El australiano del Decathlon ganó la sexta etapa con una gran exhibición y se enfunda el maillot rojo con 4:51 minutos. Un duro rival por la victoria final.
El día que la carrera salió de Carrefour, Decathlon se vistió de rojo. En la etapa de las grandes superficies francesas, en tierras españolas, un australiano pasó a la liderar La Vuelta. No es ningún chiste. La sexta etapa salió este jueves de un hipermercado de Jerez de la Frontera, en una de esas iniciativas originales que de tiempo en tiempo se saca el organizador de la manga. No muy lejos de allí, en Cádiz, la ronda ya inició una jornada en 2014 desde un portaaviones, el buque de la armada Juan Carlos I. Pueden añadir a esa lista una batea de mejillones en Vilanova de Arousa, unas salinas en Torrevieja, una playa en Benidorm, la catedral de Burgos, un anfiteatro romano en Nîmes, una pasarela sobre el mar de Barcelona, un paso por el estadio de San Mamés o un final en el Bernabéu… Voten el premio a la originalidad.
Pues bien, en el día de la foto de Carrefour, quien se llevó todos los focos de la carrera fue un ciclista del Decathlon, Ben O’Connor, que dio una exhibición en una dura jornada de media montaña, con final en el alto de las Abejas, en Yunquera, para ponerse líder de La Vuelta con 4:51 minutos sobre Primoz Roglic, que no defendió el maillot con el ahínco suficiente y quién sabe si no se tendrá que arrepentir en el futuro, porque este australiano no es un aventurero del montón, sino un talentoso corredor que ha sido cuarto en el Tour de Francia 2021, cuarto en el último Giro de Italia, octavo en la Vuelta a España 2022… y desde este jueves, también, vencedor de etapas en las tres grandes rondas.
El perfil de la jornada, con un puerto de primera y tres de tercera, el último en la meta, invitaba a pronosticar un día de buen ciclismo, con intentonas sobre todo para la lucha por la etapa, aunque también escondía un trazado tramposo que podía complicar la vida a los capos de la general. Pasaron las dos cosas. La primera hora se cubrió a 48,7 km/h. Rapídisima. Todo el sopor concentrado en las tres etapas llanas precedentes se convirtió en una locura desenfrenada en la primera mitad de la jornada. En el km 45 se formó una fuga de 33 corredores, que en la subida al Boyar se mutó en un grupo de once con la nueva incorporación de O’Connor, escoltado por otro compañero, Clément Berthet.
En esa escapada iban dos españoles, Pelayo Sánchez y Cristian Rodríguez, el primero con la mirada en la etapa y el segundo también en progresar para la general. Pero resulta que O’Connor había pensado lo mismo. Ya dio pistas cuando cruzó primero por el esprint intermedio de Ronda para arañar seis segundos, por delante de Cristian, que se abonó cuatro. El australiano iba con toda la intención de recortar tiempo en la general, que inició a 1:56 de Roglic. Y le salió más que bien. El Red Bull mantuvo el control con timidez, porque también tenía delante a Florian Lipowitz, mejor clasificado, y no detectó riesgos. De hecho, el equipo que tomó la cabeza fue el Bahrain, que no había metido a nadie arriba y protegía los intereses de Antonio Tiberi.
Ni siquiera cuando O’Connor logró protagonizar la fuga de la fuga, en principio junto a Gijs Leemreize, a quien reventó a 25 kilómetros, saltaron las alarmas. Fue después, cuando Lipowitz quedó descolgado, cuando el australiano mostraba sus excepcionales piernas, cuando los perseguidores no recortaban tiempo… El Bahrain se retiró de la cabeza. Y el Red Bull tuvo que retomar las responsabilidades, escoltado por el Movistar de Enric Mas y en algunos momentos el Lidl-Trek. El australiano abría cada vez más hueco, la caza no es fácil en estos territorios ratoneros, y llegó con 6:31 minutos sobre el grupo de los gallos. Ahora es líder con casi cinco minutos. Da la sensación que Roglic quería ceder el rojo, pero igual se le ha ido la mano. O igual resulta que no había tantas fuerzas por detrás. A ver quién baja ahora a O’Connor de ahí. Con menos, Sepp Kuss ganó el año pasado La Vuelta. Y en esas mismas tierras andaluzas, Marco Giovannetti le puso un lazo a su Vuelta en 1990 cuando nadie contaba con él. O’Connor ha incendiado La Vuelta. Esto sí es ciclismo.