Los centros de detención de inmigrantes en California han presentado graves y constantes abusos a los derechos humanos, a los que no se les ha dado solución a pesar de numerosas quejas, denunció este miércoles la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés).
Un informe de ACLU, divulgado este miércoles, encontró que los detenidos han enfrentado «condiciones inhumanas», negligencia médica, acoso, privación del sueño, abuso mediante la aplicación de aislamiento, agresiones sexuales, y situaciones que «ponen en peligro la vida» de los internos.
Las conclusiones fueron reveladas tras el análisis de cientos de denuncias presentadas por detenidos a través del sistema de quejas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).
Aunque los seis centros de detención de inmigrantes de California están bajo la jurisdicción del Gobierno federal, son propiedad de corporaciones privadas y están operados por ellas.
Maricela Sánchez, investigadora de la ACLU del Norte de California y autora del informe, declaró que “está muy claro que el Gobierno no puede garantizar que sus centros de detención de inmigrantes cumplan con los estándares no negociables de derechos humanos”.
La investigación, titulada Resistance, Retaliation, Repression: Two Years in California Immigration Detention (Resistencia, represalia, represión: dos años en centros de detención de inmigrantes en California), encontró que las instalaciones carcelarias no son aptas para mantener en ellas a personas.
“Las paredes están podridas con moho, los sistemas de ventilación arrojan escombros que interfieren con la respiración de las personas, la comida a menudo está podrida y el agua rancia”, detalló.
Además, los registros también muestran graves problemas de atención médica. Por ejemplo, han permitido que brotes de la COVID-19 se agraven y se propaguen en las instalaciones.
En ese tema, el informe puntualizó que ICE permite que personas con enfermedades crónicas languidezcan sin atención médica durante meses o años. Si se concierta una cita, el seguimiento es esporádico. El personal del centro suele dejar recetas sin rellenar o ignorar el tratamiento recomendado.
Amplió que del mismo modo, ICE permite que los brotes de COVID potencialmente mortales se agraven y propaguen. Las personas seropositivas suelen permanecer en habitaciones con otras que aún no están infectadas. Y si alguien contrae el virus, ICE se ha negado a proporcionarle Paxlovid u otros medicamentos que alivian los síntomas y minimizan el peligro de complicaciones graves.
A esto se suma que ICE no estaría evaluando las quejas presentadas por los inmigrantes. Una revisión de 485 registros de quejas presentadas desde 2023 mostró que sólo 8 % de ellas fue resuelta a favor de las personas detenidas.
A los inmigrantes que plantean estas preocupaciones se les dice que presenten una queja ante ICE, que supuestamente la revisará y determinará si está fundada. Pero una revisión de más de 480 registros de quejas presentadas desde 2023 muestra que el 71% era infundada o rechazada y casi el 21% [de los casos] estaba cerrado, no había tenido decisión, [era] desconocido o tenía una resolución poco clara. Basándose en los datos, ICE afirma que sólo 39 quejas de las 485 eran fundadas, precisó el reporte.
Más de 100 quejas compartidas con la ACLU estaban relacionadas con represalias y mala conducta del personal. Los registros también muestran numerosos incidentes de inspecciones y castigos innecesarios.
El informe fue publicado justo cuando los detenidos en el centro Golden State Annex, en el área de McFarland, reanudaron una huelga de hambre por los maltratos, después que ICE pusiera fin al programa de acceso a llamadas telefónicas legales gratuitas y directas, garantizado por una demanda previa de la ACLU
«He pasado 30 meses en detención de inmigrantes del ICE y he participado en múltiples huelgas de hambre y huelgas laborales. Tengo experiencia de primera mano y he sido testigo de abundantes violaciones de los derechos humanos en Golden State Annex», dijo Gustavo Flores Coreas, uno de los líderes de la huelga de hambre.
«Después de salir de una huelga de hambre y perder 19 libras la semana pasada, me colocaron en un dormitorio donde otras personas estaban infectadas con COVID-19. Ahora estoy en aislamiento médico. Ahora estoy en aislamiento médico infectado con COVID-19. Por desgracia, estas violaciones de los derechos humanos no están remitiendo. Al contrario, aumentan a un ritmo alarmante», precisó.
«Nos unimos al unísono, una sola voz, por una causa común: poner fin a las detencione de ICE en las instalaciones de Mesa Verde y Golden State Annex, que se tome conciencia sobre las condiciones y el trato inhumanos», subrayó Juan Carlos Corona Ávalos, otro de los líderes de la huelga de hambre.