve casos y que, por el momento, no ha encontrado indicios de que «estén relacionados entre sí».
Según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, el estado de São Paulo registró 2.316 focos de incendio entre el jueves y el viernes de la semana pasada, casi siete veces más que los contabilizados en todo el mes de agosto de 2023.
Las altas temperaturas, la baja humedad y las fuertes rachas de viento propiciaron que las llamas se multiplicaran en el interior del estado de São Paulo, en un grave episodio que causó dos muertos en Urupês y alrededor de 800 evacuados en toda la región.
Una de las localidades más afectadas fue Ribeirão Preto, la octava ciudad más poblada de São Paulo, con 700.000 habitantes, donde algunos vecinos abandonaron sus casas ante la cercanía del fuego y se cancelaron vuelos por la baja visibilidad.
Además de São Paulo, en estados como Minas Gerais, también en la región sureste de Brasil, y ecosistemas como la Amazonia y el Pantanal se ha registrado este mes un alto número de incendios, los cuales también serían intencionales, según el Gobierno brasileño.